viernes, 10 de octubre de 2014

Yokozawa Takafumi no baai. Vol.5 Capítulo 10 parte 2

Publicado por Unknown en 21:58
Tipo de texto: Retraducción de novela
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 5
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Retraducción: Haruna







Continuación del capítulo 10







           -¿No se va a casa todavía, Yokozawa-san?- Lo llamó Henmi algo preocupado. Él por su parte ya había terminado con sus propias obligaciones para poder irse.

            -Me iré después de que acabe con esto. Tú puedes marcharte.

            -Está bien, ¡entonces me iré primero! Debería intentar no quedarse hasta muy tarde.

            -Sí, sí. Lo sé. Ten cuidado en el camino a casa.- Ni siquiera levantó la mirada de la pantalla del ordenador, por lo que se despidió de Henmi solo con palabras.

            Dejó escapar un suave suspiro. Ahora la planta de ventas se encontraba en completo silencio. La razón por la que no había hecho demasiados progresos ese día, era porque todavía estaba dándole vueltas a lo que Yasuda había dicho antes aquella tarde.

            “Ustedes están saliendo, ¿cierto?”

            No había sonado como si estuviera haciendo una broma, sino como si tan solo señalara algo que era obvio. Aun sentía cómo su corazón parecía querer pararse en su pecho.

            Dada la tranquilidad con la que Kirishima había actuado ante el suceso, suponía que el hombre podía ser alguien digno de confianza. Pero la gente normal no soltaría así de repente un comentario de ese tipo. Pero aun así, aquello no era lo que lo tenía realmente tan inquieto.

Lo que más le preocupaba… era él mismo.

            No hacía mucho, Iokawa también se había dado cuenta de la relación que mantenía con Kirishima, y la combinación de estos hechos le había hecho preocuparse… quizá era demasiado fácil de leer. Ya eran dos las personas que habían descubierto su relación… lo que sugería que debía haber alguna razón para ello. Quizá Yasuda había notado algún cambio en Kirishima tras haberlo visto después de tanto tiempo, o a lo mejor había algo en el ambiente que se respiraba entre ellos dos.

            -…

            No sería capaz de resolver el misterio sin hablar directamente con el hombre, Yokozawa no llegaría a ninguna conclusión si seguía dándole vueltas él solo. Pero aun así, ¿qué posibilidades había de que volviera a encontrarse con Yasuda? Aquella había sido la primera vez que se lo había visto desde que empezó a trabajar en Marukawa, lo que quería decir que probablemente pasarían años antes de que volvieran a cruzarse.

            -Qué demonios voy a hacer…- Murmuró para sí mismo.

            Guardó los documentos que acababa de terminar y miró al frente, dándose así cuenta de que estaba completamente solo en la planta de ventas. Por lo visto el hecho de que todos sus compañeros se hubieran ido ya a casa, era la razón por la cual el lugar estaba tan silencioso. Vio como todas las luces en frente de él ya se habían apagado. Fue entonces cuando recordó que todos los empleados se habían dado prisa en irse a casa debido al tifón que se avecinaba.

            Tras echar un vistazo al reloj se dio cuenta de que había pasado un montón de tiempo desde que Henmi se hubiera ido. Si lo pensaba bien, probablemente había pasado más tiempo perdido en sus pensamientos que en estar trabajando.

            Miró hacia la ventana, dándose cuenta de que el tiempo había empeorado más de lo que esperaba. La lluvia golpeándose con fuerza contra la ventana deformaba las siluetas de los edificios al otro lado de la calle. El viento aullaba como el bramido de algún animal salvaje.

            Abrió el buscador de internet para revisar el estado del tifón. Por lo visto ya varias líneas de tren y otras tantas calles habían sido cerradas. Su propia línea que debía coger para llegar a casa había sido una de las primeras en cerrarse. Dudaba que pudiera encontrar un taxi fácilmente con aquel tiempo, y aun si  intentaba tomar el camino largo hasta su casa, no sería un viaje fácil. Definitivamente había perdido la oportunidad de llegar a casa aquella noche.

            -Supongo que no hay nada que hacer. Tendré que pasar la noche aquí.- No pasaría nada por que no fuera capaz de tomarse un baño por una noche, y tampoco sería la primera noche que pasara en la oficina. Cuando era un principiante, había llegado a estar allí más tarde de la media noche preparando eventos. De hecho, estaba bastante seguro de que tenía alguna manta guardada por algún lugar. Justo cuando se levantó para buscarla, su teléfono empezó a sonar.

            Miró de quién se trataba y entonces respondió: -Diga, Yokozawa al habla.

            -Escuché que te quedarías en la oficina hasta tarde. ¿Conseguiste llegar a casa bien?

            Parecía que Kirishima lo había llamado lleno de preocupación. Su exagerada atención al principio le había hecho sentir incómodo, haciendo que Yokozawa no pudiera aceptarlo sin protestar aunque fuera un poco. Aunque de un tiempo a esta parte, había llegado a acostumbrarse a esa faceta.

            -No, todavía estoy en la oficina.

            -¿¡Quieres decir que todavía no te has ido!?- Kirishima no parecía estar nada feliz con su respuesta, probablemente no se lo esperaba. El mismo Yokozawa no había tenido intención de quedarse hasta tan tarde.

            -Lo siento. Simplemente se me pasó el tiempo y no tuve oportunidad de hacer un descanso.- Aquello era todo lo que podía decir, y aunque podía hacerle quedar como un idiota, era la verdad.

            Si Sorata hubiera esta aun en su casa, probablemente hubiera intentado arreglárselas para llegar a casa, pero el hecho de que estuviera con los Kirishima, había hecho que se despreocupara al respecto.

            -¿Entonces qué vas a hacer? Todas las líneas de tren ya han sido cortadas.

            -Probablemente acabaría teniendo problemas aun si me fuera ahora mismo, así que voy a quedarme aquí. Solo una noche no será para tanto.- Estando en la oficina le sería imposible tener cualquier tipo de accidente, y aunque no era el lugar ideal para descansar, era más que suficiente con que sirviera como resguardo de la lluvia.

            -…Por el amor de Dios, supongo que no hay otra opción. Solo se un buen chico y espera pacientemente.

            Y tras eso, Kirishima cortó la llamara, dejando tras de sí tan solo un pitido artificial. -… ¿Qué demonios ha sido eso?- ¿”Se un buen chico y espera?” ¿Qué quería decir? Él no era un ningún niño, así que no era como si fuera a salir en medio de la tormenta o algo por el estilo.

            Estirando su cuello, volvió a centrarse en lo que le quedaba de trabajo. Si tan solo pudiera acabar de una vez con esos documentos que tenía ante él,  ya todo iría cuesta abajo. Recordándose que no debía perder el tiempo pensando en esas cosas, se forzó a volver la vista hacia su ordenador.


______________________________



            Perdió la concentración debido a que su estómago empezó a sonar, recordándole que llevaba bastante sin comer.

            -…

            Sería cruel pedir que le llevaran algo con aquel tiempo. Hacía algún tiempo había ordenado curry con cierta frecuencia. La tienda que él y sus compañeros solían elegir era de grandes porciones y era rápida con el reparto, así que se había vuelto la favorita con facilidad.

            -Estoy hambriento.

            -Ya, me lo imaginé, y por eso te traigo algo de comer.

            -¿¡!?- Había dicho aquel comentario para sí mismo así que casi saltó de la silla cuando escuchó a alguien respondiéndole por detrás. Se giró para encontrarse a Kirishima de pie detrás de él. -¿¡Qué… qué demonios haces aquí!?- Su ropa era casual, lo que quería decir que ya se había ido a casa por aquel día.

            Un paraguas que goteaba le colgaba de una mano, y la tela de su ropa había cambiado de color debido a la lluvia que debía haberle caído encima. Su pelo, húmedo y desordenado, debía estar molestándolo de sobremanera. Sacudió su cabeza ligeramente para quejarse. –Ugh, odio mojarme.





        

            Dejó el paraguas de pie al lado de la puerta y sacó de su bolsa una toalla que debía haber traído de casa para empezar a secarse el pelo con energía.

            -¿Entonces por qué demonios has venido hasta la oficina? Si te olvidaste algo estoy seguro de que podría haber esperado hasta mañana.

            -Idiota, he venido a por ti. Como dijiste que no podías volver a casa…- Aquello quería decir que su anterior “se un buen chico y espera pacientemente”, quería decir en realidad “voy a buscarte, así que espérame”.

            -… ¡Te dije que iba a pasar la noche aquí!

            -¿Pero no te sentirías solo?

            -No soy un niño. ¿Y qué pasa con Hiyo?

            -Está en casa.

            -¿Quieres decir que volviste a pedirle a tu madre que la cuidara?- Hiyori entendía perfectamente que su padre tenía un trabajo exigente, ¿pero acaso no necesitaban algo de tiempo juntos de vez en cuando? Y encima de eso, estaba aquel tiempo. Debía estar sintiéndose sola sin su padre cerca con aquella tormenta nocturna.

            -Iba a venir a casa de todas formas. Dijo algo sobre discutir lo del disfraz de Hiyori.

            -¿Disfraz?

            -Creo que habrá algo para Halloween.- Lo que recordó a Yokozawa que Halloween, un evento que de alguna forma se había vuelto común en Japón, sería a finales de ese mes. Aunque era más bien usado para fines comerciales, había algunos sitios que hacía desfiles, y en algunos parques a menudo permitían a los visitantes llevar disfraces aquel día.

            -¿Y no estaría bien que tú también estuvieras en esa discusión?

            -Oye, el patrocinador no debería meterse donde no le llaman.

            -¿Ves? Dices ese tipo de cosas, pero en realidad simplemente no te gusta estar cerca cuando las chicas hablan.

            -Bueno, podría decirse así. Realmente no me gusta que me pidan mi opinión después de todo. Pero joder, esta lluvia no parece que vaya a parar…

            -No es como si pudiera evitarse; es un tifón. Probablemente nos tengamos que quedar aquí hasta mañana.- El reporte del tiempo que había visto antes decía que las cosas se estaban calmando tras la recalada en la región de Kantou (en la que estaban situados), y aunque se suponía que amanecería con cielos claros, se había aconsejado a los telespectadores que no salieran aquella noche.

            -Me pregunto si sería una mala idea ir a casa en coche…

            -Bueno, deberíamos esperar al menos un poco a ver cómo van las cosas.- No era como si no pudiera irse en seguida, pero la fuerte lluvia daba problemas de visibilidad, y las alcantarillas debían estar colapsadas también.

            -Creo que deberemos pasarnos toda la noche aquí entonces…

            -Y por ello es que no deberías haber venido.

            -…Bueno, estaba un poco preocupado por ti.

            -¿Eh?

            -Estás nervioso porque Yasuda se enterara de lo nuestro, ¿no es así?

            -¡!- Yokozawa se quedó en silencio al ver cómo Kirishima había dado justo en el blanco respecto a sus preocupaciones. Su conversación anterior había durado apenas tres minutos, lo que quería decir que Kirishima se había dado cuenta de que algo estaba mal en ese pequeño periodo de tiempo.

            Kirishima se sentó lentamente en una silla al lado de Yokozawa. -…Lo sabía. Pensé que era raro que te distrajeras hasta el punto de olvidarte de volver a casa.

            -Nadie ha dicho que me distrajera.

            -Bueno, pero lo hiciste, ¿no? De otra forma sería imposible que no te hubiera dado tiempo a acabar tu trabajo para volver a casa en un día como este.

            -…- Yokozawa no tenía nada que decir ante aquel razonamiento tan lógico. Sintió una frustración al entender que nunca sería capaz de actuar tranquilo delante de alguien como Kirishima.

            -Pero en serio, no tienes que preocuparte por él. Lo dijo porque se dio cuenta, eso es todo. Estoy seguro de que no tenía motivos ocultos ni nada por el estilo. Pero si te hace sentir mejor, puedo recordarle que no puede ir diciéndolo por ahí. Así que… piensa en ello como nada más que un comentario desafortunado.

            -…Verdaderamente deben ser cercanos.- Parecía confiar plenamente en Yasuda. Los compañeros de trabajo de la misma edad en la compañía solían comportarse como soldados del mismo escuadrón en el campo de batalla, así que Yokozawa entendía sus lazos… pero de alguna forma sentía que algo estaba mal al respecto.

            -… ¿Celoso?

            -No… ¡no he dicho nada de eso!

            -Aah, ya lo entiendo, sep. Estás celoso, entendido.

            -¡Te acabo de decir que no es eso!- Pero aunque lo negara, debía admitir que en una pequeña parte de su mente aquello no era del todo verdad. Aun así, no era su estilo simplemente aceptar la acusación.

            -Definitivamente deberías intentar ser un poco más honesto contigo mismo.

            -Cállate… Lo que realmente me estaba preocupando… era yo mismo.- Nunca llegarían a ningún lado en aquella conversación si seguían con el tira y afloja, así que Yokozawa tomó la iniciativa y decidió confesar lo que le había estado inquietando todo el día. No quería hacerlo, pues era algo molesto tener que ser el primero en ceder, pero era mejor eso que quedarse callado y tener a Kirishima calentándole la cabeza para que lo soltara.

            -… ¿De qué estás hablando?

            -No solo se trata de Yasuda. Hace poco Iokawa-san también se dio cuenta de que estábamos saliendo, ¿te acuerdas? Es solo que… me hizo preocuparme sobre si debo estar haciendo algo, o actuando de cierta manera… que hace que sea tan obvio.

            -Ah…- Kirishima puso una mueca, como si estuviera considerando la misma posibilidad.

            -Así que… ¿Qué crees que le hizo darse cuenta?

            -No estoy seguro… Nunca lo he entendido yo mismo para empezar, pero él puede llegar a ser bastante agudo a veces. No puedes ocultarle nada.

            -Entiendo…

            -Pero tomaré nota. De verdad siento que es algo en lo que debería trabajar. Intentaré ser más cuidadoso.

            -Te lo agradecería.- Aunque no había solucionado el problema del todo, era un gran avance que Kirishima dijera que iba a reflexionar sobre sus acciones. Había estado yendo demasiado lejos, así que Yokozawa sintió un gran alivio al escuchar que prestaría más atención a su alrededor de ahora en adelante.

            -Oh cierto, ten, traje comida.- En la bolsa que Kirishima había traído consigo había cuatro onigiris, con tamagoyaki y unas salchichas cortadas con forma de pulpo que tenían ojos muescado en una pequeña caja.

            -…No irás a decirme que esto lo has hecho

            -Dios, no. Ha sido Hiyo. Dijo que se sentía mal porque probablemente tendrías hambre. También hizo tamagoyaki.

            -¿Hiyo… hizo esto para mí?- Sintió una calidez en el pecho al pensar en la consideración que ella había tenido al hacer aquello para él. El pequeño tamaño de los onigiris sería debido a sus diminutas manos. Aun encerradas en un envoltorio  podía sentir que estaban todavía calientes.

            -Más te vale agradecerme a mí también. He venido hasta aquí a través de ese clima infernal para traerte algo de comer y recogerte.

            -…Lo estoy. Estoy agradecido. Gracias.- Estaba sorprendido, y comprendió entonces que ese revoltijo de emociones era lo que le había llevado a dar respuestas tan cortas.

            -De nada. Pero en serio, se ven realmente buenos. Dame uno.

            -¿No has comido todavía?

            -Sí, pero ver estos onigiris me ha hecho tener hambre otra vez.

            Le dio uno a Kirishima, quien lo terminó con una par de bocados rápidos. Eran tan pequeñas que los otros tres desaparecieron rápidamente. Atacaron el tamagoyaki y las salchichas a la vez, y en tan solo cinco minutos, habían terminado con todo. Aun así, había sido suficiente para paliar el apetito de Yokozawa por el momento.

            -Todo estaba buenísimo. Dile a Hiyori que me encantó la comida.

            -Díselo tú mismo. Vendrás mañana, ¿no? Ah, tienes un grano de arroz en tu…

            -¿Dónde?- Había estado famélico y prácticamente había devorado la comida.

            -A la derecha de tu boca….no, ahí no, a mi derecha. Ugh, olvídalo, ya lo quito yo.

            -¡Puedo hacerlo yo solo!- Pero en vez de quitarlo con su mano, Kirishima se acercó hasta él, tan cerca que podría haberle robado un beso, y antes de que Yokozawa pudiera echarse hacia atrás, posó sus labios suavemente en el lado derecho de su boca.

            -… ¿En serio tenía algo en mi cara?

            -¡Lo tenías! ¿Qué, tan poco fiable soy, Yokozawa?

            -.- Su pobre defensa no estaba ayudando realmente. ¿Por qué siempre tomaba una actitud tan frívola cuando trataban cosas importantes? Pero entonces, lo entendió.

            Yokozawa era del tipo que, si era seriamente seducido, sin oportunidad de hacer ninguna objeción o responder de forma sarcástica, acabaría encontrando la situación incómoda. Así que probablemente aquel había sido el objetivo de Kirishima después de todo. De todas formas, acabó estando a la defensiva.

            -Ya sabes, solo estaba pensando… que ahora sería una buena oportunidad para hacerlo, pero supongo que no querrás.

            -¿Hacer qué?

            -Sexo en la oficina.

            -¡Hazlo solo…!- Soltó un fuerte suspiro ante otro estúpido comentario de Kirishima.

            -Sería algo difícil hacerlo por mi cuenta. Vamos, no hay nadie cerca, y está lo bastante oscuro como para crear un buen ambiente. ¿Qué opinas?

            -Ni de broma. Además, ¿qué pasa si nos pillan las cámaras de seguridad?

            -Nah, no pasa nada. Solo graban las entradas y salidas. Así que mientras no retocemos en la entrada, no nos verán.

            -Bueno, no vamos a retozar de ninguna forma.

            -Oh, yo creo que sí.

            -No es algo de lo que jactarse.

            -Solo piénsalo… Somos las dos únicas personas en este edificio, en medio de la noche con un gran tifón. Nuestra conversación nos hace olvidarnos del tiempo, y poco a poco nos empezamos a acercar… ¡Sería un desperdicio si no pasara nada!

            Yokozawa intentó encontrar una respuesta para aquello. –Has estado leyendo demasiado manga.

            -¿Qué hay de malo en que un editor de manga lea demasiado manga?

            -No he dicho que haya nada malo en ello, ¡solo digo que no pienso tomar parte en esto!- Estaba bien que Kirishima fuera tan positivo, intentando sacar lo bueno de cualquier situación, pero podía obcecarse de tal manera que acababa agotando a cualquiera.

            -Al menos merezco una recompensa por venir hasta aquí en medio de una tormenta para traerte comida, ¿no crees?

            -¿Eh?- Yokozawa frunció el ceño ante aquella palabra inesperada.

            -Ya sabes, una recompensa. Pero está bien, lo haremos a tu manera… me conformaré con un beso en la mejilla.- Y con ello, expuso su mejilla, golpeándola insistentemente. Ante la mirada amarga de Yokozawa, Kirishima dejó caer sus hombros. –Aww, y aquí estoy, cobrando por tu rescate tras haber arriesgado mi vida y mi integridad física. Mi amante parece estar hecho de hielo. Qué no daría yo por que tan solo una vez pudiera recibir una dulce recompensa…

            -Deja de quejarte. Solo tengo que hacer eso, ¿no?- Y así, golpeó la alfombra para acercarse, con silla incluida, haciendo que Kirishima se sorprendiera ante el súbito movimiento.






            Yokozawa enredó sus dedos en el pelo de Kirishima y entonces atacó sus labios con un violento beso. Uno en la mejilla habría sido aún más embarazoso que uno normal, y de esa manera, se podía asegurar de que Kirishima no se quejara innecesariamente. -… ¿Satisfecho?- Masculló, liberando aquellos labios robados, pero no parecía que fuera a salir impune.

            -… Ni de lejos.

            -¿¡Ngh…!?- Dos manos llegaron para tomarle por la cabeza, volviendo a aquel apasionado beso, y después de que Kirishima ya estuviera sobre sus labios, deslizó su lengua en su interior, donde se movía como si tuviera vida propia. Buscó su propia lengua en su boca, y Yokozawa sintió congelarse, con su mente nublándose.

            -¡Hnn...nnm…!

            No solo su lengua, sino toda su boca se sentía arder, y un sonrojo recorrió su cuerpo desde la cabeza hasta los pies, haciéndole sentir como si estuviera afiebrado. En su vacilación sobre si protestar o no, Kirishima había tomado aquel primer avance de Yokozawa y se había decidido a seguir.

            Sus labios habían empezado a temblar de necesidad, pero sabía que si se dejaba llevar ahora, estaría definitivamente en las manos de Kirishima. Ir más lejos que aquello no sería una buena idea.

-Es… es suficiente…- Alejó a Kirishima y le cortó con la mirada, recibiendo a cambio la respuesta más juguetona con la más seria de las expresiones.

-…Sí, definitivamente tenemos que hacerlo. Sexo en la oficina.

-¡Ni de broma! ¡Idiota!- Su grito hizo eco por toda la oficina vacía. Estaba claro que ahora pasaría el resto de la noche intentando defenderse de Kirishima.








Continuará…


7 comentarios:

  1. jejejeje andale yokozawa!! cede tantito! jajaja creo que nisiquiera Isaka y Asahina han tenido esa oportunidad xD jajaja

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  2. Estoy confundida con la cronologia' esto es antes de noche de brujas?...
    Cada vez son mas envidiables!

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  3. Yo lo unico que pienso ultimamente es en que yokozawa le cuente ya a takano su relacion con kirishima, asi capas le de consejos y esas cosas, y a no ser tan evidente o algo asi.... :/

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  4. jajajaj y se cortó en la mejor parte xDD

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  5. esto simplemente es hermoso!!! *w*

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  6. Son las primeras veces de Yokosawa esto ya parece película xxx jajaja

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