Tipo de texto: Retraducción de novela
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 4
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Fuente: September Scanlations
Retraducción: Haruna
Yokozawa no podía evitar ser incapaz de
relajarse mientras caminaba por la conocida calle (una por la que usualmente
solía pasar llevando regalos para Hiyori) con las manos vacías. Así llegó a su
destino sin apenas darse cuenta. Había enviado un mensaje preguntándole a
Kirishima si necesitaba que llevara algo, pero todo lo que había recibido como
respuesta había sido un breve “No, solo date prisa y trae tu trasero a casa de
una vez”.
Habiendo tecleado el código de acceso que tenía,
abrió el bloqueo automático en la entrada y se dirigió a los ascensores. “Me
pregunto qué intentará hacer para cenar entonces…”, pensaba para sí, dándose
cuenta en ese momento de que realmente estaba hambriento. Había estado tan
preocupado por el hecho de estar a solas con él esa noche que la simple idea de
comer no se le había pasado por la cabeza. Dado que le había dicho que no tenía
por qué llevar nada… ¿sería posible que
Kirishima ya tuviera algo planeado?
Pulsó el botón del intercomunicador, porque aún
no se atrevía a usar la llave que le habían confiado, y fue inmediatamente
recibido por el sonido del pestillo siendo desbloqueado a la vez que la puerta se
abría desde el interior.
-Bienvenido a casa.
-…Ya he vuelto.- Todavía encontraba algo vergonzoso
decir ese tipo de cosas después de tanto tiempo. ¿Por qué no tenía problema si
era Hiyori quien le saludaba y sin embargo, no podía evitar sentirse incómodo
cuando se trataba Kirishima?
-Así que qué quieres: ¿cenar?, ¿un baño?, o
quizá… ¿a mí?
Todas
las preocupaciones o nervios que habían estado acosando a Yokozawa sobre esa
noche… de repente se desvanecieron completamente por ese cursi comentario hecho
a propósito.
-… ¿Qué? Por Dios, di algo, ¿qué prefieres?
-… Bueno, estoy algo hambriento, así que
supongo que la cena.- Después de todo, si hubiera reaccionado escandalizándose
solo habría conseguido alentar aún más a Kirishima en esa actitud. Siempre
había sabido que él salía con ese tipo de comentarios en un esfuerzo por sacarlo
de quicio, o quizá simplemente solo tenía una increíble habilidad para hacer
chistes sin gracia.
-Seh, está bien, tú obviamente querías decir
que me querías a mí, ¿cierto?
-¿Eh?- Ante esto, Kirishima simplemente cerró
la puerta de la entrada detrás de Yokozawa para luego darle un ligero empujón
en la espalda antes si quiera de que pudiera descalzarse.
-Venga, entra de una vez.
-¡Oye! ¿Qué estás haciendo? – Intentó quitarse
los zapatos sabiendo que no debía llevarlos dentro de la casa, pero su bolsa y
su chaqueta ya habían desaparecido
mientras que él mismo era empujado hacia la habitación de Kirishima.-
¡Qué tipo de estúpida broma es …!-
-¿Quién está de broma?
-¡Uwah--!- Tras esa respuesta indiferente, una
mano se acercó y le dio un ligero empujón a Yokozawa en su pecho, haciéndole perder
el equilibrio y caer de espaldas sobre la cama. Antes de que pudiera darse
cuenta, Kirishima se deslizó por el colchón sobre el cuerpo de Yokozawa quedando
a horcajadas sobre él, ganándolo finalmente. –Es-espera. Solo espera un momento.-
Sabía que el tipo había estado teniendo
pensamientos extraños desde el día anterior, pero no había esperado seriamente
conseguir que Yokozawa estuviera de espaladas en su cama a los dos minutos de
haber entrado a su casa.
-Solo ríndete. ¿Podrías? No me vas a decir que
no lo veías venir ¿cierto?- Rápidamente procedió a aflojar el nudo de su
corbata y a desabrochar los botones de su camisa. A Yokozawa le desconcertaba
el hecho de que el tipo fuera incapaz de pelar una manzana y que después
demostrada una increíble habilidad en cosas como aquella.
-¡Te dije que tenía hambre!
-Sí, y yo estoy hambriento de ti. Así que sin
más preámbulos…
-Oww, ¡no me muerdas!, ¡joder!- Espetó mientras
que Kirishima rozaba con sus dientes su cuello desnudo haciéndolo tensarse, pero
Kirishima se rio alegremente en respuesta.
-Dices que esto no te gusta, lo cual ambos
sabemos que es una mentira de mierda. Además, un poco de dolor puede hacer que
uno se encienda, ¿no crees?
-Creo que ya es suficiente de decir ese tipo de
cosas.- Estaría mucho mejor si Kirishima dejara de hacerlo ver como alguna
clase de pervertido enfermo.
-Oye, no me mires a mí. No me importa admitir
que me gusta cuando tú me lo haces.
-¡¿Cuando mierdas te he mordido yo a ti!?
-Nunca me has mordido, pero he podido sentir
tus uñas. No te puedes creer el trabajo que me supone ocultar a Hiyo las marcas
que me dejas.
-Eso… yo nunca pretendí…- No era como si
hubiera estado intentando arañar a Kirishima deliberadamente. Solo era que,
ante una sensación tan abrumadora, no había podido evitar clavar sus uñas en la
espalda de Kirishima. Esos arañazos eran el producto de tan increíble placer.
-Entonces no me importa hacerlo también. Es
solo que cuando te tengo aquí, en mis brazos, no puedo contenerme.
-¡Nn…hng…!- El consiguiente beso se convirtió
en un agresivo mordisco, con su lengua colándose entre sus dientes y barriendo
toda su boca. El ceño de Yokozawa se frunció al sentir sus lenguas deslizarse
juntas. La parálisis que congeló su mente se extendió por su columna vertebral
mientras que los dedos de Kirishima seguían con su camino descendiente por su
cuerpo.
Acariciando la cadera de Yokozawa, sus dedos se
deslizaron por sus piernas hasta colarse en el medio, tocando la cara interna
de sus muslos y sacándole un leve espasmo a su cuerpo. –Al menos… déjame
cambiarme…- A ese paso sus pantalones iban a arrugarse, y además tampoco quería
dejarse llevar de esa manera tan fácilmente. No ponía objeciones al acto en sí,
pero lo que no soportaba era que se burlara tanto de él.
Pero Kirishima no iba a complacerlo.-De ninguna
manera. Quitarte ese traje es parte de la diversión.
-¿Qué…?…- Antes de que se hubiera dado cuenta,
todos los botones de su camina habían sido desabotonados y Kirishima estaba
desabrochándole el cinturón, yendo directamente a la cremallera. Con una mano intentando
valientemente evitar que su ropa interior desapareciera junto a sus pantalones,
Yokozawa fijó su mirada en Kirishima. -¿Por qué mierda soy el único que está
siendo desnudado aquí?
-¿Tantas ganas tienes de verme desnudo?
Pervertido~
-Solo cállate y quítate la ropa.- Ruborizándose
o poniéndose nervioso solo haría que Kirishima se riera aún más de él, así que
Yokozawa hizo un gran esfuerzo para mantener la calma.
-Así está bien, ¿te parece?- Kirishima se quitó
la camiseta que había tenido puesta todo el tiempo y la arrojó sin ningún
cuidado para después tirar de los pantalones y de la ropa interior de Yokozawa
con su mano libre en un solo movimiento. Al verse de repente desnudo y al
descubierto sin previo aviso, Yokozawa dejó escapar un gruñido.
- Vamos, eres un hombre joven, intenta mostrar
un poco más de entusiasmo.
-¡¿Dónde estás tocando así de repente?!-
Kirishima había envuelto sus dedos alrededor del aún flácido miembro de
Yokozawa, y él tragó saliva. No dándole tiempo si quiera a que considerara
protestar, Kirishima rápidamente empezó a masturbarlo, enviando olas de calor
al centro de Yokozawa.
-Ahí lo tienes, ése es el espíritu.
-Nngh…hn…- La habilidad manual de Kirishima no
tuvo problema en excitar a Yokozawa. Hubiera querido, al menos en cierto grado,
decirle al tipo que parara, pero sabía que si en algún momento abría la boca,
en lugar de decirle aquello soltaría algún sonido embarazoso. Así que solo
apretó los dientes y se centró en aguantar las sensaciones que brotaban entre
sus caderas, cuando Kirshima, sin avisar, bajó y-
-¡!
Las caderas de Yokozawa saltaron cuando la
lengua de Kirishima tocó su punta, su mano aún le masturbaba febrilmente la
base mientras que lo lamía de arriba abajo.
-No tienes… que hacer… es…ngh…
-Pero quiero hacerlo. ¿Cuántas veces tengo que
recordártelo?
-¡Det…e…hnn!- Kirishima rodó impaciente su
lengua por la parte que le cabía en la boca, tocando las bolas de Yokozawa con
su mano libre y rozando con su lengua su hendidura de vez en cuando, haciendo
que las caderas de Yokozawa temblaran y dieran algún pequeño salto cada vez que
lo hacía.
-El calor y la acogedora humedad envuelta a su
alrededor le hacían sentir que sus caderas podrían derretirse en cualquier
momento, y fue introducido casi dolorosamente en el abrazo de la boca de
Kirishima- Par…déjalo… Voy a…
Su cabeza era un absoluto desorden de vergüenza
y placer. Enredó sus dedos en el pelo de Kirishima para intentar alejarlo de
él, pero no pudo reunir fuerzas para hacerlo, y las caricias que Kirishima le
dedicaba hacían que su pasión solo creciera aún más. Reacio a soltar cualquier
tipo de sonido vergonzoso, apretó los dientes con todas sus fuerzas, pero sin
embargo, sonidos que no podía creer que existieran en él, salieron por su
garganta.
-¡Hnn…ahn…!
-Vamos,
solo vente ya.- Tras decir esto, tomó a Yokozawa aún más profundo en su boca e
inhaló fuertemente.
-¡……….Ahn…ngh!- La visión de Yokozawa se volvió
borrosa, e incapaz de reprimirse, llegó al clímax mientras su cuerpo entero se
estremecía. Era reacio a la felación en gran parte porque Kirishima se bebía su
liberación con una expresión totalmente relajada, y a pesar de que Yokozawa le
había pedido que no hiciera aquello, él nunca le había hecho el mínimo caso.
Levantando la mirada, pasó un dedo por sus
finos labios para quitar una mancha, dejando un gesto tan obsceno que hizo que
Yokozawa tuviera que apartar la mirada.
-¿Cuándo conseguiré que te acostumbres a esto, uh?-
Lo molestó Kirishima con una risita.
-Cállate.- Respondió. Aunque no había recibido
demasiados mordiscos, su cuerpo estaba débil por el reciente orgasmo, lo que le
robaba las fuerzas tanto como el resplandor de Kirishima. Se permitió a sí
mismo un momento para recuperar el aliento tendiéndose sobre su espalda. Claro
error.
Sin avisar una vez más, Kirishima le quitó
finalmente los pantalones y la ropa interior que se encontraban enredados aún
en sus tobillos, e incluso le sacó los calcetines en el proceso con movimientos
rápidos y precisos. De forma que Yokozawa apenas tuvo un par de segundos para
darse cuenta de lo que pasaba. – Oye, ¡espera un momento!
-¿Acaso solo sabes decir eso? ¿Por
qué no cambias un poco tu repertorio?
-Esp- Pero sus palabras fueron
cortadas en cuanto sintió sus dedos embadurnados de lubricante abrirse paso
entre sus piernas. Solo pudo dejarse llevar totalmente por aquella sensación.
Mientras intentaba prepararse mentalmente para lo que venía a continuación, los
dedos seguían empujando dentro de él.
-Eso h-ngh…
-No duele, no con esa cantidad de
lubricante. ¿O acaso esa es tu forma de rogarme que sea más gentil contigo?
-Joder, no.- Lanzó una mirada a
Kirishima, quien le sonrió hacia abajo con el bote de lubricante en la mano,
pero no duró demasiado ese gesto. Tal y como Kirishima había dicho, no dolía,
pero nunca dejaría de sentirse extraño. Hacía muecas por el movimiento de
tijeras que realizaban los dedos dentro de él, sintiéndose como si estuviera en
la silla del dentista esperando. –Hngh…
Los dedos se frotaban contra él
desde el interior mientras que Kirishima seguía abriéndolo, preparando un lugar
que no estaba hecho para aceptar aquel tipo de intrusión. Luchó contra los
suspiros que intentaban salir por esos dedos que entraban y salían, y cuando
inconscientemente apretó sus dientes, se contrajo alrededor de ellos.
Kirishima llevó su rostro cerca del
de Yokozawa para susurrarle suavemente unas palabras con su débil respiración.
– Todo está bien, solo relájate.
-Nn…- Hizo un gran esfuerzo por
distraerse de esos dedos que le penetraban, pero simplemente era imposible.
–Mm… estoy bien, solo…sigue…- Actuar así era solo una forma de cubrir su
malestar. Prefería mil veces que le tomara con rudeza antes que ser consentido
de esa manera. Al menos de esa forma podría perder la razón y dejar de ser
consciente de todo aquello.
Kirishima deslizó sus dedos libres y
apretó las abiertas piernas de Yokozawa, movió sus caderas empujándolo por la
parte de atrás de sus rodillas, presionando hacia adelante y hacia abajo, de
forma que lo dejó doblado casi por la mitad. –Ow, Joder, ¡no se van a abrir más!
-Sabes, lo he pensado antes, pero, tú eres realmente
poco flexible.
-Cállate... No es momento de sacar eso ahora.
-Siempre puedes simplemente decir “te quiero
ahora” cuando intentes halagarme.
-¿Qué…? ¿Quién mierda iría a….- Pero no tuvo la
oportunidad de terminar su refutación. Se quedó sin aire en los pulmones cuando
Kirishima presionó la punta de su miembro, cubierto por un fino preservativo,
dentro de él, hundiéndose más y más en su interior.
-¡Nnaag…ngh!- Kirishima apoyó sus manos en las
caderas de Yokozawa, elevándolas todo lo que podía.
No importaba cuantas veces hubiera pasado por
aquello, la sensación de algo firme presionando su entrada en su cuerpo nunca
dejaría de sentirse extraña, y sabiendo que aquello después daría lugar al
placer, hacía que el cuerpo humano le pareciera algo fascinante.
No le disgustaba compartir esa experiencia con
Kirishima en lo más mínimo, pero no podía evitar ese resquicio de resistencia
que brotaba en él cada vez que se veía presionado hacia abajo, con las piernas
abiertas. Quizá simplemente encontraba la situación incómoda debido a esa
posición de indefensión completamente humillante. Solo lo permitía porque se
trataba de Kirishima. No estaba abajo porque quisiera. No, él no quería ser
sometido de esa manera, simplemente era que no podía encontrar ninguna razón
para negarse a Kirishima cuando este lo buscaba con tantas ansias.
O a lo mejor pensar en ese tipo de excusas en
medio de tal acto era la única forma que encontraba para evitar enfrentar la
realidad. Luchaba para no perderse en la tentación de dejarse morir de
vergüenza cuando fue asaltado por el placer. ¿Cuánto tiempo le tomaría antes de
ser capaz de aceptar aquello como algo normal?
-Hngh…
-Abre tus ojos. Mírame.
-No… me digas lo que… tengo que hacer.
-Mírame, Takafumi.
-Cá…llate…- Se esforzó por levantar sus
párpados. Tomando una bocanada de aire pudo centrar su vista en Kirishima, y
este le devolvió la mirada. En ese instante no habría podido apartar su sus
ojos de él aún si hubiera querido.
-Ahí estás…
-No tienes porqué… sonar tan jodidamente…creído
¡ahngh!- Su columna vertebral se torció de una forma realmente increíble en lo
que sus dedos agarraban con fuerza las sábanas de la cama. Los golpes se
volvieron más y más frenéticos ahora, callando toda protesta y dejando a
Yokozawa la sensación de que acababa de ser arrastrado por una tormenta.
Las embestidas empezaron a empujarlo más hacia
la cama, pero las manos sujetas en sus caderas le atraían hacia Kirishima
buscando una penetración cada vez más profunda, y con cada nueva estocada, se
encontraba a sí mismo estrechándose más contra él.
-Aah, ¡ah!- Su voz se quebró al tiempo que su
respiración se hacía entrecortada. No había pasado mucho tiempo cuando, volviendo
en sí, quiso poder olvidarse de algunas cosas que había hecho nublado por el
placer. Por desgracia, la realidad era que podía recordar perfectamente todos y
cada uno de esos momentos tan vívidamente como si se tratara de revivir un
sueño.
-Sigo… diciéndotelo… déjame escuchar tu voz más
a menudo.
-Haa… ¡ah! ¡Nggah!- Fue sacudido, y en medio de
una embestida, se vio a sí mismo por fin deslizando sus brazos por la espalda
de Kirishima, agarrando sus hombros mientras que él lo atraía en su abrazo. Los
labios que le besaban en su sien y en su cuello parecían quemarle allí donde
tocaban.
Kirishima suavemente susurró su nombre en su oído,
y el impacto lo envió al éxtasis. Los impulsos que había estado intentando
contener se desbordaron y dieron lugar a una brillante explosión.
- ¡¡….!!
Kirishima encontró su propia liberación casi en
el mismo instante. Llegó al final y después se desplomó encima de Yokozawa de
forma poco elegante al tiempo que soltaba todo el aire que había estado
conteniendo, dejando como fondo la respiración agitada de ambos.
A medida que el calor iba abandonando su
cuerpo, los pensamientos que había tenido antes empezaron a regresar, haciendo
que Yokozawa pudiera morir de vergüenza.
-…Quítate de encima de mí, pesas.
-Venga, no es para tanto.
- Siento como si fuera a romperme, has engordado
un poco ¿no es así?
-Oye, ¿qué parte de mí ha engordado? Si vamos a
señalar los defectos de cada uno, yo podría mencionar que tú sí que has ganado
algo de peso justo por aquí…-
-¡No me toques!- Le espetó para luego golpear
lejos de él la mano que se había atrevido a pellizcarle su cintura. Estaba
seguro de que no había ganado nada de peso, pero sí que podía ser que hubiera perdido
algo de definición.
-Sé que lo ha causado; no haces suficiente
ejercicio.
-…Solo querías decir eso. Ahora déjame.
-¿Eh? Debes estar bromeando. No pensarás en
serio que hemos acabado, ¿verdad?
-¡Qu-, pero, los dos trabajamos mañana!-
Definitivamente Kirishima era el que estaba de broma por sugerir algo así con
un semblante tan serio… Ellos estaban en medio de la semana. Así que de verdad
necesitaba que Kirishima tuviera un poco de consideración.
-Eres joven, ten pelotas. Es demasiado pronto
para que te dejes ganar por mí.
-No intentes sugerir que esto es un asunto de ganar
o perder.
-Entonces discutamos el asunto con
tranquilidad. Pero después. Tenemos una noche larga por delante.
-¡No hay nada que discutir!
-Mira el lado positivo. Tendrás la oportunidad
perfecta de hacer todo ese ejercicio que te falta.
-¡…!- Pero naturalmente, Kirishima hizo oídos
sordos a las protestas de Yokozawa, y la noche siguió…
*.*.*.*.*.*.*.*.*
-Ugh, estoy hambriento…
-Ya, me pregunto de quien será la culpa.- El
estado de agotamiento en el que se encontraba Yokozawa podía atribuirse
enteramente a que había sido arrastrado directamente a la habitación nada más
llegar a casa del trabajo, sin siquiera haber podido tener la oportunidad de
cenar antes. Difícilmente podía ser culpado por el hecho de que su irritación
estallara cuando escuchó a Kirishima quejarse por tener el estómago vacío.
El hombre tenía bastante energía para su edad; de
hecho incluso había estado atrapado en la oficina hasta bien entrada la noche
el día anterior debido al fin del ciclo. ¿Por qué Yokozawa no había sido capaz
de detenerlo? Sabía que ya era quizá, demasiado tarde para pensar en ello, pero
no podía evitar seguir dándole vueltas.
Se prometió a sí mismo usar esto como una
oportunidad de aprender para el futuro, pero no podía evitar sospechar que se
vería a sí mismo siendo arrastrado como esta vez nuevamente.
-…Esto me recuerda, ¿qué conseguiste para la
cena?
-Cerdo y repollo.
-¿Eh?- Esos eran ingredientes, no un plato de
verdad. ¿Sería que Yokozawa estaba simplemente imaginando cosas o
definitivamente aquello no era una buena señal…?
-Bueno, quería cerdo con jengibre frito.
-¿Me estás diciendo que no lo preparaste?-
Aventuró, y la expresión que obtuvo como respuesta fue chocante.
-Rayos no. Me cortaría los dedos si intentara
picar un repollo, lo sabes. Oh, pero me asegure de lavar el arroz y ponerlo al
vapor. Y ya aprendí la lección la última vez, así que conseguí carne de cerdo
cortada ya en finas tiras. Por lo que debería estar bien.
-Lo dices como si fuera algo de lo que estar
orgulloso…- Las excusas de Kirishima lo agotaban y le minaban su voluntad de
salir de la cama. Cuando le había pedido a Kirishima que comprara algunas cosas
unos días atrás, el hombre había vuelto con un bloque de carne. Le explicó que
él solo había asumido que la carne era carne y que esa era tan buena como
cualquiera. Aunque sí que se había sentido un poco dolido cuando Hiyori había
mostrado su incredulidad hacia su compra.
-El arroz probablemente ya esté listo, así que
vamos. Hagamos la cena. Me aseguraré también de buscar ese delantal para ti.
-……….
No había forma de que Yokozawa tuviera ni
remotamente la fuerza necesaria como para preparar la comida, lo que
significaba que su única opción restante era quedarse en la cama de mal humor.
Así que sin decir una palabra se acomodó en el colchón y dio la espalda a
Kirishima.
-Oi, ¿Yokozawa? Espera, ¿estás cansado?
¿Holaaaaaa?
Quizá pensó que si simplemente seguía
llamándolo, Yokozawa le acabaría respondiendo, pero en vez de eso, Yokozawa tan
solo cerró los ojos con todas sus fuerzas.
Continuará…
Gracias por continuar con la novela comenzaba a pensar que jamas la terminaria de leer ahora Soy muy feliz
ResponderEliminargracias gracias
ResponderEliminargracias
Estoy anemica ,....
ResponderEliminarMuchas gracias por facilitar la novela. Gracias!!!!
Ay ya me dió hambre!!
ResponderEliminarTanto sexo suculento abre mi apetito!!
Dios.., Yokosawa me haces pecar ahre.
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