jueves, 10 de abril de 2014

Yokozawa Takafumi no baai Vol. 3 Capítulo 5 Parte 6

Publicado por KanaAmai en 17:28


Tipo de texto: Retraducción de novela
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 3
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Retraducción: DrL 
Nota: la novela Yokozawa Takafumi no baai Vol. 3 comienza con el capítulo 4. Esto se debe a que en esta serie de novelas la numeración de los capítulos es sucesiva con cada volumen. Entonces, el volumen 1 contiene el capítulo 1, el volumen 2 tiene los capítulos 2 y 3, y el volumen 3 incluye los capítulos 4 y 5.





Continuación del Capítulo 5

     -Maldición que calor hace... -murmuró distraídamente Yokozawa para sí mismo mientras subía una colina sin una sombra a la vista. No podía siquiera reunir la energía para suspirar de cara al ardiente sol cayendo sobre él y podía sentir el calor fluyendo a través de sus zapatos de cuero desde el asfalto.
     Tardíamente se dio cuenta de que no había llovido ni una vez siquiera desde que comenzara agosto, y aunque para ese momento ya casi se había acostumbrado al calor, andar fuera constantemente expuesto al sol estaba minando su energía lenta pero incesantemente. 
     Realmente necesitaba reforzar su resistencia, pero más preocupante que la fatiga era la disminución de su apetito.
     -Me pregunto que debería comer hoy...
     Dando pequeños toques a su frente con el pañuelo que Hiyori le regalara luego de su reciente viaje, continuó subiendo la colina hacia la oficina. El pañuelo tenía sus iniciales bordadas burdamente en la tela, naturalmente, obra de la misma Hiyori.
     Parecía que ella hizo que su abuela materna le enseñara un poco de manualidades cuando fue a quedarse sola con sus abuelos recientemente y aparentemente había cosido el pañuelo entonces, junto a uno a juego pero de diferente color para Kirishima y un collar para Sorata.
     Tocado por el sentimiento, Yokozawa había pretendido inicialmente mantenerlo guardado a salvo, pero dado el desperdicio que sería no usarlo, ahora se le había dado por llevarlo consigo.
     Mientras traspasaba el umbral del edificio principal de la oficina, una ola de aire frío lo envolvió desde adentro e inhaló con aspereza ante la sensación del sudor alejándose. Sujetó el cuello de su camisa y comenzó a aventar el género sobre su piel mientras se dirigía a los ascensores cuando notó que había un grupo inusualmente grande de gente apiñándose en el lounge de la planta baja.
     -¿Qué está pasando? 
     Yokozawa no podía decir de que se trataba el alboroto, pero resultaba claro que algo los tenía con buenos ánimos, lo cual los dejaba luciendo como un grupo de colegialas caprichosas salteándose las clases.
     -¿Qué demonios están haciendo todos ustedes? ¿Y el trabajo?
     -¡Ah, Yokozawa-san! ¡Mire esto! -fue Katou, del departamento de edición Japun, quien exhaltadamente se volvió para dirigirse a él, y también parecía ser él el origen del alboroto.
     -¿Mirar qué? -Yokozawa lanzó una mirada furtiva a la mesa alrededor de la cual todos estaban reunidos notando varias fotografías desplegadas sobre la superficie. No podía decir cual era el tema en cuestión desde ese ángulo, pero parecían ser tomas artísticas del tipo de las que se usan en las revistas de gravure*. 
     -¡Esto!
     Una de las fotografías fue puesta en su cara como una caja de sellos de alguna serie de época y la corta distancia hacía imposible enfocar la vista, dejándolo incapaz de decir de que se trataba la imagen por un momento.
     Frunciendo su ceño, tomó la fotografía por los extremos y la alejó de su cara hasta una distancia adecuada: -¿Qué... diablos es esto?
     Las palabras escaparon de su boca con un susurro de asombro... pues se trataba de una fotografía de Kirishima.
     Estaba estirado, sentado en un sofá de costosa apariencia con las piernas cruzadas como un modelo; y no se trataba de una sola fotografía, había varias distintas en la mesa, cada una mostrando a Kirishima en una pose similar. Parecía que él estaba sentado en el vestíbulo de un hotel.
     -Las fotos de la entrevista de Kirishima-san del otro día finalmente llegaron por correo electrónico. Se supone que nosotros revisemos los datos en busca de tomas defectuosas, pero todas se ven increíbles, ¡ah! Es casi un desperdicio que solo vayan a usar dos de estas para el artículo...
     Yokozawa había estado sorprendido por lo mucho que las imágenes lucían como recién salidas de una sesión de fotos de gravure, solo para que le demostraran que estaba exactamente en lo cierto, y aunque Katou estaba ocupado promocionando los logros de Kirishima como si fueran propios, Yokozawa todavía estaba prendado de la palabra "entrevista".
     -¿Entrevista? ¿Cuándo dio una de esas? No oí ni una palabra al respecto.
     -¿Quizás él olvidó mencionarlo? ¿O era demasiado vergonzoso como para decírselo?
     -Si él estuviera avergonzado de ello, es endemoniadamente seguro que no andaría mostrando estas fotos por ahí.
     -Humm... pero, se suponía que daría la entrevista aquí en el lounge de la compañía, pero lo cambiaron por un hotel porque él estaba preocupado de tener demasiada gente mirándolo embobados. ¡Quizás no quería que nosotros le hiciéramos pasar un momento difícil!
     Muy bien podría no haber absolutamente ningún significado en el hecho de que Kirishima le hubiera ocultado esto, pero no producía exactamente la mejor sensación del mundo que alguien más le dijera algo sobre Kirishima que él no supiera antes.
     Resultaba ridículo estar celoso de los subordinados del sujeto, pero estas reacciones no eran algo sobre lo que él tuviera control alguno. En este punto estaba haciendo lo mejor que podía para prevenir que sus emociones se mostraran claramente en su rostro.
     -Y entonces, ¿por qué estás  mostrándolas para que todo el mundo las vea?
     -¡Bueno, solo mírelas! ¡Se ve tan bien que no podíamos quedárnoslas solo para nosotros mismos! ¡Ese editor en jefe nuestro luce tan guay aquí!
     Los miembros de la división editorial Japun prácticamente adoraban a Kirishima y aunque ellos ocasionalmente sí se quejaban de él, eso era en sí mismo una forma de alardear de su "oh tan capaz" superior. Era una clara demostración de la saludable relación que Kirishima compartía con sus subordinados. 
     El Kirishima que miraba desde las fotografías frente a Yokozawa podría fácilmente haber ido cabeza a cabeza con cualquier actor o modelo del momento en sex appeal y dado que el trabajo había sido realizado por un fotógrafo profesional eran tomas realmente increíbles.
     Resultaba imposible decir si él había posado así a propósito, pero por el modo en que sus largas piernas estaban cruzadas y su mirada apartada hacia un lado de una forma cansada y lánguida, nadie podría decir que se trataba de un simple amateur.
     -Admitiré... que él es un tipo apuesto -aunque nunca había dicho tal cosa frente al sujeto en cuestión, siempre lo sostuvo firmemente, encontrando imposible evitar quedarse perdido mirándolo inconscientemente.
     -¿¿Cierto?? Si aquí tuviéramos una revista de moda, ellos definitivamente harían bien en contratarlo como modelo, ¡ah! Ah... entonces, ¿¿por qué no nos conformamos con hacer un poster de una de estas??
     -Ooh, ¿e incluirla como regalo en el próximo número de Japun?
     -Oigan, ustedes sí recuerdan que manejan una revista de manga shounen, ¿cierto?
     -¿Qué tal si nos hacemos de unas cuantas lectoras femeninas con esto? ¡Las dejaremos muertas con las feromonas de Kirishima-san!
     -Dejarlas muertas... -Yokozawa ya no sabía que más hacer para responder a este comentario, y, ajenas a la fatiga de Yokozawa, las mujeres a su alrededor comenzaron a charlar más emocionadas ante la posibilidad.
     -¡Oh cielos, yo compararía eso totalmente! Pero en realidad, en serio que quiero copias de algunas de estas fotos...
     -¡Yo también!
     -¡Oh, entonces yo también! -ante esto, las manos de casi todo el grupo entero se alzaron en el aire.
     -Entonces, ¿qué diablos pretenden hacer con estas fotografías?
     -¡Endulzar los ojos, seguro! Ohh, pero hubiera sido aún mejor si Ijuuin-sensei hubiera estado ahí con él...
     -¿Perdón? -dijo Yokozawa pero rápidamente cerró la boca convencido de que era mejor no hacer demasiadas preguntas, incluso si la sugerencia hubiera picado su curiosidad.
     -O más bien, ooh... ¡deberían hacer un libro de fotos de la misma Marukawa Shoten! Entre la pinta de Kirishima-san y la de los muchachos de Emerald, ¡es todo un desperdicio no hacer uso de lo candentes que están todos ellos!
     -¡Yo estoy totalmente de acuerdo! ¡Haré la propuesta en la próxima reunión!
     Ahora la conversación había dado un giro extraño. Si él se dejaba arrastrar por esta idea estrafalaria estaría en problemas y antes de que cualquier cosa por el estilo pudiera suceder, trató de encontrar el momento adecuado para retirarse rápidamente, pero se quedó congelado ante la pregunta casual que hiciera una de las mujeres.
     -Eso me recuerda, escuche por ahí que Kirishima-san iba a tomar parte en una entrevista matrimonial... ¿alguien sabe si hay algo de cierto en eso?
     El grupo prorrumpió en una charla alborotada.
     -Espera, ¡¿qué?! ¡Yo no escuché nada de eso! 
     -¡Yo menos! Yokozawa-san, ¿usted escuchó algo?
     Ante la pregunta de Katou, Yokozawa sacudió la cabeza: -N-no, nada... -si él supiera algo, ciertamente no hubiera tenido tiempo para entretenerse en ese lugar con todos esos chismosos.
     -¡Yo también escuche algo así! Supuestamente uno de los de arriba entre su clientela le tomó cariño o algo.
     -Pero, ¿acaso Kirishima-san no tiene una hija?
     -Bueno, ¿quizás es precisamente por eso que él lo está haciendo? Con una entrevista matrimonial él puede estar seguro de que la otra persona ya está bien al tanto de su situación y estoy segura de que debe ser duro para un hombre criar a su hija completamente solo, ¿no te parece?
     -...
     Los muy válidos puntos de vista de las mujeres desgarraron a Yokozawa. En alguna ocasión él había tenido antes una conversación similar con Kirishima (aunque no muy bien meditada) la cual solo sirvió para enfadar al sujeto. Aunque él ya había admitido que toda la conversación había sido considerada irreflexiva, al oír esto ahora se estaba dando cuenta otra vez más cuan desconsideradas fueron sus palabras en ese momento.
     Ciertamente, Kirishima tenía la ayuda y apoyo de sus padres, pero también era un buen padre por sí mismo. Hiyori lo admiraba y sin importar por donde la vieras, ella fue criada con modales impecables. 
     Parecía que ella había sido demasiado considerada con su trabajador padre, sin buscar atención o pedir que la consintieran a menudo, pero últimamente ella finalmente había comenzado a permitirse ser adorablemente caprichosa de vez en cuando.
     No era precisamente extraño que un superior sacara a relucir la idea de entrevistas matrimoniales con un subordinado tan capaz como Kirishima, particularmente en los últimos tiempos con las noticias que corrían alrededor de la oficina de que él se había quitado su anillo de bodas. Probablemente un buen número de gente lo había visto como una buena señal de sus posibilidades.
     Y en ese momento fue cuando la imagen de lo que había sucedido unos días antes se cruzó por su mente: ¿quizás esa mujer... había sido la otra parte en la entrevista matrimonial?
     -... Ni con un demonio -se negó a sí mismo rápidamente, cortando con esa clase de pensamientos. Era ir mucho más allá de simples conclusiones apresuradas, asumir que cualquier mujer que estuviera con Kirishima fuera material potencial para un casamiento.
     -¿Acaba de decir algo? -presionó Katou devolviéndole sus propios murmullos, pero Yokozawa respondió sin contestar la pregunta. 
     -Voy a regresar ahora. Todos ustedes mejor no se entretengan demasiado tiempo aquí y regresen a trabajar -y con esto Yokozawa salió del área del lounge, preocupado de que pasar demasiado tiempo escuchando a las mujeres chusmeando lo dejaría con nada más sino imágenes desagradables.
     Golpeó violentamente el botón del ascensor y se dirigió al departamento de ventas.
     De acuerdo, suponiendo que la entrevista matrimonial fuera verdad, no significaba que Kirishima lo estuviera engañando. No podía precisamente esperarse que como empleado él desechara con una sonrisa los caprichos de su superior, así que no estaría más allá de las expectativas que él se encontrara con la muchacha solo una vez. Y después de todo, se trataba de Kirishima, probablemente él lo veía no como ocultar el hecho de que le habían ofrecido una entrevista matrimonial sino más bien como que no había ninguna necesidad de ponerse a anunciarlo. Era más grosero que Yokozawa saltara a sacar conclusiones oscuras así.
     Pero la razón por la que su corazón continuaba flaqueando por la preocupación, a pesar de entender todo esto... se debía a sus dudas sobre sí mismo. Desde un punto de vista general, no resultaba precisamente apropiado que la pareja de un padre soltero fuera un hombre más joven.
     Dos hombres adultos con pleno consentimiento eran más que bienvenidos a hacer lo que sea que ellos quisieran, haciéndose responsables de sus propias decisiones y acciones, y si se daban con cualquier clase de críticas de la sociedad, entonces eso era su problema.
     Pero él y Kirishima tenían a Hiyori por quien preocuparse; ellos habían hecho un buen trabajo hasta ahora explicando a la escuela de Hiyori y a los padres y tutores de sus amigas porque Yokozawa pasaba tanto tiempo en la casa de Kirishima, pero no había forma de decir cuando iría a hacer un alboroto algún chismoso entrometido.
     Naturalmente, Yokozawa estaba haciendo lo mejor que podía para evitar causar a Hiyori cualquier clase de vergüenza, tomando todas las precauciones posibles para evitar que alguien se enterara de su relación; pero ellos probablemente nunca podrían estar completamente a salvo. No se podía cambiar el hecho de que él era un hombre.
     -¡Ah, bienvenido, Yokozawa-san! 
     Yokozawa fue traído al presente desde lo más profundo de sus pensamientos cuando alguien lo llamó; sin darse cuenta, había regresado al piso de ventas.
     -¿Qué estás comiendo allí, Henmi? 
     El sujeto se encontraba chupando una pequeña cuchara plástica en su escritorio y cuando echó un vistazo a la oficina, los demás miembros del departamento también parecían estar comiendo algo.
     -¡Hace mucho calor así que el jefe del departamento nos invitó helados a todos! Dijo que era su forma de disculparse por no estar aquí cuando estuvimos en aprietos. Oh, a propósito, ¡yo fui quien salió y los compró!
     -Bueno, bien por ti.
     No se trataba precisamente de un asunto que pudiera ser resuelto con unos simples helados, pero obviamente esto se trataba más de reparar los sentimientos heridos que de reparar el daño causado. Que un superior sencillamente te agradezca por tu duro trabajo inspira ética de trabajo. Que se valorara así su trabajo los estimularía en el futuro.
     Desde que Kirishima le diera un sermón sobre la diferencia en el efecto que se produce al expresar agradecimiento o no, Yokozawa se había vuelto mas consciente de expresar abiertamente su agradecimiento a los demás por su trabajo y tal vez fue por ello que su trabajo parecía haberse tornado menos fastidioso para sobrellevar.
     Inicialmente él había estado casi avergonzado de hacerlo, pues todos se quedaban mirándolo como si le hubiese crecido una segunda cabeza, pero ahora ya era casi lo esperado.
     -Su porción está en el refrigerador, Yokozawa-san. ¡Alguien más se lo podría robar si no lo come pronto, así que se lo iré a buscar para usted ahora mismo!
     -Oh, no, está bien. Yo estoy... -"bien" , iba a decir, pero Henmi ya había partido hacia la sala de descanso donde se encontraba el refrigerador, regresando rápidamente al trote con una bolsa de helado en la mano.
     -¡Eso estuvo cerca! ¡Este es el último! 
     Henmi había llevado un palito helado con sabor a ramune*. Dándose cuenta de que sería inútil protestar ahora diciendo que no lo necesitaba, Yokozawa decidió simplemente aceptarlo. Sería perfecto para calmar su garganta seca luego de hacer las rondas fuera: -Esto me hace recordar el pasado... Yo solía comer esto todo el tiempo cuando niño.
     Esas cosas debieron ser un producto atemporal; el envase lucía como si lo hubieran actualizado, pero aún contenía el mismo helado con forma de dos barras que tenía en el pasado.
     -Así es. ¡Es por eso que no pude dejar de traerlos!
     -Probablemente solo escogiste las cosas que  querías comer.
     En efecto, Yokozawa estaba seguro de que el helado que acababa de ver comiendo a Henmi era uno de los artículos más caros, y al ver que se lo resaltaban tan francamente, Henmi luchó por encontrar una excusa con el semblante avergonzado entre su tartamudeo. 
     -Bu-bueno, yo solo pensé... que sería mejor que hubiera muchas cosas para elegir, vio...
     -¿Y pensaste que tú te comerías las sobras que nadie quisiera?
     -¡Eso no es así para nada! Bueno, quiero decir... de acuerdo, segurocomo que... estaba esperando...
     Yokozawa se rió a secas ante la estúpidamente honesta confesión de Henmi. Con un sujeto tan completamente franco y honesto como ese, Yokozawa a veces se encontraba preocupándose verdaderamente sobre si él estaba hecho para el área de ventas o no, pero su franqueza y su naturaleza amigable le ganaron una alta estima y confianza por parte de los vendedores, dejando a alguien como Yokozawa, quien solo intimidaba cuando cerraba la boca, genuinamente envidioso de su naturaleza amistosa.
     -Toma, puedes quedarte con la mitad; tú querías comerlo, ¿verdad? 
     Partió la barra azulada en dos y le dio una mitad a Henmi, quien respondió felizmente como un cachorro moviendo la cola.
     -¿¿Está seguro?? ¡Increíble! ¡Muchas gracias!
     La reacción fue increíblemente adorable pero Yokozawa puso una condición: -Pero a cambio, será mejor que me presentes esa propuesta hoy a las seis.
     -¡¿Eh?! Espere, entonces, ¡se lo devuelvo! -ante esto Henmi trató desesperadamente de devolver la paleta a medio comer atragantándose por el shock.
     -¡Ya la mordiste! ¡No se aceptan devoluciones! -con esto, Yokozawa le dio una mordida a la suya y el crujiente y refrescante sabor del ramune se esparció por su lengua.
     ¿Cuántos años habían pasado desde que había comido helado? El conocido sabor lo remontó hasta su niñez; en ese entonces, cada día había parecido inexplicablemente largo. ¿Por qué parece que el tiempo volara mucho más rápido cuando uno se convierte en adulto?
     -¡Sin embargo eso no es justo! ¡Agregar algo así, luego del hecho, es hacer trampa!
     Yokozawa respondió solemnemente al mosqueado Henmi: -Nunca se sabe que clase de trampas te esperan afuera en este ancho mundo, nunca deberías tomar algo que suene demasiado bueno para ser verdad al pie de la letra.
     -¡Por favor, deje de sermonearme así!
     Henmi le devolvió a Yokozawa una mirada de reproche, obviamente tomándolo en serio por completo, y encontrando su expresión sombría tan divertida, Yokozawa cedió con un suave: -... Solo estoy bromeando. 
     -¿... Ah? -Henmi alzó la vista hacia Yokozawa, quien aún mordisqueaba su helado, con evidente confusión plasmada en sus facciones.
     -Dije que estaba bromeando. No voy a cambiar tus fechas de entrega solo por un helado. 
     -¡U-usted casi me da un infarto! -el alivio y la ira competían por ganarse el semblante de Henmi quien hinchó las mejillas.
     -No te esponjes. Solo te estaba haciendo una broma. Si no te apresuras y te comes eso, se derretirá y te manchará todo.
     -Uwah... ¡ack! -nervioso, Henmi lamió el helado que había comenzado a chorrearse en sus manos y Yokozawa procedió a finalizar el suyo mientras apreciaba la vista.
     -... Sabe, su personalidad realmente ha cambiado últimamente, Yokozawa-san.
     Yokozawa se sobresaltó ante inesperadamente agudo comentario, pero logró evitar que algo de ello se mostrara en su rostro: -¿Sí?
     Henmi sencillamente presionó con más agresividad: -¡Usted solo blanqueaba los ojos ante mis bromas antes!
     -Eso fue porque tus estúpidas bromas eran increíblemente aburridas.
     -¡Eso no es para nada cierto! ¡Siempre saco a relucir lo mejor en mis números!
     -Quizás por eso siempre quedaron en la nada.
     -¿Ah? ¡¿Quiere decir que mis bromas nunca me salieron bien?! -Henmi se quedó sumido en sus pensamientos con el shock de la revelación de Yokozawa, y Yokozawa continuó su camino hacia su propio escritorio, dándole vueltas en su cabeza a lo que Henmi le había comentado. Estaba aliviado de que Henmi no pareciera notar cuan sacudido estaba verdaderamente por sus palabras mientras tiraba lo que quedaba de su helado en el tacho de basura al lado de su escritorio.
     No estaba seguro si su personalidad había cambiado realmente o no, pero sí se había vuelto más propenso a hacer bromas últimamente, probablemente debido a que se había vuelto más libre de expresar sus emociones.
     No quería admitirlo exactamente... pero probablemente esto se debía en gran medida a que pasaba tanto tiempo cerca de Kirishima. Habiendo tropezado de tiempo en tiempo como lo había hecho, parecía que algo de la personalidad del sujeto se le había pegado. 
     -Yokozawa-san, ¿cuál de mis bromas fue la peor hasta ahora?
     -Olvídalo y solo ponte a trabajar. 
     Este no era ni el momento ni el lugar para dejar que la mente de uno se perdiera en cosas sin importancia; y repitiéndose el consejo a sí mismo, levantó la tapa de su notebook, poniéndose nuevamente en "modo trabajo" y volviendo su atención hacia su computadora mientras esta se encendía. 

Continuará...

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N. del T.:
*Gravure: género de fotografía y video japonés en el que modelos esculturales posan para revistas, calendarios o DVD en poses sugerentes.
*Ramune: es una bebida gaseosa vendida originalmente en Japón. Más información aquí.

1 comentario:

  1. ¡Me encantó!

    Yokozawa ha cambiado mucho tras pasar tiempo con Kirishima, y ese cambio le está haciendo bien. Amo la pareja Trifecta...
    Gracias por la traducción. ❤

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