jueves, 10 de abril de 2014

Yokozawa Takafumi no baai Vol. 4 Capítulo 6 parte 2

Publicado por KanaAmai en 17:44

YOKOZAWA TAKAFUMI NO BAAI VOLUMEN 4

Capítulo 6 Parte 2


Tipo de texto: Retraducción de novela
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 4
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Retraducción: DrL 










Continuación del Capítulo 6

     —Uh...
     El día estuvo lleno de reuniones y citas haciendo que Yokozawa no pudiera ocuparse del trabajo que le esperaba en su escritorio y dejándolo con pocas opciones sino hacer horas extras para ver que se hiciera. Aunque pudo fácilmente dejarlo para el día siguiente sin inconvenientes, terminar rápidamente y con tiempo de sobra resultaba mejor para sus nervios. Quería ocuparse de todos estos asuntos de antemano de modo que pudiera asegurar que podría salir a horario llegado el viernes. 
     Sin embargo, se encontraba muy contracturado de momento como para ponerle el hombro al asunto y en lugar de continuar sumergiéndose de lleno en su trabajo, consideró que probablemente sería una mejor idea estirar las piernas un rato. 
     —Tomaré un descanso —anunció deslizando su teléfono celular y algo de cambio en su bolsillo.
     —¿Ah? ¿Quiere decir que se quedará hasta más tarde? —preguntó Henmi con la sorpresa claramente plasmada en su rostro. Probablemente al hombre le resultaba difícil animarse a salir del trabajo mientras Yokozawa aún estuviera por allí y echando un vistazo al resto del piso la mayoría de los demás empleados ya se habían retirado a casa para dar final al día.
     —Saldré luego de hacerme cargo de un poco más de papeleo. Tú puedes irte si así lo deseas —era su culpa si aún se encontraba allí, así que no resultaba precisamente justo que pidiera a sus subordinados que hicieran lo mismo. Claro, había algunos en la oficina que forzaban a sus subalternos a seguir su paso, pero Yokozawa no era uno de ellos, y aunque sí valoraba el espíritu de cooperación, demasiada presión para adaptarse y seguir la corriente resultaba totalmente ineficiente. 
     —¡Entonces me retiraré una vez que encuentre un buen punto para detenerme! Después de todo, todo será cuesta abajo a partir de ahora.
     —Ya veo. Bien, no te sobrepases.
     Henmi rió disimuladamente ante el consejo que le dieran al pasar: —¡Yo podría decirle lo mismo! Por favor, asegúrese de no exigirse demasiado, Yokozawa-san.
     Yokozawa no pudo contener una amarga sonrisa ante la acotación: —Nunca pensé que oiría eso viniendo de ti. Supongo que será mejor que me cuide entonces.
     No esperaba oír las mismas palabras que le expresara Kirishima de boca de sus propios subordinados. Quizás visto desde afuera, él realmente parecía estar exigiéndose demasiado. Podría ser que un cambio en su estilo de vida amerite alguna consideración, reflexionó, y con un leve suspiro, se dirigió hacia la sala de descanso.


     Cuando regresó en sí, notó que su cabeza reposaba en un ángulo extraño; y el material que se encontraba debajo de él era demasiado duro para ser una almohada, y un tanto alto también. Estando un tanto atontado como se encontraba, el tiempo y la ubicación resultaban difíciles de recordar y de momento, sencillamente no podía acertar a decir dónde se encontraba. Sin embargo, rebuscando en su mente, finalmente recordó que se había dirigido a la sala de descanso para tomar un breve respiro en lo que trabaja horas extras.
     Definitivamente recordaba haber comprado un café, pensando en inyectar un poco de vida a sus candados huesos por medio de algo de cafeína y azúcar; pero cuando tomó asiento, fue súbitamente vencido por una oleada de cansancio y se recostó contra la pared para descansar. Sin embargo, luego de eso, todo estaba borroso sugiriendo que había perdido su batalla contra el sueño.
     Sabía que debía despertar y ponerse en marcha nuevamente para regresar al trabajo, pero sencillamente no podía sacudirse la modorra y justo cuando se encontraba luchando por mantener sus párpados abiertos, una voz le habló por encima de él: —Puedes dormir un poco más. Te despertaré en unos diez minutos.



     "Ah... de acuerdo entonces..." pensó débilmente, completamente listo para rendirse ante sueño una vez más; pero la sensación de unos dedos recorriendo su cabello lo devolvió a la realidad en un segundo. Sus ojos súbitamente se abrieron de par en par, poniéndolo cara a cara con Kirishima quien lo miraba desde arriba. Sin embargo, antes de poder siquiera reflexionar sobre el porqué de la presencia de Kirishima en aquel lugar, dio un salto casi por mero reflejo: —¡¿Qué de...?!
     El súbito movimiento envió a su cabeza de golpe contra la barbilla de Kirishima, y con un sordo "pum", ambos se encontraron rápidamente atendiendo sus áreas lesionadas.
     —Ayyyy, ay, ay, ay... Qué diablos; eso dolió, zopenco.
     —¡Yo podría decir lo mismo de ti! ¡¿Qué diablos estás haciendo?! —su tono de voz reflejaba su pánico ante la inesperada situación en la que se encontró a sí mismo. Acababa de despertarse también, para empeorar las cosas, de modo que aún no podía conseguir organizar sus pensamientos cabalmente.
     —¿Qué quieres decir con "qué estoy haciendo"? Permitiéndote dormir en mi regazo. Obvio. Debiste ver la posición en la que tratabas de dormir una siesta. Sin embargo, yo amablemente te presté mi piernas como almohada, ¿y este es el agradecimiento que recibo?
     —No me vengas con ese tonito —no era como si le hubiera pedido a Kirishima que hiciera eso y aunque en la oficina la mayoría ya se había retirado, ellos ciertamente debían ser más discretos teniendo en consideración que más de un editor todavía estaba dando vueltas por ahí.
     —¿Estás diciendo que no soy cómodo? 
     —Ese no es el problema, por un lado, ¡y con un demonio que no eres cómodo por el otro!
     —Vamos, no debemos ser quisquillosos; es mejor que no tener ninguna almohada, ¿cierto? ¿Sr. "a punto de caerse de la silla en la que se estaba sentando"?
     —Entonces, pudiste despertarme.
     —¿Por qué diablos haría eso? Después de todo, no es como si pudiera verte en ese estado tan a menudo. ¿Quieres ver? —en este punto, Kirishima abrió su teléfono celular para mostrarle a Yokozawa la fotografía que aparentemente había tomado. Efectivamente, era un espectáculo digno de verse, pero ciertamente no había razón alguna para que el sujeto tomara una fotografía y luego lo forzara a verla.
     —Qué no te digo que no me saques fotos así. ¡¿Cuándo te lo vas a meter en la cabeza?! —su indignación escaló con una mezcla de vergüenza y disgusto en una batalla tumultuosa por el dominio de su mente. El extremo cansancio que recayó sobre él momentos antes no podía verse por ningún lado ahora.
     —Vamos, esto no es nada. Eres un hombre, así que deja de espantarte como una chiquilla. Serías muchísimo más popular si aprendieras a mantenerte calmado y sereno.
     —No quiero oír eso viniendo de ti... —sus sienes comenzaron a palpitar por la irritación y recordándose a sí mismo que estallar en furia solo beneficiaría a Kirishima, tomó el resto de su café, ya frío, de un solo trago. Había entrado a esa habitación para tomarse un respiro, pero soportar a Kirishima le había devuelto sus fuerzas nuevamente. Realmente deseaba que el sujeto se comportara como un adulto y dejara de molestar tan despiadadamente.
     —Oh, y solo para aclarar te diré que me conformo con poder usar un brazo como almohada a cambio de haberte prestado mis piernas.
     El estilo indiferentemente osado con el cual expresara estas palabras condujo a que Yokozawa respondiera prácticamente en el mismo tono: —¿... El brazo de quién?
     —El tuyo.
     —¿... A quién?
     —A mí.
     Luego de tomarse una pausa para considerar esto por tan solo un momento, Yokozawa rápidamente volvió en sí: —¡¿Quién demonios lo haría...?! 
     Solo lo había imaginado por un segundo pero ese instante comprobó que resultaba tan desagradable como para revolverle el estómago, tanto que sus pensamientos se detuvieron instantáneamente. No podía comprender el criterio de Kirishima como para pedir algo así tan casualmente. Regazos como almohadas, brazos como almohadas... estas no constituían la clase de cosas que hombres de más de 1,80 m. de altura hacíanel uno por el otro. 
     —Ayyy, vamos, ¿solo un ratito? No es justo que Sorata sea el único que se divierta; yo también quiero participar un poco de la acción.
     —¡No te pongas celoso por un gato! —resultaba difícil decir cuan serio estaba siendo el sujeto en este punto. Con Kirishima, siempre existía la posibilidad de que no estuviera bromeando en lo más mínimo por lo que retrocedió un poco ante el semblante serio y taciturno que él mostrara en su rostro.
     —No estoy celoso, solo... siento envidia, eso es todo. Si el brazo no te va, estoy de acuerdo con tu regazo, también.
     Tratar de reprender a alguien como Kirishima, quien hacía oídos sordos a todo argumento, era un error en sí mismo, así pues era mejor no intentar cosas sin sentido como esa de buenas a primeras. 
     —Deja de dar vueltas por aquí y lleva tu trasero de vuelta a casa. Hiyo te está esperando, ¿no?
     —Mi mamá se quedó esta noche, así que ella estará bien. Tuve un montón de reuniones hoy, una detrás de otra, así que me está tomando una eternidad cumplir con mi cuota de trabajo. Sin embargo, no quiero dejarlo para el viernes, así que estoy tratando de terminar ahora que puedo.
     —Más razón para no andar tonteando así.
     —Oye, todos necesitan un descanso de vez en cuando, ¿cierto?
     —¿Cómo diablos es que esto es un descanso...?
     —Lo que sea. Al menos conseguí verte y eso es suficiente para hacerme sentir mejor. Me conformaré con tu hombro, así que ya, resígnate.
     —¿Hombro? 
     Sin embargo, en lugar de responder, Kirishima sencillamente apoyó su cabeza con suavidad en el hombro de Yokozawa y aunque la sensación se su cabello rozando levemente su cuello y orejas producía pequeñas cosquillas, él lo soporto en silencio. 
     —... Sí, eres bastante duro.
     —Si tienes algún problema con eso, estaré feliz de retirarlo.
     —Solo expreso mi opinión.
     Yokozawa no podía imaginar que la posición fuera lo más remotamente cómoda, pero Kirishima continuó apoyando su peso contra él. La sensación de su respiración tan cerca de él efectivamente producía una extraña sensación.
     —Yokozawa... nunca le prestes tu hombro o brazo o regazo a nadie más que a mí, ¿de acuerdo?
     —... Tú eres el único que los querría.
     —¿Eso crees?
     —Así es —no pudo evitar la leve risa que escapó de sus labios ante las ridículas preocupaciones de Kirishima y acoplándose al gesto, los hombros de Kirishima también se sacudieron por la risa llena de júbilo.


     —Ngh... ¿Qué dia...?
     Su teléfono celular estaba sonando estridentemente al lado de su almohada; aparentemente no lo había confundido con su alarma. Yokozawa entornó sus ojos en la oscuridad al revisar la hora; era de mañana, pero por un pelín, y aún le quedaba algo de tiempo antes de que le fuera necesario despertarse.
     —¿... Quién demonios está llamando a esta hora...?
     Dependiendo de quien se tratara, tenía toda razón de cortar la llamada sin siquiera contestar, pero al abrir la tapa y ver el nombre del quien llamara, se rehusó.
     Allí donde debía estar el nombre de quien llamaba aparecía simplemente la palabra "Cariño~♥" y una fotografía de Kirishima haciendo una pose acompañado de estrellitas y corazones decorando llamativamente la imagen. 
     —¡¿... Qué demonios estabas pensando...?! —rugió al teléfono luego de apretar el botón para contestar, pero todo lo que recibió a cambio fueron divertidas risas.
     —Bueeenos días. ¿Soñaste con los angelitos?
     —Olvida eso. ¡¿Qué demonios es esto?!
     —Oye, tú fuiste el que me dijo que podía hacer lo sea que quisiera. Y me gustaría recordarte  que ya que sabías que era yo quien llamaba, eso significa que debes aceptar el hecho de que yo soy efectivamente tu "Cariño".
     —Deja de joder. ¡¿Y qué demonios quieres a esta hora?! —todavía quedaban unos buenos veinte minutos antes de que fuera necesario que se despertara y no estaba complacido en lo más mínimo con el hecho de que su precioso sueño matutino fuera interrumpido de este modo por lo que su ira estaba al borde de explotar. 
     —Es la llamada para despertarte, por supuesto. No estabas notando la pequeña broma que te gasté así que tuve que tomar el toro por las astas.
     —... —cayendo en cuenta de que ésta era la única razón por la que lo había despertado tan temprano en la mañana, Yokozawa ni siquiera pudo reunir la energía necesaria para sorprenderse.
     —Es una foto bastante impresionante, ¿ah? Hiyo la tomó para mí y... 
     Yokozawa cortó la llamada con solo apretar un botón -no estaba de humor como para escuchar las tonterías de Kirishima- y regresó a la lista de contactos para editar la entrada. 
     —Ese imbécil. ¿Por qué siempre...? Un hombre de su edad haciendo porquerías como estas es simplemente... —murmurando para sí mismo, cambió la configuración que mostraba la fotografía y luego prosiguió a borrar la imagen en sí de su carpeta de archivos por completo...
     ... Y luego se detuvo: —...
     No... había razón realmente para borrar la imagen, ahora que lo pensaba, y cerró la tapa de su teléfono celular. Enterrando su cabeza en la almohada, se sintió abatido por una oleada de cansancio.
     ¿Cuándo iba a cansarse este sujeto de lanzarlo a la deriva de ese modo? Sin embargo, resultaba igualmente sorprendente como a pesar de molestarse con el hombre desde el fondo de su ser... tampoco podía sentirse enteramente desalentado por sus acciones. 
     —... Supongo que esto es lo que significa eso de que "el amor te hace débil", ¿ah?
     Haciendo un esfuerzo para olvidar estas emociones con las que no sabía que hacer, se desplomó en la cama nuevamente. Su alarma estaba encendida, así que tenía al menos unos buenos quince minutos más para dormir y sin saber que una hora más tarde lamentaría amargamente haber vuelto a dormir, volvió sumergirse en sueños una vez más.

Continuará...

4 comentarios:

  1. No inventes mori de risa solo de imaginar la imagen xD jajaja de verdad muchas gracias por la traduccion

    ResponderEliminar
  2. si si si si... la verdad imaginarse a un Yokosawa medio desnudo en la cama dormido y ser despertado por una maldita broma de esas es bastante acogedor y bueno gracioso en realidad, to también casi muero de risa... xD

    ResponderEliminar
  3. jajaja me fuera encantado ver esa imagen, aunque también morí de risa imaginando la expresión de yokosawa al ver el teléfono ^__^

    ResponderEliminar
  4. Kirishima es todo un loquisho <3 ya me puedo imaginar la imagen como la expresión de Yokoazawa X,D, la verdad estos dos se merecen caps de manga <3 muchas gracias por la traducción :D

    ResponderEliminar

 

AmaiChudoku Novelas Copyright © 2011 Design by Ipietoon Blogger Template | web hosting