Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 6
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Capítulo 11 -Parte 2
-¿Cómo
crees que se verá el producto final?
-Tendrás
que esperar para verlo~ Aunque dado que Yasuda asegura que se ha esforzado al
máximo, no te hará daño tener altas expectativas.
Yokozawa
dio un respingo ante el nombre que habían pronunciado los labios de Kirishima,
“Yasuda Gou”. Él era el productor de anime al cargo de la película de Za Kan. Yokozawa tan solo había hablado
con él en dos ocasiones, pero el hombre parecía actuar de acuerdo a su propio
ritmo, lo que había dejado a Yokozawa algo confuso sobre cómo tratarlo.
-Yasuda-san,
huh… Es un personaje extraño, tal y como los rumores lo describían.- La razón
por la que parecía estar en guardia ante la mera mención del nombre de aquel
hombre era probablemente porque Yasuda había sido capaz de averiguar la
naturaleza de la relación que mantenían él y Kirishima tan solo con verlos.
Aquellos ojos, escondidos tras unas gafas y enmarcados por largas pestañas, le
habían dejado la sensación de que podían ver a través de sus más profundos y
oscuros secretos.
-Sí,
podría decirse así. Definitivamente se encuentra bastante arriba en el ranking
de raritos de Marukawa. Pero a pesar de sus excentricidades definitivamente
tiene un gran talento.
-Ya
veo…- La expresión de Kirishima mostraba claramente cuanto respetaba y conocía
a Yasuda, pero mientras Yokozawa podía reconocer (incluso solo como un mero
espectador) cuan increíble era Yasuda basándose en su trabajo, todavía le
resultaba algo extraño que Kirishima se deshiciera en halagos con alguien.
Yasuda
era un hombre fantasma excéntrico (algo que Yokozawa había oído antes de llegar
a conocerlo) y todo lo que tocaba parecía convertirse en oro. Aunque por
supuesto, todos los trabajos que había realizado eran casi en su mayoría obras
que ya eran bastante famosas para empezar. Dado que ya tenían muchos seguidores
consagrados, los planes para proyectos futuros podían proceder con confianza.
Pero a Yasuda también le gustaba meterse en proyectos que no habían gozado de
una gran popularidad con anterioridad, y echando por tierra las dudas de otros
en la compañía, había llegado a convertir esos proyectos en obras de arte,
llevándolos a estar en el foco de atención.
El
presidente de la compañía por lo visto tenía una gran confianza en la habilidad
de Yasuda y parecía dejarle hacer lo que quisiera. Muchos de los rumores que
Yokozawa había oído a lo largo de los años le parecían algo exagerados, pero
ahora que lo había conocido cara a cara, todavía estaba sorprendido por su
buena apariencia.
Yasuda
era de la generación de Kirishima, lo que quería decir que se encontraría en
sus treinta, pero fácilmente podría haber pasado por alguien de veinte. Y por
otra parte, sus agradables facciones casi hacían parecer que hubiera sido hecho
así. Tenía pelo negro y sedoso y una piel pálida que parecía porcelana. Además
gozaba de un cuerpo delicado y un rostro agraciado que podría haber sido digno
de cualquier modelo. El hecho de que fuera prácticamente imposible deducir su
edad era algo que le recordaba a cierto editor de Emerald… Entonces, la primera vez que se encontraron, tras darse
cuenta de que Yokozawa y Kirishima tenían una relación, le había dicho que él
era bisexual.
Su
asombroso discurso y su conducta habían dejado a Yokozawa incapaz de hacer nada
más aparte de quedarse en shock, pero estaba seguro de que cualquiera habría actuado igual en su situación.
“Pero
es un auténtico fracaso como adulto, ya sabes. Es egoísta, ególatra y cabezota,
y siempre pasa de los horarios o de las fechas de entrega. No sabes la de veces
que he tenido que ir limpiando de atrás los desastres que iba dejando.- El tono
de Kirishima parecía realmente personal; probablemente estaba recordando en su
cabeza esas escapadas de las que hablaba. – Y sin embargo… aun siendo tan
irrazonable… lo sigo aguantando por alguna razón. Supongo que su extraña capacidad
para que otros lo aguanten es otro de
sus talentos. ¡No hay nada que hacer con tipos con suerte como él!
-Tú
también tienes un gran número de best-sellers.- Hasta donde Yokozawa sabía,
Kirishima también era “uno de esos pocos bendecidos”.
-Yo
solo tengo suerte. Simplemente me he topado con trabajos decentes. Los autores
son los que tienen realmente el talento.
-Tú
también tienes tus propias habilidades.- Simplemente estaba siendo demasiado
modesto. Daba igual cuan talentoso fuera el autor, el editor, aquel que era el
primer lector, era quien ponía la puntilla en su trabajo.
-Puede
ser. Me gusta pensar que he podido echarles una mano al menos.
-Haces
mucho más que solo “echar una mano”.
-Me
gusta hacer mis deberes por cualquier trabajo. Hago estudios de mercado,
algunos cálculos, pienso en qué tipo de historias están buscando los lectores
en estos días, qué tipo de personajes les gustaría, y entonces discuto mis
descubrimientos con el autor. Aunque por supuesto todo ello es solo una parte
de lo que significa ser editor.
Kirishima
definitivamente era alguien curioso. Siempre podías encontrarlo con un libro en
sus manos en su tiempo libre, y se preocupaba de ver los animes y dramas
populares cada vez que tenía tiempo. Si algo le llamaba la atención, se
preocupaba de ello en seguida y se encargaba de aplazar sus compromisos, lo que
le dificultaba hacer nuevas amistades. Cada vez que uno de los amigos de Hiyori
se dejaba caer por el apartamento para jugar, se dedicaba a interrogarlos
indirectamente para encontrar pistas sobre nuevas modas.
Así
era más o menos cómo se anticipaba al Gran Nuevo Evento. Aun cuando no era 100%
infalible en ese aspecto, siempre se las arreglaba para avanzar en la dirección
correcta. Incluso Yokozawa, con su experiencia en Ventas, podía comprender su
intuición.
Estar
al tanto del mercado era importante para un vendedor también. Tan solo ver los
números, podía predecir con cierto margen de error qué tipo de libros podrían
venderse bien en el futuro. Como novato, hubo un tiempo en que estuvo buscando
a tientas una pista sobre cómo iba el asunto, pero ahora sentía que realmente
entendía cómo iban las cosas. Podía sentir cuando un libro probablemente
vendería bien, aunque también podría ser tan solo producto de la experiencia.
-Los
genios, respecto a la gente común como nosotros, están fuera de nuestro
alcance. Aunque me alegra poder estar en servicio mientras tanto.
-Pero
es debido a que tienes una buena
intuición que eres capaz de llevar esos trabajos a buen puerto, ¿no lo ves?
-Más
que “intuición”, tan solo se trata de capacidad para poder ser objetivo
respecto a una situación en concreto. La intuición tiene sus usos, pero ser
demasiado confiado con tus habilidades también puede hacerte daño. Algo puede
ajustarte a tus gustos personales, pero si no interesa a los lectores en la
calle, no serviría de nada.
-Entiendo.
-Quiero
decir, por supuesto que me enorgullezco de mi trabajo, pero cuando veo lo brillante
que es Yasuda en lo suyo, admito que hay veces en las que me siento celoso. O
sea, tenemos la misma edad después de todo; eso realmente me molestaba cuando
era joven a pesar de que lo admiraba por ello. Pero joder, si los sueños se
cumplieran…
-Sí,
supongo…- Por un momento, Yokozawa sintió una punzada en el pecho, pero cuando
intentó averiguar el por qué, se vio distraído por la voz de Kirishima.
-Así
que estando así las cosas, por desgracia, a partir este fin de semana no vamos
a tener tiempo de abrazarnos ni de estar acaramelados por el momento.
-¿Eh? ¿De qué hablas? No es como si
pudiera evitarse, el trabajo es el trabajo.- Lo miró estúpidamente al ver cómo
los hombros de Kirishima caían mientras daba un suspiro. “Por el momento” sería
sin duda alguna un mes como mucho. No había necesidad de ser tan dramático al respecto.
-Awww,
vamos, ¿te mataría actuar aunque fuera un poco
decepcionado al menos? Por el amor de Dios, no puedo creer que me estés dando
el mismo discurso que Hiyo…
-¿Qué
te dijo ella?
-“Es
tú trabajo, así que no se puede hacer nada, ¿no?” Hoy incluso debió darse
cuenta de que estaba bastante ocupado y dijo que iría a casa de su abuela.
-Es
bastante madura.- No le costaba nada imaginar a Hiyori diciendo algo así. Puso
una sonrisa torcida. Quizá, debido a su vida, podía ser bastante madura en
ocasiones. Ella probablemente también lo habría castigado con una expresión
seria.
-Así
es. Gracias a ti se está convirtiendo en una maravillosa jovencita.
-Solo
porque la criaste bien.- Kirishima había hecho un trabajo espléndido como padre
soltero criando a su hija. Aunque dependía de sus padres para muchas cosas, la
razón por la que Hiyori se había convertido en una niña honesta y trabajadora
era sobre todo gracias al gran ejemplo que le daba su padre. A pesar de su
apretado horario, se las arreglaba para pasar el mayor tiempo posible con su
hija.
-¿Tú
crees…? Es lo que me gusta decir, pero la verdad es que mi madre ha tenido
mucho que ver. Nunca habría podido arreglármelas yo solo.
-Después
de todo es una chica.
-Últimamente
ella se preocupa bastante más por mí que yo por ella Y su naturaleza
habladora es cosa de mi madre también.
-A
ti tampoco se te da nada mal hablar.- Yokozawa a duras penas había logrado
alguna vez ganarle en una batalla verbal. Las objeciones que hacía al final se
volvían en su contra, y en medio de su confusión, terminaba siendo forzado a
aceptar lo que fuera que él le propusiera. La propia mentalidad de Hiyori era
herencia de su padre. Tenía momentos en los que era algo más relajada, pero al
fin y al cabo, ella era una niña astuta.
-¿Eso
piensas? Yo siempre he creído que era bastante normalillo.
-Eres
el único que piensa así, créeme.- Era
difícil saber si se hacía el tonto o realmente no se daba cuenta. Si el nivel
de conversación de Kirishima era lo normal, entonces el mundo debería ser un
sitio bastante más ruidoso. –Aun así, sin Hiyo es todo bastante silencioso, eh…
El
apartamento se sentía algo diferente sin Hiyo. Era extraño cómo su simple
ausencia hacía que aquel pareciera un hogar completamente distinto.
-Cierto…
Pero a veces algo de tiempo para estar a solas no es malo.
-…Sorata
está también aquí, sabes.- No podía simplemente agachar la cabeza para asentir,
así que disparó una nueva réplica para disimular su vergüenza.
-Sorata
se ha ido a la habitación de Hiyo a dormir. ¿No te parece mono? Sabe pillar las
indirectas.
-¡A
él simplemente le gusta su habitación! ¡Esto es todo!- Los gatos eran unos
animales delicados y veleidosos. Ellos no hacían las cosas solo porque pensaran
que los humanos querían. De hecho era más bien lo opuesto, ellos a menudo
ignoraban lo inconvenientes que podían resultar sus acciones.
Yokozawa,
sin embargo, deseaba que el gato estuviera por allí ahora mismo.
-Oye,
¿a dónde vas?
-Solo…
Pensé en, ya sabes, ir a lavarme los dientes…
-Te
los lavaste hace un momento. ¿No eres demasiado joven como para estar olvidando
cosas?
-…-
Había buscado cualquier excusa medio creíble para salir de la habitación y
había fallado. Antes de que pudiera pensar en cualquier otra razón Kirishima ya
se había acercado, reduciendo el espacio entre ellos.
-No
huyas.
-¡Estás
demasiado cerca!- La cara de Kirishima se había acercado tanto de repente que
dio un respingo. A esa distancia podía ver claramente el color de sus iris, un suave
marrón. Iguales que Hiyori.
-Nunca te acostumbrarás a esto, ¿cierto?
-A
mí solo… no me gustan los movimientos repentinos.
-Así
que me estás diciendo que si no hago cosas repentinas, ¿entonces no pasa nada?
¿De esa forma, qué te parece si la próxima vez te aviso con antelación?
Kirishima
se inclinó hacia él unos centímetros más, y Yokozawa por supuesto respondió
echándose hacia atrás.– ¡Te estoy diciendo que estás demasiado cerca!- Si seguía acercándose a él así acabaría cayéndose
al suelo.
-Pero
es que si no me acerco a ti no podré besarte.
-¿Y
qué tal si entonces simplemente no me
besas?
-Pero
quiero hacerlo. Aunque no me convence donde estamos.
-Oye,
¡no me subas la camiseta!- Se encontró siendo empujado hacia abajo en el sofá
mientras intentaba recolocarse su camiseta. Aquella prenda era una de las
varias que tenía en la casa de los Kirishima.
-¿Qué
pasa? No es como su hubiera algo de lo que avergonzarse, ¿cierto?
-¡No
me gusta cómo me miras!- Dio un ligero manotazo a Kirishima y tiró del
dobladillo de la camiseta hacia abajo. No era que se avergonzara de algo, al
fin y al cabo ambos eran hombres, pero cuando pensaba en las intenciones que
tendría Kirishima haciendo aquello simplemente no podía relajarse. Además,
aquel era un sitio donde Hiyori estaba normalmente, así que se oponía a la idea
de hacer cualquier cosa justo allí.
-¿Cómo
te miro?
-Solo,
pareciera como si tú…
-¿Qué?
¿Cómo si estuvieran recreándome en pensamientos
indecentes? Dios, eres un idiota. Si vamos a hacer cosas indecentes, entonces es normal que tenga que mirarte de esa manera. ¿Acaso eres un santo o qué?- Rio
Kirishima, lo que solo sirvió para aumentar la ira de Yokozawa. No había nada
que hacer respecto a las cosas a las que no estaba acostumbrado y a las que nunca acabaría acostumbrándose después
de todo.
-¡Cállate!
¡Que digas ese tipo de cosas es molesto, eso es todo!
-Tu
cara está roja como un tomate, sabes.
-Lo
que sea.- Cuando más hablaban, más profundo se hacía la propia tumba que estaba
cavándose. A pesar de sus intentos de no decir nada de lo que pudiera acabar
arrepintiéndose, tendía a ir por donde fuera que Kirishima lo llevara.
-Y
son expresiones como esa la que hacen que quiera aprovecharme de ti.
-Uwah-
¡n-no me hagas cosquillas!- Pero Kirishima lo estaba atacando por todos lados
con una enorme sonrisa en su rostro. Intentó pararlo de alguna manera, pero el
tipo seguía haciendo lo que le daba la gana.
-Vaya,
parece que tienes muchas cosquillas… Como aquí…
-¡Par-
He dicho que pares…!- A pesar de sus serias protestas, Kirishima parecía no
tener intención de ceder en sus ataques.
-Y…
¿aquí?
-¡…!-Sus
dedos se paseaban ligeramente por encima de su pecho, y él contuvo el aliento.
Kirishima entonces aprovechó la oportunidad.
-¡Te
tengo!
-¡Uwah!-
Sus hombros se vieron fuertemente empujados haciéndolo caer de espaldas sobre
el sofá, haciendo que el golpe de su cabeza fuera amortiguado al dar contra el
reposabrazos. No le dolió debido a los cojines, pero la sacudida del impacto
podría haberle dado un buen golpe en la nuca. -¡Eso ha sido peligroso, idiota!
-Me
he contenido. No te dolió, ¿verdad?
-¡No
te subas a la gente como si nada!- Kirishima se dejó caer sobre él, y él en
respuesta le dio un gran empujón en el hombre, despreciando su beso. No era que
Kirishima no quisiera besarlo en realidad, solo que no quería dejarse arrastrar
en ese momento.
-Sabes,
Yokozawa, tu mano está un poco en medio. ¿Podrías moverla?
-¿No
lo pillas? Estoy rechazándote.
-Estás
siendo horrorosamente cabezota hoy. Vamos, un poco no te matará, ¿cierto?
-¡Tu
“un poco” es muchísimo más que solo un poco! ¡Déjalo de una vez!- Intentar
apartarlo solo con su mano claramente no estaba funcionando, así que intentó
usar sus piernas también. Apoyó sus pies en el pecho de Kirishima y con un
empujón, finalmente logró moverlo.
-Oye,
eso de usar tus piernas no es justo.
-Cállate.
Eso es lo que piensas tú.- Si no recurría a esas tácticas, después de todo,
nunca sería capaz de competir contra Kirishima, así que era algo
inevitable. Parecía que ya era hora de
que el hombre enterara de que estaba muy equivocado si pensaba que podía
salirse con la suya cada que se encontraban en ese tipo de situaciones.
-Bueno,
lamento tener que informarte de que si pensabas que habías conseguido darle la
vuelta a las cosas… estás equivocado.
-¿Eh?
¡Uwah!
Kirishima
agarró su tobillo y dio un gran tirón, haciendo que la cabeza de Yokozawa
golpeara el reposabrazos una vez más.
-Oye,
tus uñas de los pies están bastante largas.
-Justo
estaba pensando en que debía cortármelas. En cualquier caso, ¡déjame!
-Está
bien, entonces yo las cortaré por ti.
Yokozawa
quedó paralizado ante la inesperada propuesta. -¡No pasa nada! ¡Puedo hacerlo
yo mismo!- Nunca se imaginó que las cosas pudieran acabar así. Kirishima tan
solo le sonrió, con aura envalentonada, como si acabara de tener la mejor idea del universo, en contraste
con la reacción de Yokozawa, quien parecía que acababa de entrar en pánico.
-¡Esto
me trae recuerdos! Solía cortar las uñas de Hiyori todo el tiempo.
-¡No
te emociones! ¡Oye!
Kirishima
sacó la caja de debajo de la mesa de café donde guardaba objetos pequeños y
trasteó hasta que encontró el cortaúñas, todo eso al mismo tiempo que mantenía
su control sobre el tobillo de Yokozawa. “Ahora ponte cómodo. ¿Y si mi mano
resbala?
-Oye,
no me asustes con esa mierda…- Las palabras de Kirishima eran claramente una
amenaza encubierta. Aun cuando la hoja no estaba expuesta, un cortaúñas seguía
siendo peligroso después de todo.
-No
te preocupes, confío en mí. – Se jactó lleno de confianza, pero Yokozawa no
acababa de relajarse.
-…Espera
un momento, no eres estúpidamente!?- Dejar a un tipo que no podía ni pelar una
manzana cortarle las uñas era como si estuviera buscando problemas.
-Ser
o no ser torpe no tiene nada que ver cuando se trata de cortar las uñas de otra
persona.
-¡Y
una mierda que no!- Había una gran diferencia entre cortas las suaves uñas de
un niña y las curtidas de un adulto. No sería para nada tan fácil como
Kirishima pensaba.
-¿Entonces
no confías en tu novio? Este es el tipo de cosa que puede traer problemas en
una relación…
-…Lo
que sea, haz lo que te da la gana.- No había forma en que consiguiera hacerlo
cambiar de opinión, y más bien en vez de haberse preparado para lo que venía,
en realidad solo sintió la necesidad de rendirse de una vez ante él. Lo peor
que podía pasar era que quedaran demasiado cortas.
En
cualquier caso, no era capaz de ver lo que pasaba, así que simplemente echó su
cabeza hacia atrás sobre el reposa brazos y volvió su mirada al techo.
-Buen
chico.
-…-Había
perdido la voluntad de luchar, así que simplemente se relajó derrotado. El
suave click…click… del sonido de cortar llegaba hasta sus oídos, pero teniendo
cuento en no estaba sintiendo dolor (por lo menos), supuso que las cosas no
estaban yendo del todo mal.
La
último vez que otra persona le había cortado las uñas había sido cuando era
niño. La preocupación y la vergüenza mezclados le estaban haciendo sentir
intranquilo.- Solo… date prisa y acaba ya.
-No
me metas prisa. ¿Hay algún largo en particular que prefieras?
-No.
Mientras que no molesten da igual.
No,
lo que le molestaba ahora era que a pesar del hecho de que estaba cortando las
uñas de Yokozawa, la manera en lo estaba tocando Kirishima era tan… indecente.
Solo estaba sujetando sus pies en posición, pero le resultaba tan embarazoso
que era casi insoportable. Además, no podía permitirse el lujo de mover su pie
sin pensar, quería evitar desesperadamente que Kirishima encontrara otro punto
débil en su cuerpo.
-Oye,
¿qué pie tienes? ¿Es más grande que él mío?
-Veintisiete.
-Entonces
te he ganado por medio centímetro.
-Tengo
un arco grande y una suela ancha.- Nunca había tenido problemas para encontrar
zapatillas de deporte, pero encontrar zapatos de cuero que se ajustaran a sus
pies a veces había resultado una auténtica odisea. Aun cuando le quedaban bien
de largo, a lo ancho le podían quedar apretados y viceversa.
-Entiendo…
Ahora que lo dices sí que se ven un poco más anchos que los míos.
-…No
me toques así.- Kirishima había pasado sus dedos gentilmente sobre su planta,
como si estuviera comprobando su grosor.
-Lo
siento, ¿te he hecho cosquillas?
-No
lo sientes.- Sus palabras podrían
haber sonado como una disculpa, pero tenía una amplia sonrisa en su rostro, el
cual había dejado en Yokozawa un mal presentimiento. –En cualquier caso, has
acabado ya, ¿no?- Al levantar su cabeza había podido ver que sus diez uñas
estaban ya listas, así que intentó librarse del agarre de Kirishima.
Pero
Kirishima permaneció firme. –De ninguna manera. Aun no las he limado.
-¿Eh?
No soy una chica. No hace falta que hagas eso.- No podía soportar seguir
atrapado en ese tipo de posición mucho más. Él no solía hacer esas cosas que
resultaban un fastidio, aunque sí que se cuidaba las uñas de las manos, (por
eso de que era un encargado de ventas) y nunca había estado realmente
preocupado por el estado de las uñas de sus pies.
-Si
las dejo así se te podría romper una uña con el calcetín.
-Eso
no me ha pasado ni una sola vez.-
Siempre las había dejado tal cual una vez las había cortado y nunca había
tenido ese problema. La gente que se preocupaba por sus uñas era libre de
hacerlo, pero él no tenía ninguna intención de limárselas.
-Pero
podría pasarte. Y además te he dicho
que ya lo hago yo, así que no seas tímido.
-No
estoy siendo tímido.
-Vamos.-Su
tono era gentil, pero aún mantenía su agarre firme alrededor del tobillo de
Yokozawa. A pesar de las protestas que llegaban, claramente no tenía ni la más
mínima intención de dejarlo ir, divirtiéndose a expensas de Yokozawa.
Comenzó
a limarle las uñas con la parte rugosa del reverso del cortaúñas. Yokozawa
simplemente lo miraba con recelo, con Kirishima mirándolo como si fuera a
empezar a tararear en cualquier momento. ¿A qué estaba jugando?
-¡…!-
Kirishima sopló sobre el pie de Yokozawa para retirar cualquier viruta que
hubiera podido quedar tras haber limado las uñas, y aunque el tener que
aguantar que sus uñas fueran limadas ya había sido bastante incómodo, la
sensación de su respiración sobre la sensible piel le provocaba una insoportable
picazón.
-¿Qué
pasa?
-Nada.-
Estaría acabado si Kirishima notaba que reaccionaba hasta a su toque más
mínimo, por lo que apretó los dientes en silencio e intentó aparentar
normalidad, aunque no le iba a servir de mucho.
-Oye…
¿acaso este es uno de tus puntos?
-Y
una mierda.
-¿En
serio, ahora?- Deslizó uno de sus dedos entre los dedos de los pies de
Yokozawa, rozando así la sensible piel y Yokozawa dio un respingo.
-Para,
¡no toques con tantas confianzas el cuerpo de alguien más!- Pero ya era
demasiado tarde.
-Parece
que he encontrado el punto débil de cierta persona~ Nunca hubiera pensado que
tendrías cosquillas aquí.- Kirishima rebosaba alegría ahora, mientras Yokozawa
apretaba los dientes en su derrota, dándose cuenta de que no podía refutar sus
palabras. Había olvidado por completo que tenía cosquillas en esa zona. Pero el
hacer cosquillas en los pies era un juego infantil que no se suponía que debían
jugar adultos.
-Intenta
algo gracioso y te patearé.
-Por
“gracioso” te refieres… ¿a algo así?- Se inclinó suavemente para presionar sus
labios suevamente sobre el hueso del tobillo, y Yokozawa inhaló suavemente, si
decía que sí, las cosas a partir de
entonces solo irían en aumento, pero aun si lo negaba, Kirishima, llegados a
ese punto, no se detendría de ninguna manera. Mientras buscaba una solución,
Kirishima dio un fuerte tirón de su pie, haciendo que su cabeza cayera de nuevo
sobre el reposabrazos.
-¿¡Qué
demonios haces!?
-Bueno,
si no actúo así no te comportarás como un buen chico y no podré molestarte,
¿cierto?- Kirishima tenía sus manos apoyadas a ambos lados de su cabeza,
bloqueando la luz del techo y dejando todo su campo de visión en la sombra.
-¿Qué
pasa con mis uñas?- El cortaúñas descansaba olvidado sobre la mesa de café y Yokozawa
contuvo sus ganas de quejarse más. ¿Quién había sido el que había inventado una
estúpida razón solo para tener excusa para acariciar sus pies?
-Eso
ya no importa ahora.
-¡No
decías lo mismo hace un momento!- Solo podía mirarlo boquiabierto ante el capricho
egoísta de Kirishima. Era imposible enfadarse dado lo descaradamente ridículo
que estaba comportándose el tipo.
-Estoy
teniendo en cuenta el ambiente.
-No,
¡simplemente te estás dejando llevar!
-Aww,
eres demasiado amable.
-Eso
no era un cumplido.- Estas ingeniosas
réplicas que tanto le gustaban a Kirishima eran totalmente agotadoras.
Kirishima probablemente estaba disfrutando de todo aquello, por lo que
realmente era una batalla perdida por parte de Yokozawa.
-Vamos,
justo ahora las cosas estaban poniéndose interesante… Muéstrame un poco de amor
¿vale?
-¿Qué
parte de todo esto te parece interesante…?-
Había sido derribado contra su voluntad, y ciertamente no parecía que las cosas
se estuvieran “poniendo interesantes”
para Yokozawa.
-Bueno,
en realidad no estás tan enfadado
como quieres hacerme creer, ¿verdad?
-Qué
se supone que…
-Ya
sabes que tu expresión asustada no funciona conmigo, no cuando tus mejillas se
sonrojan en un momento como este.
-¡!-
Ante el comentario de Kirishima, Yokozawa rápidamente se llevó una mano al
rostro para evitar que lo mirara, aunque en ese momento habrá sido capaz de
sacarle los ojos a Kirishima.
-¿Y
qué es lo que esperas exactamente escondiéndote así?
-¡…!-
Kirishima deslizó una mano por su pantalón hasta llegar a masajear su muslo
sugestivamente. Yokozawa apretó los dientes ante la sensación de estar siendo
tocado tan delicadamente y levantó su cabeza. -¿Te estás… divirtiendo tocando
mis piernas tan ásperas?
-Por
supuesto. ¿No se siente bien?
-Sin
comentarios.
-Esa
es siempre tu respuesta comodín cuando las cosas no se hacen a tu manera.
Aunque supongo que no me importa, ya que la interpreto como que te gusta.
-Ngh,
no… te creas tanto…
-Solo estamos tú y
yo. Esperaba que las cosas se volvieran calientes.- Le susurró con voz ronca
para luego presionar sus labios justo debajo de la oreja de Yokozawa, haciendo
que un escalofrío le recorriera la espina dorsal.
-…Al
menos deja que cambiemos de sitio. No quiero hacerlo aquí.- Dijo finalmente
dejándose llevar. Si no podía parar a Kirishima, al menos quería hacerlo en la
habitación. Allí Hiyori pasaba su día a día, y no quería hacer cierto tipo de cosas allí.
-¿Qué
pasa? ¿Es demasiado vergonzoso si no lo hacemos en una cama?
-Sí,
lo que sea.- La razón no era importante, o eso pensó al responder rápidamente a
la pregunta de Kirishima. Pero la expresión que Kirishima fijo en él mostraba
que no estaba satisfecho con su respuesta. -¿…Por qué pones esa cara?
-No
es divertido si no te pones todo delicado y avergonzado.
Yokozawa
lo miró estupefacto al ver que Kirishima podía admitir algo así con una cara
tan seria. –Tú…eres un verdadero grano en el culo, ¿lo sabías?- Cada vez que
mostraba su malestar, Kirishima siempre le decía que no fuera tan tímido, y sin
embargo ahora, cuando él estaba aceptando las cosas sin hacer demasiado
escándalo, ¿iba y le pedía que actuara avergonzado?
-Sí,
pienso lo mismo.
-¡No
digas eso con una cara tan seria!- Espetó Yokozawa mordazmente, y Kirishima
soltó una carcajada.
-¿Pero
no crees que en parte es culpa tuya también por dejarte llevar por un tipo tan
pesado como yo?
-¡No
intentes echarme la culpa a mí!
-Awww,
eres muy mono cuando te enfadas~
-¡!-
Se encontraba con un callejón sin salida cuando intentaba tratar con alguien
como Kirishima, siempre listo con una respuesta ingeniosa. Pero quizá era en
ocasiones como esa, cuando era incapaz de estallar con aquel hombre, ya que se
comportaba exactamente como Kirishima lo describía: demasiado permisivo con él.
Finalmente acabó dándose por vencido, exhausto.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-Nngh…
Parecía
que, no importaba cuanto luchara contra ello, las cosas siempre acababan
sucediendo de la forma en que quería Kirishima. Y tras tanto provocar y
persuadirlo, allí estaba él, a horcajadas sobre las caderas de Kirishima.
–Hnng…- Contuvo el aliento ante la creciente presión de algo siendo forzado al
interior de su cuerpo. Tal vez la razón por la que se hacía el duro, después de
tanto tiempo y tantos encuentros, era porque no era exactamente un acto natural
en primer lugar.
El
hecho de que estuvieran atravesando tal obstáculo en su esfuerzo para alcanzar
el placer físico, solo demostraba lo lujuriosos que eran los seres humanos.
-¡…!
-Cambiamos
de posiciones tal y como pediste, así que al menos déjame escuchar tu dulce
voz.
Kirishima
dio a sus tirantes muslos una palmada juguetona, y Yokozawa fijó su mirada
agotada en él. La forma en la que hablaba tal altanero y poderoso le molestaba horriblemente, y se esforzaba por
recordar algún momento en el que Kirishima se hubiera encontrado a sí mismo en
una posición en la que hubiera tenido el derecho de hacer peticiones.
-Soy
yo… el que… ha acabado cediendo.
-¿De
qué estás hablando? Me he puesto en peligro por ti. Bueno, lo que sea; supongo
que podemos dejarlo en una diferencia de opiniones.- Habló como si hubiera
concluido el asunto de forma unilateral.
-¿Por
qué… siempre actúas tan jodidamente
presumido…?
-No
puedo evitarlo. Es mi naturaleza.
-Eres
tan terco…
-Oye,
ya te has rendido, ¿no? Si no, no me dejarías follarte después de darte tantas
vueltas.
-¿Qué…?
-¿Así
que por qué no aparcamos la conversación por ahora?
-¿¡Eh!?-
Abrió su boca para ofrecer un insulto al irritante y lascivo Kirishima, cuando
un fuerte empuje arrancó un gemido de su garganta en su lugar. Se había
olvidado completamente de la posición en la que estaba. Por supuesto, podía ser
él quien estuviera mirando a Kirishima desde arriba, pero sin lugar a dudas era
Kirishima quien mantenía el control de la situación.
¿Cómo
demonios había acabado enamorándose de un tipo tan irritante?
A
la gente le gustaba hablar de “la debilidad del amor”, y a veces se preguntaba
si había tomado la decisión correcta, pero era demasiado tarde como para
arrepentirse.
-De
momento, vamos a centrarnos en lo que debemos.
-¡Ah-ah! ¡Nn…!- Kirishima empezó a embestirlo
desde abajo, y él perdió toda capacidad de habla al mismo tiempo que el placer
le recorría de arriba abajo su espina dorsal paralizando sus miembros. Estaba
sin aliento, exhausto, cuando Kirishima lo tomó de las caderas y comenzó a
levantarlo y bajarlo rápidamente. Aquel estímulo parecía sacar de él gemidos
que nunca hubiera creído que pudieran salir de su propia garganta.
-No
me aprietes tan fuerte.
-No
es… mi culpa…- Difícilmente podía esperar tener algún control sobre su cuerpo
en tal situación. Destellos de placer se disparaban por todo su ser con cada
fuerte embestida, y los sonidos filtrados por sus labios no podían formar
respuestas coherentes.
-Oye,
es tu cuerpo del que estamos
hablando.
-¡Nnh…aah…!-
Kirishima utilizó sus músculos abdominales que tan duramente había trabajado y
aumentó la intensidad de sus empujes hacia arriba, agarrando a Yokozawa por las
caderas para evitar que pudiera escaparse y se dedicaba a golpearlo sin
descanso.
Solo
podía aguantar la ola de golpes que le abrían cada vez más, la generosidad de
aplicar lubricante contribuía al chapoteo obsceno de sonidos resonando por toda
la habitación.
-Trata
de hacer algo de trabajo tú mismo. Seguramente aun no te das por vencido, ¿no?
-…Te
mataré.- Gruñó, fijando su vista en Kirishima de la misma forma en que él solía
incitar a Yokozawa. Sin demora se recompuso, olvidándose de su cuerpo exhausto
y golpeado por el placer, para comenzar su contrataque.
Continuará…
kyaaaaa!!
ResponderEliminarme encanta! es es mi favorita viva Yokozawa
muchisimas gracias por su trabajo!
Sigan asi que me muero por leer la continuacion
ResponderEliminarAmo a Yokozawa :3
ResponderEliminargraciassssssssssssss
ResponderEliminar¡¡me encanta está pareja!!, nunca pensé que las novelas de Yokozawa eran tan buenas, las he leido tantas veces que cada vez me gustan más.
ResponderEliminar¡¡Quiero también a un Kirishima!! :3 Es el personaje que más me ha gustado y el que me ha enamorado de Nakamura-sensei.
Exijo una animación o un CD Drama Y_Y
¡¡Muchas gracias por esta increible traducción!!
Espero que sigan con este proyecto tan increible y hermoso.
Graciaas de nuevo :3
Gracias por la traduccción <3<3!!,pero cada cuanto salen los caps nuevos de la novela?
ResponderEliminarMe pregunto lo mismo ¿Cuando salen caps nuevo? Es tan lindo todo.♥ Ay. Excelente traducción por cierto uvu
ResponderEliminargracias es muy hermoso :) pero siento un poco de compasión por Yoko ;_;
ResponderEliminarWow no veo la hora de leer la continuación!! Gran trabajo de traducción.los felicito!
ResponderEliminarSi quiero seguir leyengo cuanado sale el otro capitulo
ResponderEliminarcreo que deberian ampliar mas tu repertorio de novelas,hay muchas novelas yaoi que podriamos leer,quiero que todos puedan ser capaces de leer las novelas que hay
ResponderEliminarNo soy fan del spam ni nada de eso pero no tienes un cbox así que te quería decir que te he nominado en mi Blog si eso pásate a mirarlo http://villadelasluciernagas.blogspot.com.es/2016/08/liebter-awards.html#more
ResponderEliminarespero haya continuación pronto me encantaron las novelas gracias :)
ResponderEliminaraaaahh me encanta esta pareja y siempre quiero leer mas de ellos, ojala que saquen mas novelas, ya quiero noticias nuevas de esta pareja xD
ResponderEliminarGracias por las traducciones :)