jueves, 10 de abril de 2014

Yokozawa Takafumi no baai Vol. 3 Capítulo 5 Parte 11

Publicado por KanaAmai en 17:34


Tipo de texto: Retraducción de novela
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 3
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Retraducción: DrL 








Continuación del Capítulo 5



     Luego de que Yokozawa regresara de sus vacaciones veraniegas, la oficina estaba más desierta de lo usual, probablemente debido a que muchos otros empleados tuvieron la misma idea y estaban en medio de sus propias vacaciones en ese momento.
     -... Sí que está tranquilo. -Aunque en general no estaba precisamente desbordante de actividad, la falta de gente significaba que casi no había ningún ruido en absoluto.
     Sus vacaciones en sí habían sido bastante placenteras; aparte del desagradable encuentro con los vándalos, hubiera calificado sus vacaciones con la más alta puntuación. Más que nada, estaba contento de haber visto a Hiyori realmente disfrutando. Yokozawa verdaderamente se había agotado tratando de seguir el ritmo de las energías de una niña de primaria, pero, no obstante, había podido sacudirse horondamente todo el estrés que había acumulado en el trabajo. 
     Sin embargo, su único lamento recaía en el hecho de que había sido incapaz de interrogar correctamente a Kirishima, conformándose en cambio con una disputa banal. Incluso durante sus vacaciones, el teléfono celular de Kirishima había vibrado ocasionalmente con la llegada de mensajes de texto y llamadas. Considerando la frecuencia con la cual él generalmente recibía tales atenciones, resultaba claramente fuera de lo común. Dado que Kirishima había apagado su teléfono completamente en medio de su viaje, Yokozawa no podía sacar ninguna conclusión después de eso, pero no creía precisamente que aquellas hubieran cesado por completo.
     Él intentó abordar el tema varias veces, pero Kirishima siempre hacía a un lado sus preocupaciones con ligereza y su actitud testaruda provocó en consecuencia una vena obstinada en Yokozawa también, lo cual no era precisamente lo ideal.
     Haciendo memoria, tal vez él no había expresado bien su pregunta; el enfado que no fuera capaz de suprimir le llevó a oírse como si estuviera cuestionando al sujeto.
     -Tú estás ocultándome algo, ¿no es así?
     -Si lo que quieres es un "sí" o "no" por respuesta... entonces supongo que tendría que ser "sí". Pero tú mismo tienes unas cuantas cosas que no me estás diciendo, ¿no es así?
     -No le busques tres patas al gato, sabes que no estoy hablando de eso. Pero hay algo con lo que estás teniendo dificultades, ¿no?
     Ante el comentario de Yokozawa, Kirishima le mostró una pequeña sonrisa por alguna razón, antes de responderle brevemente a un desconcertado Yokozawa: -Aprecio la intención, pero incluso si hubiera algún problema, no tiene nada que ver contigo.
     Yokozawa se quedó duro ante la expresión de Kirishima y su voz tomó un tono involuntariamente severo: -¿Qué no tiene nada que ver conmigo? ¿Hablas en serio?
     -Estoy diciendo que es mi problema.
     -¿Y qué, yo solo estoy molestándote con mi preocupación?
     -Yo nunca dije eso; solo que, no tiene sentido que te lo diga.
     -... De acuerdo, ¡cómo quieras! -Esto era lo único que podía decir luego de que fuera total y completamente excluido de esa forma.
     Yokozawa consiguió ocultarle su disputa a Hiyori, pero ella era una personita muy astuta y fácilmente podría haber captado algo.
     -No soy lo suficientemente confiable... ¿eso es lo que está sugiriendo...?
     Todavía no habían pasado ni seis meses enteros desde que comenzaran a salir ellos dos, pero esta era la primera vez que Kirishima le ocultaba algo a propósito de esta forma. Por supuesto, ambos tenían sus vidas privadas y todo eso; no había necesidad de ser completamente abiertos con absolutamente todo. Pero esta vez, por alguna razón, él sencillamente no podía sacudirse esa sensación de que algo andaba mal, y ese sentimiento dio lugar a la preocupación y la desconfianza, evitando que Yokozawa se quedara tranquilo.
     Probablemente él debería esperar a que Kirishima llegara a sentirse con ganas de discutir lo que fuere que estuviera sucediendo. Después de todo, era su maldito problema si se permitía que la preocupación le consumiera todo el día, todos los días cuando algo se le metía en la cabeza. Tal vez era esa inmadurez en si misma lo que Kirishima juzgaba poco confiable.
     -...
     Sin importar cuanto lo intentara, nunca sería capaz de compensar la diferencia en el tiempo que ambos llevaban vivido en este mundo; y para el momento en que él tuviera la edad de Kirishima, el mismo Kirishima estaría aun más lejos en el camino. Inicialmente nunca pensó que llegaría el día en que estaría tan preocupado por la diferencia de edad entre él y Kirishima. Esta intolerancia suya era tan condenadamente frustrante... ¿por qué no podía sencillamente sosegarse?
     Aunque en ese momento no estaban precisamente en buenos términos, realmente deseaba deshacerse de esa atmósfera incómoda entre ellos tan pronto como fuera posible. Pero hasta que ellos resolvieran la razón por la cual se pelearan en primer lugar, no podrían conseguir una verdadera solución.
     -Maldición... -Había llegado al piso de manga shoujo con ánimos de irritación. Como casi en todos lados, este piso también estaba vacío en gran parte, y el único que quedaba a cargo de las oficinas de Emerald en ese entonces parecía ser Hatori.
     -Hola. ¿Adónde fue Masamune? 
     -Ah, Yokozawa-san. Si está buscando a Takano-san, él está en una reunión en este momento. Estoy seguro de que estará de regreso a la brevedad pero, ¿le gustaría que tome el mensaje en su lugar? -El hecho de que no preguntara si a Yokozawa le gustaría esperar o no probablemente se debía a que él comprendía la naturaleza impaciente de Yokozawa.
     -No, yo le enviaré un mensaje de texto. Y toma, es un souvenir así que siéntete libre de compartirlo con los demás editores.
     -No debió hacerlo. -Yokozawa había llevado un surtido de dulces que podían encontrarse en casi cualquier zona turística.
     Se suponía que él recogería a Sorata esa noche, luego de que le pidiera a Takano que lo cuidara mientras estaba fuera, y quiso preguntarle a Takano sobre su disponibilidad mientras pasaba los souvenirs cuando se diera una vuelta por las oficinas del departamento de edición Emerald, pero al parecer había llegado en mal momento.
     -Bueno, lamento las molestias. -Yokozawa giró sobre sus talones para regresar al piso de ventas, cuando Hatori le llamó.
     -Discúlpeme pero, ¿Yokozawa-san? ¿Podría esperar tan solo un momento?
     -¿Qué sucede? -Mientras se volteaba, Hatori rebuscó en su bolso ubicado a sus pies, sacando eventualmente algo que le ofreció a Yokozawa. 
     -¿Le gustaría usar esto? 
     -¿Ah?
     -Es el que yo solía usar, pero se me ocurrió que podría serle útil a usted también, ya que tiene bastantes recetas sencillas y fáciles de poner en práctica. -Hatori le pasó lo que parecía ser un libro de cocina. Por la tapa y el título, parecía estar dirigido a principiantes, y hojeándolo encontró que era tan fácil de usar como asegurara Hatori.
     -Esto será de gran ayuda, ¿cuándo debería devolverlo? -Yokozawa estaba agradecido por su consideración al recordar una conversación tan despreocupada y luego llevar esto desde su casa. Las imágenes de los platos terminados que acompañaran el texto eran todas de colores hermosos con un gran gusto; esto sin duda sería una maravillosa referencia. Yokozawa podía decir por su encuadernación que ese libro había sido muy usado con el paso de los años.
     -Oh, no; puede quedárselo. Después de todo, yo he memorizado prácticamente todas las recetas. Me hubiera gustado ofrecerle una copia nueva, pero al parecer ya se encuentra agotado, así que aunque ciertamente no se encuentre en el mejor de los estados... 
     -¿Estás seguro? Muchísimas gracias, ¡y se encuentra en un estado perfectamente decente! -Seguro, tenía unas cuantas manchas de aceite allí y aquí, pero realmente tenía que buscárselas para notarlas. Se trataba de Hatori, después de todo, no cabía duda de que lo había usado a conciencia.
     -No es necesario que me lo agradezca, en serio; yo debería ser quien le agradezca a usted por ayudarme el otro día. Considérelo una muestra de mi gratitud.
     -¿Gratitud? ¿Hice algo... yo?
     -Gracias a su consejo, pudimos arreglar un nuevo emprendimiento.
     -¿Consejo? Ah... bueno, yo solo estaba haciendo de consejera sentimental. -Fue allí cuando recordó la conversación que tuvieran en la sala de descanso hacía ya varios días. No había sido mucho, pero parecía ser que Hatori se sentía en deuda con Yokozawa por ello. 
     -Y estoy seguro de que debió ser usted quien habló del tema con la compañía productora, ¿estoy en lo correcto?
     -¿Ah? Yo no hice nada; pero lo que sea, si todo parece estar yendo bien, entonces eso está de maravillas. -Todo lo que él había hecho fue charlar con un colega que trabajaba para una productora de anime y, naturalmente, no había dicho ni una sola palabra sobre ningún título en específico. Pero el sujeto era astuto, así que debió atar algunos cabos entre la conversación y los rumores que había oído en su línea de trabajo. Si hubo averiguaciones por parte de ese hombre, solo era un testimonio del poder que tenían los trabajos de Hatori para cautivar a los demás.
     Sin embargo, poder haber sido de ayuda a otros dejó a Yokozawa, quien casi perdiera toda su confianza en sí mismo, sintiéndose como si hubiera disipado algo de la niebla que le hubiera rodeado.
     -Hazme una llamada luego cuando hayas comenzado a arreglar las cosas. No escatimaré esfuerzos para ayudar.
     -Entonces, espero que podamos trabajar bien juntos.
     Mientras se dirigía de regreso al piso de ventas, hojeó el libro de recetas que acababa de recibir, encontrando una buena cantidad de ellas que lucían como si fueran a agradar al paladar de un niño.
     -... Rayos, este tipo tiene unos gustos inesperadamente infantiles, ah... -Las páginas que llevaban marcas de haber sido consultadas más a menudo eran principalmente platos tales como hamburguesa con salsa demi-glacé y pastel de carne, los cuales generalmente se encuentran en los menús para niños. Sacudiendo la cabeza en shock ante los sorprendentes gustos culinarios de Hatori, volvió sus pensamientos hacia que servir en la fiesta de cumpleaños de Hiyori.
     Él necesitaría comenzar a prepararse ahora para asegurarse de que no se pusiera nervioso y la arruinara ese día. Había ingredientes que comprar, después de todo, y necesitaba asegurarse de consultar con sus amigas sobre aquello que les gustaba y lo que no como así también sobre la existencia de alergias. 
     Yokozawa tenía toda intención de hacer que Kirishima le ayudara, a pesar del hecho de que el sujeto no podía cocinar nada que valiera la pena. Aun si él no podía pelar una manzana, debería por lo menos ser capaz de cuidar una cacerola. Después de todo, hacer las veces de mesero era su trabajo como el padre de Hiyori.
     Mientras comenzaba a repartir las tareas en su mente, alcanzó a oír la disgustada voz de Henmi: -¡Ah, Yokozawa-san! ¿Dónde estaba? ¡Si va a dejar su escritorio, por favor hagámelo saber!
     -Volví enseguida, ¿pasó algo? -Había recorrido el camino de regreso al piso de ventas sumido en sus pensamientos e inmediatamente se preparó para más problemas potenciales que fueran a asomar su fea cabeza.
     -No pasó "nada", pero usted dijo que revisaría mi propuesta, ¿se acuerda?
     -Oh, cierto; eso sí hice. ¿Ya terminaste? -En ese momento recordó que le pidieron tal favor temprano en la mañana.
     -¡Lo hice perfecto esta vez! Oh, también, hace un rato recibió una llamada de una de las librerías. Yo apunté los detalles para usted, así que por favor, devuelva la llamada.
     -Lo haré. -Tomó los materiales unidos con un clip de manos de un Henmi que brillara de confianza y revisó la nota pegada a su computadora. Aparentemente ellos querían discutir una campaña para una serie de manga que se lanzaría en dos meses.
     Yokozawa hizo por sacar su agenda de su bolso, cuando recordó que todavía no había pasado los souvenirs que comprara para el departamento de ventas: -Oh, cierto, Henmi.
     -¿Sí?
     -Toma, son souvenirs. Lo siento pero, ¿te importaría pasárselos a todos cuando tengas tiempo?
     -¡Guau, gracias! ¡Podemos comerlos como bocadillos cuando todos regresen! -Y a pesar de la sugerencia de compartirlos más tarde, el sujeto comenzó a husmear en la bolsa de papel-. ¡Pero usted realmente se ha bronceado! ¿Se fue a la playa? 
     -... Sí, supongo que se podría decir que sí -replicó vagamente. Si se supiera que fue de viaje con Kirishima, no había forma de predecir que cosas comenzaría a decir la gente.
     -¡Si está casi moreno! Podría pasar por un oso pardo. ¡O incluso por un oso grizzly*! ¡Es incluso más intimidante ahora!
     -¿... Se supone que eso es un cumplido? -Él mismo pensó que se le había pasado la mano con el bronceado, pero nunca hubiera pensado que se encontraría siendo comparado con un oso grizzly.
     Cuando le preguntara al insistente Henmi al respecto, le replicaron con toda seriedad: -¡Por supuesto que es un cumplido! Quizás yo también vaya a la playa para broncearme...
     Yokozawa pretendía que su tono de voz comunicara cuan irritado estaba, pero parecía que había caído en oídos sordos. A veces se encontraba boquiabierto del asombro ante la despreocupada densidad de Henmi: -Los cabeza hueca como tú son todos...
     -¿Dijo algo?
     -Olvídalo. Estaba hablando solo.
     -¿Ah? Espere, estos se parecen mucho a los que me dieron en la división editorial Japun...
     -¿Qué diablos haces metiendo tus narices en las oficinas de Japun?
     -Las muestras a color de los materiales para una campaña finalmente llegaron, así que yo me di una vuelta hace un rato para que ellos le echaran un vistazo, y resultó ser justo cuando Kirishima-san estaba pasando unos souvenirs que él mismo había traído, así que yo me quedé con uno.
     Podría ser que Henmi fuera más duro que una pared de ladrillos cuando de captar las quejas de la gente sobre él se trataba, pero podía ser estúpidamente astuto en otros extraños aspectos; un hecho que desconcertaba a Yokozawa.
     Yokozawa había comprado los souvenirs basándose en el precio y el número incluido en el paquete; comprar presentes para todos en las diferentes divisiones requería un cierto número de base, después de todo, y esta era probablemente la razón por la cual él y Kirishima terminaron comprando artículos similares. Gracias al cielo que él había extremado las precauciones para asegurarse de comprar algo que no mencionara el lugar en el cual los había adquirido. 
     Yokozawa reprimió su agitación, replicando despreocupadamente: -Bueno, la mayoría de los souvenirs se ven iguales sin importar de donde sean, ¿cierto? -Su actuación había mejorado enormemente en comparación con el pasado. Después de todo, no era precisamente fácil guardar un secreto.
     Sin embargo, afortunadamente Henmi no parecía haber notado ningún cambio en el semblante de Yokozawa y así él suspiro con alivio.
     -Es verdad. Hay algunos por ahí dando vueltas que parece como si hubieran sido fabricados en lugares turísticos, a decir del envoltorio, pero después de todo son solo productos locales. Recuerdo que una vez fui a un parque temático y cuando revisé la parte de atrás del los souvenirs que compré, ¡me di con que fueron hechos en una fábrica cerca de mi propia casa! ¡Estaba totalmente deprimido!
     -¿Qué importancia tiene donde fueran hechos siempre y cuando tengan buen sabor?
     -¡No puede decir eso! ¡Los souvenirs son parte de los recuerdos de un viaje! ¡Sabe, su novia lo botará si sigue siendo tan insensible!
     La insistencia de Henmi era un tanto sospechosa así que Yokozawa le hizo una pregunta: -Espera, ¿es que acaso te dejó alguna chica porque pelearon por algo así?
     Henmi se puso evidentemente nervioso: -¡Por-por supuesto que no! ¡Por favor, no haga sugerencias tan ridículas!
     -Ooh, ya entiendo. Ya me parecía que estabas tomando esto muy en serio, ¡pero ahora veo que estás hablando por experiencia!
     -¡Ya le dije que no es así! ¡Por favor, solo apresúrese y revise mi propuesta!
     -Sí, sí...
     El hecho de que el sujeto luciera como si estuviera al borde de las lágrimas le dio pie a Yokozawa para pensar que las cosas no habían salido bien y juzgando que daba lástima continuar presionándolo al respecto, Yokozawa finalmente cedió.

Continuará...

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N. del T.: El oso grizzly (Ursus arctos horribilis) es una de las subespecies del oso pardo (Ursus arctos) más grandes del planeta, que suele vivir en las tierras altas del territorio norteamericano. Más información aquí.

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