Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 4
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Fuente: September Scanlations
Retraducción: Haruna
-¡Estoy en casa! ¡Ya llegó mi carta del pueblo!-
Anunció Hiyori cuando volvió de su salida al combini. Por lo visto ella había
hecho algunos amigos cuando estuvo de vacaciones en la casa de sus abuelos
maternos en verano, y ellos habían estado manteniendo el contacto por medio de
cartas. Eso era algo muy propio de Hiyori, (el optar por el correo postal en
vez de los mensajes de texto) y además parecía que ella siempre había soñado
con tener una relación por correspondencia con amigos que vivieran en lugares
lejanos. También le divertía el buscar papeles y utensilios para enviar sus
cartas, y por supuesto, se aseguraba de mostrarle a Yokozawa cada cosa que
compraba.
-Bienvenida de vuelta, Hiyo.
-Guau, ¡huele realmente bien!- Dijo contenta al
asomarse a la cocina. Y estaba en lo correcto, pues no solo la cocina estaba
inundada por esa dulce fragancia, sino todo el apartamento.
Hiyori había mostrado un gran interés en la
repostería, ya que se lo había pasado en grande haciendo pudin con Yokozawa. En
realidad siempre había tenido talento para ello y todo lo que hacía parecía
realmente delicioso.
Hoy, ella había estado trabajando toda la
mañana preparando magdalenas. Por lo visto eran las favoritas de su abuela, así
que se había dedicado a practicar la receta para poder regalárselas en su
próximo cumpleaños. Yokozawa se había visto obligado a ayudar ya que el padre
de Hiyori, Kirishima, era un completo negado en el asunto y solo causaba
problemas.
-Probablemente ya sea hora de sacarlas del
horno.- El temporizador les recordó que quedaban solo cinco minutos antes de
que terminara el tiempo de horneado, y la masa que se podía ver a través del
cristal había tomado un color marrón dorado.
-¿De verdad? ¿Podremos probarlas en cuanto estén
listas? ¿O deberíamos esperar a que se enfriaran un poco?
-Creo que estarán más ricas recién salidas del
horno. Empezaré a prepararlo todo, así que corre y ve a lavarte las manos.
-¡Vale, volveré en seguida!
De acuerdo al reloj, eran casi las tres de la tarde,
la hora perfecta para una merienda. Mientras preparaba el té, el sonido del
horno avisando de que había terminado empezó a sonar, y Hiyori regresó justo
cuando Yokozawa estaba sacando la bandeja del horno.
-¡Guaaaau, realmente subieron muy bien!
-Pruébalas y asegúrate de que están totalmente
horneadas.
-Oh, ¡está bien!- La receta indicaba que había
que usar un palillo de dientes para ver si estaban hechas. Era la primera vez
que Yokozawa horneaba algo dulce, pero pensaba que con un poco de práctica y
entendiendo lo básico, se las podría arreglar. –¡Se ven bien, Onii-chan!
-Entonces coge un plato, uno grande para que
puedan entrar todas.
-¿Qué te parece el que tiene el motivo floral?
-Está bien, creo que ese tendrá el tamaño
perfecto.- Tras sacar las magdalenas una por una del molde, cuidadosamente
empezó a colocarlas sobre el plato que Hiyori le había sacado. Por lo visto era
un plato de la marca de vajillas favorita de su madre. De hecho los Kirishima
tenían todo el juego completo.
Hiyori tomó una de las magdalenas y la puso en
un plato más pequeño para después llevarla al pequeño altar familiar que tenían
para su madre.
-…Ooh, se ven realmente deliciosas.
- ¡…! Oye, ¡no te acerques sigilosamente a la
gente!- Espetó Yokozawa, dando un respingo cuando Kirishima se asomó sobre su hombro
para ver lo que hacía. Realmente
deseaba que el hombre parara de hacer ese tipo de cosas cuando Hiyori estaba
cerca.
-¿Podemos probarlas?
-Es por ello que estoy haciendo los
preparativos ahora mismo. Si no tienes nada que hacer, coge algunos vasos y
llévalos a la mesa.
-Sí señor~ Valen tazas, ¿verdad?
-Pregúntale a Hiyo.
-¡Hiyo! ¿Qué vasos debería coger para el té?
-¡Quiero beber en las tazas de té que tienen el
motivo floral!- Las tazas de té con hojas de té y la tetera a juego eran parte
de esa vajilla que habían encontrado recientemente mientras ordenaban, por lo
visto pertenecían a un set realmente grande que habían recibido los Kirishima
como regalo de bodas años atrás. Rara vez la usaban, así que desde que se mudaron
a ese apartamento había estado guardada todo el tiempo. Hiyori había sido la
que los había detenido de volver a guardarla dentro del armario cuando la
encontraron. “¡Yo la usaré!”. Por lo visto había aprendido cómo servir el té tras
pasar una tarde en casa de una amiga recientemente, y quería volver a
intentarlo por su cuenta.
El aspecto de la mesa, completamente llena con
el juego de té y las magdalenas, reflejaba un ambiente bastante familiar, y
Yokozawa pensó para sí mismo con un poco de alegría que solo seis meses atrás,
él nunca se habría imaginado que podría estar disfrutando de este tipo de vida.
-Ah por cierto, ¡había una carta en el buzón,
papá!
-Ah, gracias, parece que es de la Asociación
Infantil del Complejo.- Sacó el papel plegado del sobre que le había dado ella
y pasó su mirado por él. –Hmm, parece que van a tener una fiesta de Halloween
el próximo mes. Los niños de primaria pueden participar, y la Asociación
Infantil repartirá caramelos. Aunque tendrás que llevar un disfraz en conjunto.
-La gente en este complejo de apartamentos es
realmente rigurosa con este tipo de eventos.- Entre las sesiones para ver las
flores y los festivales de verano, siempre estaban buscando nuevas formas de
establecer amistad entre los residentes con los cambios de estaciones. Incluso
Kirishima, quien no estaba mucho por casa al ser un padre soltero, hacía un
gran esfuerzo por atender a este tipo de cosas siempre que podía.
-Bueno, es fácil perder el contacto entre vecinos
al vivir en un lugar como este, así que intentan ayudar a que la gente se
relacione unos con otros. ¿Qué opinas, Hiyo? Les diré que participarás si
quieres ir.
-¡Suena divertido! ¿Pero puedo preguntarle a
Yuki-chan y al resto antes?
-Por supuesto. Asegúrate de preguntarles sobre
el tema de los disfraces también. Pero ya basta de este tema, ¿podemos
probarlas ya?
-¡Claro, empieza a comer!- Ella mantuvo su
mirada fija en Kirishima mientras él se llevaba una de las magdalenas a la
boca. Realmente quería saber cómo sabían recién salidas del horno.-… ¿Y bien?
-Deliciosas. Tan buenas que podrían ser
vendidas en cualquier pastelería ahora mismo.
-¿En serio? ¡Gracias a Dios!
-De verdad, se hicieron perfectamente.- El
tiempo de horneado y el nivel de azúcar eran perfectos. Con ese aspecto, sería
fácil comerse una docena de ellas sin pestañear. Hiyori dio un mordisco a su
propia magdalena para después poner una gran sonrisa en su rostro. Yokozawa
admitía que no era alguien muy dado a los dulces, así que era un misterio el
porqué encontraba tan buenas las magdalenas que justamente había hecho Hiyori. –Estoy
seguro de que a tu abuela le encantarán.
-Eso espero… Oye, ¿Oniichan? Me gustaría
intentar hacerlas de otro sabor… ¿qué opinas?
-¿Otro sabor?
-Como de fresa, o de té verde. ¡Ah! ¡Pero el té
negro también podría ser una buena opción!
-No veo porqué no. ¿Te gustaría intentarlo la
próxima vez?- Todavía quedaba tiempo antes de que llegara el cumpleaños de su
abuela, así que podían experimentar un poco. Ya podía imaginarse a la mujer
totalmente encantada en su mente.
-Eso me recuerda… ¿cuándo es tu cumpleaños?-
Preguntó Kirishima casualmente mientras cogía ya su tercera magdalena.
-Oh, ¿no lo había dicho? El dieciocho de
junio.- Respondió sin pensarlo demasiado, haciendo que los otros dos se
quedaran totalmente congelados al momento, para justo después gritar:
-¿¡Por
qué no lo habías dicho antes!?
-¿Lo…lo siento?- Las miradas de Kirishima y
Hiyori perdieron el buen ánimo al instante. Se sentía mal por haber olvidado
mencionar su cumpleaños, pero nunca esperó que ellos reaccionaran de forma tan
enfadada por revelarlo ahora.
-¡Eso es dos días después del mío, demonios!
-¡Si lo hubiera sabido podríamos haber
celebrado tu cumpleaños y el de papá juntos!
La visión de Yokozawa se desvió al ver como
ambos arremetían contra él. –Yo… yo simplemente tenía la cabeza en demasiadas
cosas y lo olvidé…- Había estado tan preocupado pensando en el cumpleaños de
Kirishima que no había tenido la oportunidad de pensar en el suyo propio.
-¡Cómo si eso fuera una excusa!
-¡No puedo creer que olvidaras tu propio
cumpleaños!
-Pero… ¿a quién le importa realmente mi
cumpleaños? No estoy en edad de celebrar esas cosas.- Las palabras que pensaba
que suavizarían sus ánimos, solo consiguieron que ellos le fulminaran con la
mirada.
-¡Dios, realmente no lo entiendes!- Hiyori hinchó
sus mejillas con irritación, se levantó hecha una furia, y tras dejar su taza
de té en el fregadero, se fue directa a su habitación.
-Hiyo… Lo siento. De verdad que no pretendía
que…- Yokozawa imaginaba que no había tenido el suficiente tacto, pero
realmente era incapaz de entender qué era tan terrible de aquella situación.
Por lo visto, su intento de disculpa no había sido una buena idea.
-Joooooder, realmente la enfadaste.- Kirishima
se rió al ver cómo Yokozawa intentaba entender lo que había dicho ella, y
aunque Yokozawa normalmente le habría contestado bruscamente por esa frase, ahora
mismo la sensación de arrepentimiento por haber hecho enfadar a Hiyori era un
problema mucho más importante, por lo que no era capaz de atacarle con una
buena respuesta.
-¿Qu… qué hago ahora?
Sin embargo, la mirada que Kirishima le
devolvió mientras que él buscaba un consejo en su confusión, estaba llena de
irritación. –Para que lo sepas, yo también estoy bastante enfadado… ¿Cómo demonios
has esperado tanto para decírnoslo? ¿Me estás diciendo que olvidaste tu
cumpleaños durante tres meses enteros?
-¡No es como si lo hubiera hecho a propósito!
Simplemente no lo recordaba.- Las únicas tres ocasiones en las que había
prestado algo de atención a su cumpleaños había sido cuando tenía que renovar
su carné de conducir.
-Bueno, sería genial si Hiyo se lo creyera,
pero…
-Quiero decir, tengo veintiocho años. ¿Quién
presta atención a su cumpleaños a esa edad?- Yokozawa era uno de los más
correctos entre su círculo de conocidos, pero nunca se había preocupado de sí
mismo. Y aun si lo hubiera recordado, probablemente no habría hecho nada por
sacarlo a relucir. La mayoría de los años no lo recordaba hasta varios meses
después.
-Dios, eres un idiota. ¡Tu cumpleaños es el día
en que la gente conmemora que naciste! Es algo digno de celebrar sin importar
la edad que tengas.
-Bueno, claro, lo entiendo, pero…
-No, obviamente no lo entiendes. Tal y como lo ve Hiyo, tú has arruinado uno de los
momentos más importantes del año para ella. ¿Cómo te sentirías si ella no te
hubiera dicho que era su cumpleaños y hubiera pasado sin ninguna celebración?
-…- Ahora empezaba a entender a donde quería
llegar Kirishima y no tenía forma de refutarlo. Se había dicho a sí mismo que
era algo totalmente distinto el que Hiyori cumpliera diez años comparado con
que él cumpliera veintiocho, pero quizá solo era un forma de intentar
justificarse.
- … ¿Y bien? ¿Hemos pensado ya un poco en lo
que hemos hecho?
-…Sí.
-Bueno, estoy seguro de que ella acabará
perdonándote. Solo déjala por ahora.
-…Eso espero.- Cuando ella se había enfadado antes alguna vez, él había sido capaz de convencerla de que lo perdonara tras
muchas disculpas y promesas de regalos, pero no estaba seguro de que fuera a
ser tan fácil esta vez. De todas formas, la merienda ya había acabado por aquel
día.
El ir a encontrarla a su habitación podía hacer
que simplemente se enfureciera aún más, así que optó por hacer caso al consejo
de Kirishima y esperar a ver como se desarrollaban las cosas.
Continuará…
Hey, gracias por la traducción~
ResponderEliminarmuchas gracias!!!!
ResponderEliminarpobre yokozawa :(
Por qué Kirishima se ríe de cada desgracia que le sucede a Yokozawa???
ResponderEliminarGracias por compartir!!!!
^\\\^
Baia baia cumplo el mismo mes que ellos dos
ResponderEliminarMi padre cumple el mismo día que Yokozawa xdxd
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