jueves, 10 de abril de 2014

Yokozawa Takafumi no baai Vol. 3 Capítulo 5 Parte 3

Publicado por KanaAmai en 17:25


Tipo de texto: Retraducción de novela
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 3
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Retraducción: DrL 









Continuación del capítulo 5



     Esos dos últimos días, Yokozawa y los demás representantes de ventas estuvieron trabajando más duro que mulas de carga. Por supuesto, ellos siempre eran diligentes y serios en sus trabajos, pero esta fue la primera vez que jamás experimentaron un aire tan lleno de sed de sangre.
     Sin embargo, gracias a su duro trabajo, parecía que finalmente divisaban la meta de sobreponerse al problema que tenían en frente, y Yokozawa se sintía cómodo admitiendo que ellos habían salido de la zona de peligro. Finalmente con llegada del aviso de sus superiores, todo lo que restaba era ver que todo llegara sin riesgos a su fin.
     Al día siguiente él estaría de tarea haciendo llamadas telefónicas, pero con la perspectiva de resolver todo aquello que pendía sobre su cabeza finalmente, sentía como si un gran peso le fuera quitado de sus hombros. Seguro, la razón por la que pudieron resolver la situación se debió en gran medida a la cooperación de un gran número de gente, y él tendría que resarcirlos con su duro trabajo en el futuro.
     Aunque aún quedaban algunos pequeños e irritantes asuntos que requerían su atención, probablemente podría hacerse cargo de todo siempre y cuando los atendiera tan pronto como se presentaran, y aunque aún quedaba un resentimiento subyacente hacía el hermoso regalo de despedida que les había dejado el empleado a todos ellos, él estaba mas que nada contento de que el sujeto hubiera dejado el departamento de ventas de una buena vez. Si su ética laboral hubiera seguido pasado desapercibida, las cosas podrían haber sido mucho peor.
     Yendo más al grano, él sentía que el hecho de que todos se hubieran unido para resolver este problema había mejorado enormemente la camaradería en el grupo. Todos tenían su talento individual, seguro, pero Yokozawa estaba contento de haber experimentado por sí mismo como el hecho de trabajar juntos así había mejorado el potencial general del grupo en conjunto.
     Aun así, esperaba que no se repitiera algo así pronto. A los talones de este asunto, una nueva regla estaba siendo implementada requiriendo que todos los miembros del departamento se aseguraran de reportar el estatus de los proyectos en los que estaban involucrados. Se había vuelto penosamente aparente que intentar encargarse de demasiadas cosas por uno mismo resultaba en serios errores, y nadie había expresado ninguna oposición a la nueva medida.
     -¡En este momento estamos llevando a cabo una campaña de ventas para nuestro más reciente producto! ¡Por favor prueben esta muestra gratis!
     Empujado con la multitud al salir de la estación, una joven puso algo en la mano de Yokozawa. 
     -¿Qué sentido tiene darme a  algo como esto..? 
     Parecía ser algún tipo de toallita desodorante para enjuagar el sudor, pero el exterior rosa y la fragancia "menta durazno" dejaban en claro que este producto estaba dirigido a las mujeres. Habiendo decidido que tendría que endilgárselo a Hiyori más tarde, deslizó la muestra en su bolsillo y se abrió camino entre la multitud en dirección a su destino.
     Con el sol poniente, afortunadamente estaba un poco más fresco en ese momento, pero la briza ondulando alrededor de su cuerpo era aún levemente cálida. Suspiró para sí mismo, lamentando el hecho de que las sofocantes noches serían seguramente más frescas si pudieran venir acompañadas de una lluvia o dos.
    Recorrió el camino que conocía demasiado bien, encaminándose hacia Libros Marimo, pero no por trabajo ese día, en cambio esperaba encontrar un libro de cocina que pudiera ayudarlo a planear el menú para la fiesta de cumpleaños de Hiyori.
     Calculando que la tienda tendría una amplia selección de libros para elegir, no le había puesto su viaje mucha previsión, pero probablemente no fue la mejor de las ideas visitar una tienda llena a más no poder de gente que por seguro lo reconocería. ¿Cómo diablos se suponía que se explicaría si alguien llegaba a encontrarlo registrando la sección de cocina?
     Sin embargo, aunque consideraba que quizás sería mejor resignarse y buscar otra tienda, llegó al negocio antes de que se diera cuenta.
     -... Quizás estoy pensado demasiado...
     Solo porque allí trabajaba mucha gente que él conocía, no significaba que sí o sí fueran a notarlo. Además, en una librería tan grande como Libros Marimo, probablemente había más empleados que no lo reconocerían. Convenciéndose de esto, puso su lanza en ristre para entrar a la tienda cuando su teléfono comenzó a vibrar en su bolsillo con una llamada de Kirishima. Antes él había mencionado que estaría fuera de la oficina en una reunión y se había marchado en algún momento esa mañana.
     -Sí, habla Yokozawa.
     -Soy yo. ¿Puedes hablar ahora?
     -Sí, está bien. ¿Qué pasa? 
     Kirishima solía optar por hacer directamente una llamada en lugar de enviar un simple mensaje de texto cuando quería pedir un favor. Haciéndose a un lado para no meterse en el medio de los demás clientes que entraban y salían de la tienda, Yokozawa volvió su atención hacia su conversación.
     -Parece que el trabajo llevará un poco más de tiempo esta noche, así que no creo que llegue a casa a tiempo para la cena. Lamento esto pero, ¿te molestaría ir antes y comer con Hiyo?
     -¿No se suponía que irías directo a casa luego de que terminaras tus asuntos con un autor? ¿Pasó algo? 
     Si Yokozawa recordaba correctamente, se suponía que Kirishima se reuniría con Ijuuin ese día. Quizás las cosas no habían salido como él esperaba con el autor.
     -Oh, no, no es nada como eso en realidad. Solo, tenía algún que otro trabajo que atender luego que me está llevando más tiempo del que yo esperaba. Me aseguraré de llevarle algo a Hiyo así que, ¿te disculpas con ella por mí?
     -De acuerdo; entonces, llámame cuando llegues a la estación. Te tendré la cena lista para entonces. 
     -Lamento las molestias. Te veré más tarde -aparentando estar aliviado por la respuesta de Yokozawa, un nervioso Kirishima rápidamente terminó la llamada. En las oficinas de Japun, siempre había planes de adaptación a series de anime o a novelas dando vueltas. Cuando uno sube la escalera de posiciones hasta el puesto de editor en jefe, el trabajo se torna menos referente al manejo de autores y de andar corriendo por todos lados recogiendo manuscritos y más sobre tomar lugar en reuniones y discusiones, y el trabajo como representante del departamento editorial solo aumentaba.
     Aun así, Kirishima conseguía completar todo su trabajo como así también guiar a sus subordinados, todo el tiempo sin relegar jamás su rol de padre. ¿Cuándo conseguía encontrar tiempo para tomarse un descanso este sujeto?
     Enviando rápidamente un correo electrónico a Hiyori para hacerle saber cuando llegaría a casa, Yokozawa entró en la librería casi tomando la escalera mecánica que lo llevaba al piso inferior por pura costumbre. 
     -Epa, mis disculpas -murmuró mientras se daba vuelta precipitadamente y se abría camino entre la gente que espera detrás de él. Acallando su vergüenza, echó un vistazo para revisar el mapa que colgaba de una pared. Tomando la escalera hasta el segundo piso, donde se encontraban los libros de cocina, se dirigió a los estantes que le interesaban.
     -Bueno, supongo que es esto... 
     Como era de esperarse, Libros Marimo ofrecía una muestra bastante impresionante de productos, con más libros de los que podría contar alineados en los estantes. Desde libros especializados dirigidos a profesionales hasta textos introductorios llenos de imágenes dirigidos a principiantes, era imposible siquiera determinar por donde comenzar. Yokozawa recorrió largamente los estantes con la mirada, buscando cualquier cosa que llamara la atención, antes de que su vista se detuviera en una revista dirigida a amas de casa. Parecía ser el número del mes anterior y se jactaba de una colección de recetas para fiestas infantiles en la tapa.
     Tomando la revista en sus manos, la hojeó para revisar los contenidos, aliviado de encontrar que las recetas incluidas en ella no parecían tan complicadas. Dado el abanico de platos y el impacto visual, decidió comprar la revista y consideró que sería mejor practicar algunos platos en su casa, lejos de la vista de Hiyori, para evitar la posibilidad de meter la pata en su gran día.
     Regresando al primer piso, eligió una caja registradora hasta el final que no estaba manejada por nadie que él conociera y concluyó sus asuntos. Pero, justo cuando estaba por encaminarse a casa, aliviado de que consiguiera encontrar lo que necesitaba sin inconvenientes, alcanzó a oír una voz llamándolo.
     -¿Ah? ¿Yokozawa-san?
     -O-oh, hola... Yukina.
     Tal vez debido a que había bajado la guardia, su tono de voz se oyó un tanto sospechoso, pero el extraño comportamiento de Yokozawa no pareció activar el radar del empleado de medio tiempo de Libros Marimo en lo más mínimo, y Yukina Kou lo saludó de lo más fresco.
     -¡Debió decir algo si estaba aquí!
     -Solo vine por unos asuntos personales como cliente hoy, eso es todo. No quería importunar a nadie -esto no era más que una pobre excusa, pero no podía precisamente decir que él explícitamente había evitado el piso de comics para no ser pescado por nadie que él conociera. 
     A pesar de ser un estudiante de arte de tiempo completo, Yukina estaba a cargo de los anaqueles de libros de manga shoujo allí, haciendo excelente uso de su casi maníaco conocimiento del género. No había nadie en el departamento de ventas que no conociera a Yukina, ya que era bastante famoso entre los representantes de ventas por inducir grandes saltos en las ventas de cualquier título que él promocionara a los clientes. Además, él era el único que podría fantasear con escaparates promocionales tan llenos de pasión. Aunque nadie pretendía interferir con cualquiera que fueran sus planes, muchos de los representantes de ventas deseaban fervientemente que él encontrara un empleo formal en Libros Marimo en el futuro. 
     -¿Terminaste tu trabajo por hoy?
     -Así es, hoy tuve el turno mañana. Si usted se va ahora, ¿le importaría que fuéramos juntos a la estación, Yokozawa-san?
     -¿Estás seguro de que no preferirías salir con una de esas muchachas que te están comiendo con los ojos allí? 
     El tipo tenía una pinta que lo hacía ver como si hubiera salido de las páginas de un manga shoujo, cosechando un grupo bastante grande de ardientes fanáticas. Era común encontrar grupos de estudiantes de secundaria dando vueltas frente a la tienda, y él terminaba con una montaña de chocolates cada Día de San Vanlentín.
     -Bueno, ahora no estoy trabajando, así que no estaría bien darles ninguna clase de falsas esperanzas -respondió con una leve sonrisa. Parecía que él no solo estaba bien "equipado" externamente sino también en su personalidad, amigable con compañeros de trabajo y obediente con sus superiores. Aunque pudiera estar consciente de cuan popular era, obviamente él no había permitido que se le subiera a la cabeza. Sus padres debieron criarlo bien.
     Yokozawa no podía imaginar ni remotamente que clase de persona podría encontrarse emparejada a un sujeto como este: -Bien entonces... ¿salimos?
     Ansiosos por evitar a las niñas de secundaria que los seguían, se apresuraron a cruzar la calle antes de que cambiara el semáforo, consiguiendo mezclarse en la multitud de alguna forma y regresando por el mismo camino que Yokozawa acabara de transitar.
     -¡Aun así, está bastante cálido hoy! Estuve dentro de la tienda todo el día por el trabajo, ¡pero estoy seguro de que ustedes los representantes de ventas deben tenerla difícil!
     -Supongo. Sin embargo, admitiré que es duro hacer las rondas con este tiempo; la diferencia de temperatura entre el interior de las tiendas y el exterior realmente te pasa factura. Pero, verdaderamente, el trabajo de escritorio nunca me vino bien.
     Resulta difícil regular la temperatura corporal al entrar y salir constantemente disparado entre el ardiente calor de afuera y el aire acondicionado dentro de las tiendas. Aunque pocos negocios ajustaban los termostatos a temperaturas como para congelar en esos días, con el advenimiento de las medidas de ahorro de energía en años recientes, esto no dejaba de poner estrés en su temperatura corporal interna. 
     -Ah, usted tiene razón. Los trenes realmente frescos se sienten como el paraíso cuando recién se sube, pero si pasa mucho tiempo en ellos, el sudor comienza a enfriarse y entonces se convierte en un nuevo problema. Aun así, una vez que se apea, es como entrar otra vez en el infierno.
     -Sin embargo, eso nunca solía molestarme; supongo que ahí tienes lo que es la edad.
     -"Lo que es la edad," ¿de qué está hablando? Espere, ¿cuántos años tenía, Yokozawa-san?
     -Veintiocho.
     -¿EH? -el semblante de Yukina se congeló como si justo acabara de ver a un fantasma, y las cejas de Yokozawa se fruncieron; no era como si no comprendiera la reacción, pero en serio, no había ninguna necesidad de actuar tan sorprendido. 
     -¿... Y esa cara?
     -Ah; no, es solo que, bueno, ¿recuerda a ese editor que me presentó hace un tiempo? Solo estaba sorprendido de que en realidad usted fuera más joven que él...
     -Ugh... ¿por qué diablos tuviste que ir a compararme con él? -Yokozawa estaba muy al corriente del hecho de que lucía viejo para su edad, pero no deseaba ser jamás comparado con el sujeto con el rostro más aniñado de la compañía. No era llegar demasiado lejos declarar que como diablos conseguía él permanecer luciendo tan joven y vivaz era uno de los siete misterios de Marukawa Shoten. 
     Tal vez pensando que había ofendido a Yokozawa, Yukina se apresuró frenéticamente a cambiar de tema: -O-oh, ¡cierto! Las compañías editoriales también tienen vacaciones de verano, ¿no es así? ¿Supongo que alrededor de la época de Obon o algo así?
     -No, no tenemos períodos de vacaciones establecidos. Todos tienen que avisar con antelación para tomar vacaciones cuando lo desean. 
     -¡Guau... eso está realmente bueno! Si apuntas a un período lejos de las mayoría de las compañías, ¡puedes planear un viaje para una época en la que no estará tan lleno!
     -La cabeza de nuestro departamento está en un viaje al extranjero justo por esa misma razón. Oh, espera, no... En realidad, creo que él debe de estar de regreso hoy. 
     -¡Eso debe ser lindo irse de viaje al extranjero!
     Aunque era ciertamente agradable poder tomarse unas vacaciones en períodos fuera de temporada alta, se hacía difícil encontrar realmente el tiempo para hacerlo. Esa desventaja era toda la razón por la cual él no había conseguido tomarse realmente unas buenas vacaciones el año anterior, y cuando le confesó a Kirishima que ese año parecía que iba a ser igual, el sujeto había hecho un escándalo. 
     -Bueno, si al menos puedes encontrar el tiempo.
     -¿No puede irse cuando desee? 
     -Seguro, pero... no es tan fácil cuando consideras tu carga de trabajo -la voz de Yokozawa se fue apagando mientras entraban en la estación y el aire frío fluyendo de la tienda departamental cercana jugó a través de su piel, mezclándose con la cálida briza a su alrededor.
     Cada vez que pensaba en tomarse unas vacaciones, sus pensamientos siempre tendían a virar hacia el trabajo que lo estaría esperando cuando regresara. Deseaba fervientemente ser más hábil para cambiar sus modalidades de "encendido" y "apagado", pero no resultaba ningún pequeño inconveniente.
     -Usted es muy trabajador, Yokozawa-san. ¡Debería dejar de preocuparse por el trabajo y simplemente relajarse, al menos cuando está de vacaciones!
     -Bueno, si tienes algún consejo sobre como hacerlo, soy todo oídos.
     -Ja, ja, tiene razón -comenzaban a descender por las escaleras cuando Yukina emitió un sonido de confusión y sorpresa- Oiga, ¿ese de ahí... no es Kirishima-san?




     -¿Ah? -volteando su mirada en la dirección que Yukina indicaba con gestos, alcanzó a ver la figura de Kirishima, con seguridad. Estaba parado frente al plano de referencia de una tienda departamental con una mujer; una hermosa de rubio pelo largo ceñido vestida con un traje de pantalones. No podía ver la expresión en el rostro de Kirishima desde ese ángulo, pero la mujer tenía una cálida sonrisa amigable dirigida hacia él. Ellos intercambiaron algunas palabras mientras vagaban hacia el área comercial subterránea de la estación.
     -¿No quería llamarlo? -le preguntó Yukina con curiosidad a Yokozawa, quien se hubiera quedado congelado en el lugar, incapaz de reaccionar.
     -Bueno, no deberíamos molestarlo durante su trabajo.
     -¿Eso era trabajo? Esa mujer se veía bastante contenta hablando con él; yo solo asumí que era su novia.
     -¿Ah? ¿Por qué pensarías eso? -Yokozawa se encrespó sin pensar con la voz cargada de enfado. Yukina probablemente no quiso decir nada con el comentario, y resultaba natural que Yukina, quien no sabía nada de su relación con Kirishima, asumiera que la pareja estaba saliendo.
     Sin embargo, a pesar de entender esto, Yokozawa no podía mantener su corazón tranquilo. Yukina, para su defensa, parecía totalmente ajeno a las turbias emociones de Yokozawa, y continuó para sí mismo: -Yo solo conocí formalmente a Kirishima-san esa vez en el evento de autógrafos en realidad, pero él parece tan guay... Hombre, espero poder ser como él cuando crezca.
     -... 
     Kirishima había dicho que estaría trabajando, y Yokozawa no dudaba que esto fuera verdad. No estaba dudando del sujeto; la razón por la que se sentía tan descolocado... se debía simplemente a que estaba celoso. Era exactamente como había dicho Yukina: ellos hacían una buena pareja.
     A menudo, Yokozawa se encontraba siendo cauteloso con las miradas de aquellos a su alrededor, pero dudaba seriamente que cualquiera que los viera caminando juntos sospecharía que ellos eran amantes. Y aun así, a pesar de estar tan seguro de que nadie jamás sospecharía que ellos dos estaban saliendo... aquí estaba él poniéndose celoso de cualquier chica por solo lucir como la novia de Kirishima. 
     -¿... Yokozawa-san?
     -Lo siento, creo que me sentí un poco mareado por el calor.
     -¿Está bien? ¡Podría tener un golpe de calor!
     Se sentía mal por hacer que Yukina se preocupara, pero no podía precisamente confesar que acababa de inventarse algo ahora mismo. 
     -Sí... creo que tomaré algo para beber antes de dirigirme a casa. 
     -¿Le gustaría que le busque algo? 
     Yokozawa puso fin al asunto antes de que Yukina pudiera ofrecer quedarse con él hasta que se sintiera mejor: -Estaré bien, no es la gran cosa. Solo compraré algo de la máquina expendedora en la plataforma del tren. Tu tren es por ahí, ¿cierto? Yo tomaré el metro.
     A pesar de que aún lucía una expresión de preocupación en el rostro, Yukina obedientemente sacó su cartera con la tarjeta para el tren y se dirigió hacia los molinetes: -Bien entonces, ¡asegúrese de descansar hoy! ¡Cuídese!
     -Gracias; ten cuidado de camino a casa tú también.
     -¡Cierto! Ahora, si me disculpa.
     Con el esfuerzo por guardar las apariencias con su apresurada excusa sacada de la galera, la garganta de Yokozawa se había quedado realmente seca, y luego de pasar por su propia línea de molinetes, paso de largo la cola esperando para abordar el tren y en cambio, se dirigió a las máquinas expendedoras.
     Pasando su tarjeta inteligente sobre el sensor, presionó el botón para una botella de agua mineral, y con un "clunk", la botella bajó haciendo ruido. Agachándose para  hacerse en mano con la botella, tragó la fresca agua.
    Aunque el frío sirvió para enfriar su enardecido cuerpo en varios grados, sin embargo este no podía aliviar la inquietud que se había instalado en su pecho.

Continuará...

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