jueves, 10 de abril de 2014

Yokozawa Takafumi no baai Vol. 3 Capítulo 5 Parte 8

Publicado por KanaAmai en 17:32

Tipo de texto: Retraducción de novela
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 3
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Retraducción: DrL 











Continuación del capítulo 5

     Yokozawa tiró su bolso a lado de la cama, yendo directo a la ventana que llevaba al balcón abriéndola de un tirón para permitir que una fuerte briza llenara la habitación.
     -Hombre, ¿cuántos años han pasado desde la última vez que vine a la playa?
     Desde el balcón donde se encontraba en lo alto de ese resort hotel costero, podía atisbar el lejano horizonte y el sol brillando resplandeciente en un cielo completamente despejado. Bajando la vista, la línea de la costa alcanzó a entrar en su campo visual, la cual estaba plagada de puntos que parecían ser cientos de bañistas. 
     ¿Quién hubiera pensado que sería capaz de disfrutar unas vacaciones de verano tan pintorescas como estas a la edad de veintiocho años? Desde que se uniera a la fuerza laboral todas sus "vacaciones de verano" se reducían prácticamente a la hora y pico del viaje en tren de ida y de vuelta desde su departamento a la casa de sus padres.
     Pero la razón por la que se encontraba allí en ese momento... se debía a que se había unido a Kirishima y Hiyori en sus vacaciones familiares.
     Aunque estas "vacaciones de verano" le habían causado mucha angustia en los últimos tiempos, eventualmente pudo asegurarse con bastante facilidad tres días libres seguidos. Justo como Kirishima le había asegurado, luego de consultarlo con su jefe y sus compañeros de trabajo, la cooperación de los demás le había permitido tomar unos días libres fácilmente. 
     Habían sido extremadamente afortunados al encontrar dos habitaciones en un hotel tan lindo como ese en una temporada tan ajetreada, todo gracias a que consiguieran hacerse de los lugares que fueran cancelados a último minuto. Habían reservado dos habitaciones dobles; aunque Kirishima tratara tanto como le fuera posible de persuadirlo de que a Hiyori no le importaría en absoluto, Yokozawa no podía alojarse con una niña en la pubertad. 
     Sorata se quedó con Takano, su antiguo dueño. Dado todo lo que había pasado entre los dos, la atmósfera entre Yokozawa y Takano había sido un tanto forzada e incómoda por un período, pero con el tiempo, los sentimientos gradualmente se estabilizaron. A este paso, las cosas estaban destinadas a regresar eventualmente a la amistad que ellos compartieran cuando se conocieron.
     Y Yokozawa estaba convencido de que la razón por la que era capaz de ver las cosas bajo una luz tan positiva ahora... era todo gracias a Kirishima. Inicialmente no sintió sino irritación cuando Kirishima lo arrastró a la fuerza a salir de esos días grises que él pasara regodeándose en la autocompasión, pero ahora estaba verdaderamente agradecido.
     Seguro, no era como si no le quedaran sentimientos dolorosos en su interior y probablemente las heridas nunca sanarían por completo. Pero, todo eso estaba en el pasado en lo que a Yokozawa le concernía ahora.
     Si él hubiera sido alguien que observaba desde afuera, hubiera estado sorprendido al enterarse de como sus sentimientos habían cambiado en menos de seis cortos meses, y verdaderamente, él mismo estaba más que solo un poco sorprendido. No podía contar la cantidad de veces que pensó "no puede ser..." pero eso no hacía nada para cambiar el hecho de que sus sentimientos por Kirishima estaban creciendo día con día.
     -... Y aun no he conseguido preguntárselo todavía... 
     Aunque debió tener una buena docena de oportunidades para discutirlo, aún debía abordar el tema de la "entrevista matrimonial" de Kirishima.
     "Y bien, ¿seriamente te hablaron sobre una entrevista matrimonial?"
     Todo lo que tenía que hacer era decir algo como eso, simplemente y con indiferencia, pero cada vez que lo intentaba, su voz se quedaba atravesada en su garganta. No tenía mucha confianza de que podría mantener un semblante imperturbable si Kirishima admitía que era verdad, ni podía imaginar como reaccionaría si Kirishima fuera a intentar dar otra vaga respuesta.
     Si alguien se hubiera acercado a él con un problema como este, Yokozawa indudablemente le hubiera aconsejado que "pusiera la barba en remojo y lo encarara como se debe", pero él permanecía incapaz de mencionar el tema con creciente frustración por sus dudas. Esa contradicción dio lugar al estrés, lo cual a su vez lo arrastró a un círculo vicioso de una desesperación profundizándose sin fin.
     Sin embargo, la actitud de Kirishima en esos días también jugó un papel importante en la incapacidad de Yokozawa para traer a colación el tema. Últimamente él lucía un semblante extraño y conflictivo cuandoquiera que chequeara el número de sus llamada entrantes en su teléfono celular y Yokozawa notó que el sujeto incluso escondía a propósito su correo.
     Kirishima sostenía que nada andaba mal, pero si ese ciertamente fuera el caso, no estaría comportándose de ese modo. Debía tener algo que no quería que Yokozawa viera. 
     Yokozawa trató de corroborar con Hiyori e incluso de consultar con Katou como quien no quiere la cosa, pero parecía que Yokozawa era el único que había notado algo extraño en el comportamiento de Kirishima en los últimos tiempos. Y aunque no confiaba en sí mismo, no sospechaba que el sujeto le estuviera siendo infiel. Kirishima no caería tan bajo y si verdaderamente hubiera encontrado a otra persona por la cual tenía sentimientos... Yokozawa estaba seguro que se lo diría de frente.
     Pero Yokozawa quería estar ahí para él de alguna manera si el sujeto se encontraba en problemas; sin embargo, el hecho de que Kirishima estuviera actuando como si nada anduviera mal en absoluto... significaba que había juzgado que Yokozawa no era de confianza en esta instancia. 
     Cuanto más pensaba en el asunto, más deprimido se sentía, y en contraste con el vasto cielo azul extendiéndose frente a él, el corazón de Yokozawa se volvía incesantemente más y más oscuro.
     -... Supongo que debería cambiarme.
     Yokozawa sacudió aquel giro oscuro que sus pensamientos estaban tomando y se obligó a virar su atención a otra parte. No tenía tiempo de andar en las nubes así, se suponía que ellos bajarían directo a la playa en ese momento. 
     Abrió su maleta y sacó una toalla y un bañador. Hubiera sido demasiado inconveniente preocuparse por revolver en su viejo armario en la casa de sus padres, así que salió y compró un bañador nuevo y un par de sandalias. Aunque tratara de actuar con frescura tanto como le fuera posible, se había sentido un poco avergonzado de cuanto pareciera ansiar todo esto, pero eso no importaba mucho mientras Kirishima no se enterara.
     Justo cuando estaba cargando todo lo que necesitaba en una bolsa plástica, el timbre de su habitación sonó: -¿¿Ya estás listo, Oniichan??
     -Ya salgo, espera un segundo -respondió con una sonrisa amarga a Hiyori, quien se oía como si no pudiera esperar a salir. Se puso un saco de playa y cogió la bolsa que pendía de la silla, saliendo de la habitación donde encontró a Hiyori luciendo la adorable malla que hiciera que su abuela le comprara antes de las vacaciones de verano sosteniendo una pelota de playa.
     -Lamento la espera. ¿Te aseguraste de que no olvidas nada?
     -¡Sip, todo está listo! ¡Mi padre me ayudó a chequear!
     -¿Y qué está haciendo ese padre tuyo ahora?
     -Dijo que saldría justo detrás mío, pero... 
     Justo como volvieran sus miradas hacia la habitación junto a la suya, la puerta se abrió y Kirishima salió ataviado con bañador, una camisa hawaiana y unos lentes oscuros; un atuendo que no era normal ni en los sueños más disparatados. Seguro, el flotador que colgaba de su hombro le daba un cierto aire doméstico, pero solo eso no podía disipar la sensación de inquietud que lo rodeaba.
     -Lamento hacerlos esperar. Llevó un tiempo inflar el flotador.
     -¿Padre estás seguro de que no olvidas nada? ¡Me adelantaré a toda prisa y apretaré el botón del ascensor!
     -¡Ten cuidado de no tropezar! -gritó Yokozawa preocupado cuando Hiyori salió a la carrera hacia el elevador, obviamente ansiosa por llegar al agua. Resultaba fácil tropezar con las sandalias y caer en la alfombra que cubría el pasillo.
     Mientras veía como se retiraba con preocupación en su voz, Kirishima lo miró de arriba a abajo con una mirada descortés y un tono de fuerte desaprobación en su voz: -¿Estás seguro de que te ves lo suficientemente patético?
     -¿Estás seguro de que te ves lo suficientemente llamativo
     -¿Ah? ¿Te parece? Este es el atuendo que la gente lleva usualmente en los resorts, ¿no? ¿Qué, quieres que te preste algo de mi ropa? Tengo otra camisa hawaiana en diferente color.
     -Me temo que tendré que declinar gentilmente. ¿Por qué demonios querría usar tu ropa..?
     Raramente a Yokozawa le importaba tres pepinos lo que la gente pensara de su ropa, pero un escalofrío lo recorrió ante la simple idea de como se verían luciendo ropa a juego. Más aun, si él se aparecía luciendo una camisa hawaiana y lentes oscuros en la playa... de seguro lo confundirían con un mafioso. 
     -¿No te parece que deberíamos dejar claro que somos una pareja locamente enamorada? Vamos a la playa en pleno verano, sabes. Puede que te encuentres con unos cuantos lances.
     -Sí, claro. ¿Y a quién dices que deberíamos dejárselo en claro? 
     Yokozawa sabía bastante bien que ponerse como loco solo serviría para divertir a Kirishima aún más, así que el truco era parecer tan impasible como fuera posible con cualquier respuesta que diera. 
     -Pues a toda la gente sobre la faz de la tierra, por supuesto -Yokozawa le lanzó una fría mirada al ostensiblemente serio Kirishima y comenzó a adelantarse-. ¿Qué, no me crees? Deberías saber perfectamente bien que hablo muy en serio aquí.
     -Sí, sí, por supuesto. Entiendo.
     Yokozawa dejó que las bromas de Kirishima le resbalaran mientras se adelantaba con paso tranquilo alcanzando a Hiyori, quien los llamaba desde adelante.
     -¡Padre, Oniichan! ¡El ascensor ya está aquí!
     -¡Bueno, bueno! Ya vamos, ¡para la mano! 
     Ante su insistencia ellos apresuraron el paso. Tal vez más que emocionada por ir a la playa, ella simplemente estaba encantada de que hubieran logrado llegar allí todos juntos como un trío. Todo el camino hacia allí, ella no paró de hablar de como "¡hubiera sido incluso más divertido si Sora-chan hubiera podido venir también!".
     -Oniichan, ¿ya te pusiste protector solar? ¿Quieres usar el mio? -ella extendió su tubo de crema a Yokozawa mientras subían al ascensor. 
     -No me puse nada, pero no preocupa mucho quemarme.
     Después de todo, él ya estaba bastante bronceado por todo el tiempo que pasó fuera dando vueltas en sus rondas y no podía imaginarse que fuera a hacer ningún bien ponerse protector solar ahora. Las partes de su cuerpo que estuvieron cubiertas por su camisa estaban aún bastante pálidas, pero siempre y cuando se quedara con la ropa puesta, no tendría que haber ningún problema.
     -Deberías ponerte un poco. ¿Quieres que te lo ponga en la espalda?
     -Estoy bien
     Si Yokozawa le pedía a Kirishima que hiciera eso, no había forma de decir hasta donde llegaría con tan poca cosa.
     -Si yo fuera tú, no subestimaría al sol de la playa. ¿Qué harás si luego estás llorando a moco tendido por lo mucho que duelen tus quemaduras solares?
     -¿Quién diablos estará llorando a moco tendido? Estaré bien siempre y cuando no me quite la camisa. ¿Qué, me estás diciendo que tú realmente te pusiste?
     -Claro que sí. Yo soy de los que se achicharran cuando están bajo el sol, lo detesto. Además sería tremendamente incómodo si me paseara en las reuniones con los autores que han estado encerrados en sus talleres luciendo a las claras como si me hubiera divertido un montón en las vacaciones. 
     -Ustedes los editores de seguro la tienen difícil, pero yo no tengo que preocuparme por ese tipo de cosas y además, yo me bronceo perfectamente bien. 
     Después de todo, ese sería un perfecto comienzo para una charla y muchos de sus compañeros de trabajo ya estaban bronceados debido a los días que pasaran jugando golf. No había razón alguna para que él se sintiera incómodo.
     -... Como quieras, pero no me vengas llorando después.
     -Ocúpate de tus asuntos. ¡Hiyo! Vamos a asegurarnos de conseguir un lugar en playa primero. ¿Hay algo que quieras hacer en particular?
     -Humm, ¡quiero subirme a uno de esos botes con forma de banana! Y luego...
     Yokozawa dejó que la advertencia de Kirishima le entrara por una oreja y le saliera por la otra, poniendo su atención en cumplir los planes del día de Hiyori.

Continuará...

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