Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 5
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Continuación del capítulo 10
-¿No se va a casa todavía,
Yokozawa-san?- Lo llamó Henmi algo preocupado. Él por su parte ya había
terminado con sus propias obligaciones para poder irse.
-Me iré después de que acabe con
esto. Tú puedes marcharte.
-Está bien, ¡entonces me iré
primero! Debería intentar no quedarse hasta muy tarde.
-Sí, sí. Lo sé. Ten cuidado en el
camino a casa.- Ni siquiera levantó la mirada de la pantalla del ordenador, por
lo que se despidió de Henmi solo con palabras.
Dejó escapar un suave suspiro. Ahora
la planta de ventas se encontraba en completo silencio. La razón por la que no
había hecho demasiados progresos ese día, era porque todavía estaba dándole
vueltas a lo que Yasuda había dicho antes aquella tarde.
“Ustedes están saliendo, ¿cierto?”
No había sonado como si estuviera
haciendo una broma, sino como si tan solo señalara algo que era obvio. Aun
sentía cómo su corazón parecía querer pararse en su pecho.
Dada la tranquilidad con la que
Kirishima había actuado ante el suceso, suponía que el hombre podía ser alguien
digno de confianza. Pero la gente normal
no soltaría así de repente un comentario de ese tipo. Pero aun así, aquello no
era lo que lo tenía realmente tan inquieto.
Lo
que más le preocupaba… era él mismo.
No hacía mucho, Iokawa también se
había dado cuenta de la relación que mantenía con Kirishima, y la combinación
de estos hechos le había hecho preocuparse… quizá era demasiado fácil de leer. Ya eran dos las personas que habían
descubierto su relación… lo que sugería que debía haber alguna razón para ello.
Quizá Yasuda había notado algún cambio en Kirishima tras haberlo visto después
de tanto tiempo, o a lo mejor había algo en el ambiente que se respiraba entre
ellos dos.
-…
No sería capaz de resolver el
misterio sin hablar directamente con el hombre, Yokozawa no llegaría a ninguna
conclusión si seguía dándole vueltas él solo. Pero aun así, ¿qué posibilidades
había de que volviera a encontrarse con Yasuda? Aquella había sido la primera
vez que se lo había visto desde que empezó a trabajar en Marukawa, lo que
quería decir que probablemente pasarían años
antes de que volvieran a cruzarse.
-Qué demonios voy a hacer…- Murmuró
para sí mismo.
Guardó los documentos que acababa de
terminar y miró al frente, dándose así cuenta de que estaba completamente solo
en la planta de ventas. Por lo visto el hecho de que todos sus compañeros se
hubieran ido ya a casa, era la razón por la cual el lugar estaba tan
silencioso. Vio como todas las luces en frente de él ya se habían apagado. Fue
entonces cuando recordó que todos los empleados se habían dado prisa en irse a
casa debido al tifón que se avecinaba.
Tras echar un vistazo al reloj se
dio cuenta de que había pasado un montón de tiempo desde que Henmi se hubiera
ido. Si lo pensaba bien, probablemente había pasado más tiempo perdido en sus
pensamientos que en estar trabajando.
Miró hacia la ventana, dándose
cuenta de que el tiempo había empeorado más de lo que esperaba. La lluvia
golpeándose con fuerza contra la ventana deformaba las siluetas de los edificios
al otro lado de la calle. El viento aullaba como el bramido de algún animal
salvaje.
Abrió el buscador de internet para
revisar el estado del tifón. Por lo visto ya varias líneas de tren y otras
tantas calles habían sido cerradas. Su propia línea que debía coger para llegar
a casa había sido una de las primeras en cerrarse. Dudaba que pudiera encontrar
un taxi fácilmente con aquel tiempo, y aun si
intentaba tomar el camino largo hasta su casa, no sería un viaje fácil.
Definitivamente había perdido la oportunidad de llegar a casa aquella noche.
-Supongo que no hay nada que hacer.
Tendré que pasar la noche aquí.- No pasaría nada por que no fuera capaz de
tomarse un baño por una noche, y
tampoco sería la primera noche que pasara en la oficina. Cuando era un
principiante, había llegado a estar allí más tarde de la media noche preparando
eventos. De hecho, estaba bastante seguro de que tenía alguna manta guardada
por algún lugar. Justo cuando se levantó para buscarla, su teléfono empezó a
sonar.
Miró de quién se trataba y entonces
respondió: -Diga, Yokozawa al habla.
-Escuché que te quedarías en la
oficina hasta tarde. ¿Conseguiste llegar a casa bien?
Parecía que Kirishima lo había
llamado lleno de preocupación. Su exagerada atención al principio le había
hecho sentir incómodo, haciendo que Yokozawa no pudiera aceptarlo sin protestar
aunque fuera un poco. Aunque de un tiempo a esta parte, había llegado a
acostumbrarse a esa faceta.
-No, todavía estoy en la oficina.
-¿¡Quieres decir que todavía no te
has ido!?- Kirishima no parecía estar nada feliz con su respuesta,
probablemente no se lo esperaba. El mismo Yokozawa no había tenido intención de
quedarse hasta tan tarde.
-Lo siento. Simplemente se me pasó
el tiempo y no tuve oportunidad de hacer un descanso.- Aquello era todo lo que
podía decir, y aunque podía hacerle quedar como un idiota, era la verdad.
Si Sorata hubiera esta aun en su
casa, probablemente hubiera intentado arreglárselas para llegar a casa, pero el
hecho de que estuviera con los Kirishima, había hecho que se despreocupara al
respecto.
-¿Entonces qué vas a hacer? Todas
las líneas de tren ya han sido cortadas.
-Probablemente acabaría teniendo
problemas aun si me fuera ahora mismo, así que voy a quedarme aquí. Solo una
noche no será para tanto.- Estando en la oficina le sería imposible tener
cualquier tipo de accidente, y aunque no era el lugar ideal para descansar, era
más que suficiente con que sirviera como resguardo de la lluvia.
-…Por el amor de Dios, supongo que
no hay otra opción. Solo se un buen chico y espera pacientemente.
Y tras eso, Kirishima cortó la
llamara, dejando tras de sí tan solo un pitido artificial. -… ¿Qué demonios ha
sido eso?- ¿”Se un buen chico y espera?” ¿Qué quería decir? Él no era un ningún
niño, así que no era como si fuera a salir en medio de la tormenta o algo por
el estilo.
Estirando su cuello, volvió a
centrarse en lo que le quedaba de trabajo. Si tan solo pudiera acabar de una
vez con esos documentos que tenía ante él, ya todo iría cuesta abajo. Recordándose que no
debía perder el tiempo pensando en esas cosas, se forzó a volver la vista hacia
su ordenador.
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Perdió la concentración debido a que
su estómago empezó a sonar, recordándole que llevaba bastante sin comer.
-…
Sería cruel pedir que le llevaran
algo con aquel tiempo. Hacía algún tiempo había ordenado curry con cierta
frecuencia. La tienda que él y sus compañeros solían elegir era de grandes
porciones y era rápida con el reparto, así que se había vuelto la favorita con
facilidad.
-Estoy hambriento.
-Ya, me lo imaginé, y por eso te
traigo algo de comer.
-¿¡!?- Había dicho aquel comentario
para sí mismo así que casi saltó de la silla cuando escuchó a alguien
respondiéndole por detrás. Se giró para encontrarse a Kirishima de pie detrás
de él. -¿¡Qué… qué demonios haces aquí!?- Su ropa era casual, lo que quería decir
que ya se había ido a casa por aquel día.
Un paraguas que goteaba le colgaba
de una mano, y la tela de su ropa había cambiado de color debido a la lluvia
que debía haberle caído encima. Su pelo, húmedo y desordenado, debía estar
molestándolo de sobremanera. Sacudió su cabeza ligeramente para quejarse. –Ugh,
odio mojarme.
Dejó el paraguas de pie al lado de
la puerta y sacó de su bolsa una toalla que debía haber traído de casa para
empezar a secarse el pelo con energía.
-¿Entonces por qué demonios has
venido hasta la oficina? Si te olvidaste algo estoy seguro de que podría haber
esperado hasta mañana.
-Idiota, he venido a por ti. Como dijiste que no podías volver a
casa…- Aquello quería decir que su anterior “se un buen chico y espera
pacientemente”, quería decir en realidad “voy a buscarte, así que espérame”.
-… ¡Te dije que iba a pasar la noche aquí!
-¿Pero no te sentirías solo?
-No soy un niño. ¿Y qué pasa con Hiyo?
-Está en casa.
-¿Quieres decir que volviste a
pedirle a tu madre que la cuidara?- Hiyori entendía perfectamente que su padre
tenía un trabajo exigente, ¿pero acaso no necesitaban algo de tiempo juntos de
vez en cuando? Y encima de eso, estaba aquel tiempo. Debía estar sintiéndose
sola sin su padre cerca con aquella tormenta nocturna.
-Iba a venir a casa de todas formas.
Dijo algo sobre discutir lo del disfraz de Hiyori.
-¿Disfraz?
-Creo que habrá algo para Halloween.-
Lo que recordó a Yokozawa que Halloween, un evento que de alguna forma se había
vuelto común en Japón, sería a finales de ese mes. Aunque era más bien usado
para fines comerciales, había algunos sitios que hacía desfiles, y en algunos
parques a menudo permitían a los visitantes llevar disfraces aquel día.
-¿Y no estaría bien que tú también
estuvieras en esa discusión?
-Oye, el patrocinador no debería
meterse donde no le llaman.
-¿Ves? Dices ese tipo de cosas, pero en realidad simplemente no te gusta
estar cerca cuando las chicas hablan.
-Bueno, podría decirse así.
Realmente no me gusta que me pidan mi opinión después de todo. Pero joder, esta
lluvia no parece que vaya a parar…
-No es como si pudiera evitarse; es
un tifón. Probablemente nos tengamos que quedar aquí hasta mañana.- El reporte
del tiempo que había visto antes decía que las cosas se estaban calmando tras
la recalada en la región de Kantou (en la que estaban situados), y aunque se
suponía que amanecería con cielos claros, se había aconsejado a los
telespectadores que no salieran aquella noche.
-Me pregunto si sería una mala idea
ir a casa en coche…
-Bueno, deberíamos esperar al menos
un poco a ver cómo van las cosas.- No era como si no pudiera irse en seguida,
pero la fuerte lluvia daba problemas de visibilidad, y las alcantarillas debían
estar colapsadas también.
-Creo que deberemos pasarnos toda la
noche aquí entonces…
-Y por ello es que no deberías haber
venido.
-…Bueno, estaba un poco preocupado
por ti.
-¿Eh?
-Estás nervioso porque Yasuda se
enterara de lo nuestro, ¿no es así?
-¡!- Yokozawa se quedó en silencio
al ver cómo Kirishima había dado justo en el blanco respecto a sus
preocupaciones. Su conversación anterior había durado apenas tres minutos, lo
que quería decir que Kirishima se había dado cuenta de que algo estaba mal en
ese pequeño periodo de tiempo.
Kirishima se sentó lentamente en una
silla al lado de Yokozawa. -…Lo sabía. Pensé
que era raro que te distrajeras hasta el punto de olvidarte de volver a casa.
-Nadie ha dicho que me distrajera.
-Bueno, pero lo hiciste, ¿no? De
otra forma sería imposible que no te hubiera dado tiempo a acabar tu trabajo
para volver a casa en un día como este.
-…- Yokozawa no tenía nada que decir
ante aquel razonamiento tan lógico. Sintió una frustración al entender que
nunca sería capaz de actuar tranquilo delante de alguien como Kirishima.
-Pero en serio, no tienes que
preocuparte por él. Lo dijo porque se dio cuenta, eso es todo. Estoy seguro de
que no tenía motivos ocultos ni nada por el estilo. Pero si te hace sentir
mejor, puedo recordarle que no puede ir diciéndolo por ahí. Así que… piensa en
ello como nada más que un comentario desafortunado.
-…Verdaderamente deben ser
cercanos.- Parecía confiar plenamente en Yasuda. Los compañeros de trabajo de
la misma edad en la compañía solían comportarse como soldados del mismo
escuadrón en el campo de batalla, así que Yokozawa entendía sus lazos… pero de
alguna forma sentía que algo estaba mal al respecto.
-… ¿Celoso?
-No… ¡no he dicho nada de eso!
-Aah, ya lo entiendo, sep. Estás
celoso, entendido.
-¡Te acabo de decir que no es eso!- Pero aunque lo negara, debía
admitir que en una pequeña parte de su mente aquello no era del todo verdad. Aun
así, no era su estilo simplemente aceptar la acusación.
-Definitivamente deberías intentar
ser un poco más honesto contigo mismo.
-Cállate… Lo que realmente me estaba
preocupando… era yo mismo.- Nunca
llegarían a ningún lado en aquella conversación si seguían con el tira y
afloja, así que Yokozawa tomó la iniciativa y decidió confesar lo que le había
estado inquietando todo el día. No quería hacerlo, pues era algo molesto tener
que ser el primero en ceder, pero era mejor eso que quedarse callado y tener a
Kirishima calentándole la cabeza para que lo soltara.
-… ¿De qué estás hablando?
-No solo se trata de Yasuda. Hace
poco Iokawa-san también se dio cuenta de que estábamos saliendo, ¿te acuerdas?
Es solo que… me hizo preocuparme sobre si debo estar haciendo algo, o actuando
de cierta manera… que hace que sea tan obvio.
-Ah…- Kirishima puso una mueca, como
si estuviera considerando la misma posibilidad.
-Así que… ¿Qué crees que le hizo
darse cuenta?
-No estoy seguro… Nunca lo he
entendido yo mismo para empezar, pero él puede llegar a ser bastante agudo a
veces. No puedes ocultarle nada.
-Entiendo…
-Pero tomaré nota. De verdad siento
que es algo en lo que debería trabajar. Intentaré ser más cuidadoso.
-Te lo agradecería.- Aunque no había
solucionado el problema del todo, era un gran avance que Kirishima dijera que
iba a reflexionar sobre sus acciones. Había estado yendo demasiado lejos, así
que Yokozawa sintió un gran alivio al escuchar que prestaría más atención a su
alrededor de ahora en adelante.
-Oh cierto, ten, traje comida.- En la
bolsa que Kirishima había traído consigo había cuatro onigiris, con tamagoyaki
y unas salchichas cortadas con forma de pulpo que tenían ojos muescado en una
pequeña caja.
-…No irás a decirme que esto lo has hecho tú…
-Dios, no. Ha sido Hiyo. Dijo que se sentía mal porque
probablemente tendrías hambre. También hizo tamagoyaki.
-¿Hiyo… hizo esto para mí?- Sintió
una calidez en el pecho al pensar en la consideración que ella había tenido al
hacer aquello para él. El pequeño tamaño de los onigiris sería debido a sus diminutas manos. Aun encerradas en un
envoltorio podía sentir que estaban
todavía calientes.
-Más te vale agradecerme a mí
también. He venido hasta aquí a través de ese clima infernal para traerte algo
de comer y recogerte.
-…Lo estoy. Estoy agradecido.
Gracias.- Estaba sorprendido, y comprendió entonces que ese revoltijo de
emociones era lo que le había llevado a dar respuestas tan cortas.
-De nada. Pero en serio, se ven
realmente buenos. Dame uno.
-¿No has comido todavía?
-Sí, pero ver estos onigiris me ha hecho tener hambre otra
vez.
Le dio uno a Kirishima, quien lo
terminó con una par de bocados rápidos. Eran tan pequeñas que los otros tres
desaparecieron rápidamente. Atacaron el tamagoyaki
y las salchichas a la vez, y en tan solo cinco minutos, habían terminado con
todo. Aun así, había sido suficiente para paliar el apetito de Yokozawa por el
momento.
-Todo estaba buenísimo. Dile a
Hiyori que me encantó la comida.
-Díselo tú mismo. Vendrás mañana,
¿no? Ah, tienes un grano de arroz en tu…
-¿Dónde?- Había estado famélico y
prácticamente había devorado la comida.
-A la derecha de tu boca….no, ahí
no, a mi derecha. Ugh, olvídalo, ya lo quito yo.
-¡Puedo hacerlo yo solo!- Pero en
vez de quitarlo con su mano, Kirishima se acercó hasta él, tan cerca que podría
haberle robado un beso, y antes de que Yokozawa pudiera echarse hacia atrás,
posó sus labios suavemente en el lado derecho de su boca.
-… ¿En serio tenía algo en mi cara?
-¡Lo tenías! ¿Qué, tan poco fiable
soy, Yokozawa?
-Sí.-
Su pobre defensa no estaba ayudando realmente. ¿Por qué siempre tomaba una
actitud tan frívola cuando trataban cosas importantes? Pero entonces, lo
entendió.
Yokozawa era del tipo que, si era
seriamente seducido, sin oportunidad de hacer ninguna objeción o responder de
forma sarcástica, acabaría encontrando la situación incómoda. Así que
probablemente aquel había sido el objetivo de Kirishima después de todo. De
todas formas, acabó estando a la defensiva.
-Ya sabes, solo estaba pensando… que
ahora sería una buena oportunidad para hacerlo, pero supongo que no querrás.
-¿Hacer qué?
-Sexo en la oficina.
-¡Hazlo tú solo…!- Soltó un fuerte suspiro ante otro estúpido comentario de
Kirishima.
-Sería algo difícil hacerlo por mi
cuenta. Vamos, no hay nadie cerca, y está lo bastante oscuro como para crear un
buen ambiente. ¿Qué opinas?
-Ni de broma. Además, ¿qué pasa si
nos pillan las cámaras de seguridad?
-Nah, no pasa nada. Solo graban las
entradas y salidas. Así que mientras no retocemos en la entrada, no nos verán.
-Bueno, no vamos a retozar de ninguna forma.
-Oh, yo creo que sí.
-No es algo de lo que jactarse.
-Solo piénsalo… Somos las dos únicas
personas en este edificio, en medio de la noche con un gran tifón. Nuestra
conversación nos hace olvidarnos del tiempo, y poco a poco nos empezamos a
acercar… ¡Sería un desperdicio si no pasara nada!
Yokozawa intentó encontrar una
respuesta para aquello. –Has estado leyendo demasiado manga.
-¿Qué hay de malo en que un editor
de manga lea demasiado manga?
-No he dicho que haya nada malo en ello, ¡solo digo que no pienso
tomar parte en esto!- Estaba bien que Kirishima fuera tan positivo, intentando
sacar lo bueno de cualquier situación, pero podía obcecarse de tal manera que
acababa agotando a cualquiera.
-Al menos merezco una recompensa por venir hasta aquí en medio
de una tormenta para traerte comida, ¿no crees?
-¿Eh?- Yokozawa frunció el ceño ante aquella palabra inesperada.
-Ya sabes, una recompensa. Pero está
bien, lo haremos a tu manera… me conformaré con un beso en la mejilla.- Y con
ello, expuso su mejilla, golpeándola insistentemente. Ante la mirada amarga de
Yokozawa, Kirishima dejó caer sus hombros. –Aww, y aquí estoy, cobrando por tu
rescate tras haber arriesgado mi vida y mi integridad física. Mi amante parece
estar hecho de hielo. Qué no daría yo por que tan solo una vez pudiera recibir una dulce recompensa…
-Deja de quejarte. Solo tengo que
hacer eso, ¿no?- Y así, golpeó la alfombra para acercarse, con silla incluida,
haciendo que Kirishima se sorprendiera ante el súbito movimiento.
Yokozawa enredó sus dedos en el pelo
de Kirishima y entonces atacó sus labios con un violento beso. Uno en la
mejilla habría sido aún más embarazoso que uno normal, y de esa manera, se
podía asegurar de que Kirishima no se quejara innecesariamente. -…
¿Satisfecho?- Masculló, liberando aquellos labios robados, pero no parecía que
fuera a salir impune.
-… Ni de lejos.
-¿¡Ngh…!?- Dos manos llegaron para
tomarle por la cabeza, volviendo a aquel apasionado beso, y después de que
Kirishima ya estuviera sobre sus labios, deslizó su lengua en su interior,
donde se movía como si tuviera vida propia. Buscó su propia lengua en su boca,
y Yokozawa sintió congelarse, con su mente nublándose.
-¡Hnn...nnm…!
No solo su lengua, sino toda su boca
se sentía arder, y un sonrojo recorrió su cuerpo desde la cabeza hasta los
pies, haciéndole sentir como si estuviera afiebrado. En su vacilación sobre si
protestar o no, Kirishima había tomado aquel primer avance de Yokozawa y se
había decidido a seguir.
Sus labios habían empezado a temblar
de necesidad, pero sabía que si se dejaba llevar ahora, estaría definitivamente
en las manos de Kirishima. Ir más lejos que aquello no sería una buena idea.
-Es…
es suficiente…- Alejó a Kirishima y le cortó con la mirada, recibiendo a cambio
la respuesta más juguetona con la más seria de las expresiones.
-…Sí,
definitivamente tenemos que hacerlo.
Sexo en la oficina.
-¡Ni
de broma! ¡Idiota!- Su grito hizo eco por toda la oficina vacía. Estaba claro
que ahora pasaría el resto de la noche intentando defenderse de Kirishima.
Continuará…
jejejeje andale yokozawa!! cede tantito! jajaja creo que nisiquiera Isaka y Asahina han tenido esa oportunidad xD jajaja
ResponderEliminarEstoy confundida con la cronologia' esto es antes de noche de brujas?...
ResponderEliminarCada vez son mas envidiables!
Yo lo unico que pienso ultimamente es en que yokozawa le cuente ya a takano su relacion con kirishima, asi capas le de consejos y esas cosas, y a no ser tan evidente o algo asi.... :/
ResponderEliminarYo pienso lo mismo, quiero que le diga a Takano
Eliminarjajajaj y se cortó en la mejor parte xDD
ResponderEliminaresto simplemente es hermoso!!! *w*
ResponderEliminarSon las primeras veces de Yokosawa esto ya parece película xxx jajaja
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