lunes, 14 de abril de 2014

Yokozawa Takafumi no baai Cuento Corto 4

Publicado por KanaAmai en 17:12

Tipo de texto: Retraducción de cuento corto
Clasificación: +13
Título: Yokozawa Takafumi no baai Cuento Corto N° 4
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Retraducción: DrL 








Cuento Corto N° 4




     -Muchas gracias por todo, Saegusa-san. Espero tengamos una gran relación laboral en nuestros emprendimientos futuros.
     -No por favor, ¡yo espero lo mismo! ¡¡Muchas gracias por ayudar a asegurar que esta feria salga bien!!
     Ante la reverencia formal de Yokozawa, Saegusa de Animate se inclinó aún más. Ese día Yokozawa se había dado una vuelta por la recientemente abierta nueva sucursal de Animate en Ikebukuro para echar un vistazo, y fue Saegusa quien le mostró donde se ubicaban los estantes dedicados a Marukawa Shoten. Parecía que incluso había un lugar especial a un lado para realizar eventos y no cabía la menor duda de que pronto rebosaría de clientes.
     Dado que buena parte de la mercadería aún debía colocarse en los estantes, la tienda daba una sensación de vacío, pero tan pronto como los libros y demás productos fueran todos colocados en su lugar de seguro sería un lugar muy animado. 
     -Bien entonces, tan pronto como hayamos arreglado los detalles, me aseguraré de ponerme en contacto con usted nuevamente.
     -¡Por supuesto! ¡Lo esperaré con ansias!
     Agradeciendo nuevamente a Saegusa, quien le mostrara una amigable sonrisa, Yokozawa volvió la vista hacía el exterior, fuera del edificio, solo para notar que todos los transeúntes corrían desesperadamente y se apresuraban a abrir sus paraguas.
     -Ah, oh, ¡parece que se largó un chaparrón! Pero el pronóstico del tiempo dijo que no se suponía que empezara a llover sino hasta tarde esta noche... ¿Trajo un paraguas, Yokozawa-san?
     -Aún no está tan mal, estoy seguro de que podré llegar a la estación sin problemas siempre y cuando me apresure.
     -¿Está seguro? 
     Aunque la oficina tenía paraguas de sobra por todos lados para que los empleados las usaran a su conveniencia, Yokozawa había asumido arrogantemente que podría regresar a casa antes de que comenzara a llover, de modo que su paraguas aún estaba esperando en su escritorio del trabajo.
     Él no tenía exactamente muchos buenos recuerdos asociados a días lluviosos. Odiaba la atmósfera sombría y carecía de sensibilidad para apreciar el elegante sonido que la lluvia produce al caer.
     -Si parece que está empeorando, sencillamente compraré un paraguas barato en algún almacén en el camino. 
     Siempre y cuando los documentos de su portafolios no se empaparan todo estaría bien.  Siempre contaba con la opción de encontrar algún lugar para resguardarse hasta que el tiempo haya mejorado, pero él tenía planes luego de esto y no podía entretenerse por mucho tiempo.
     Justo cuando metió su bolso bajo el brazo e hizo por salir de la tienda, un hombre llamado Tezuka, a cargo de la mercadería en Animate, apareció; tal vez se encontraba allí para evaluar como marchaban las cosas en la nueva tienda antes de que ésta abriera sus puertas.
     -¿Ah? ¿Yokozawa-san?
     -Tezuka-san... 
     Yokozawa estuvo trabajando con este hombre desde los tiempos en que fue asignado a las ventas de comics.
     -¿Ya se va a casa? Lo siento tanto, ¡si hubiera sabido que usted estaba aquí, hubiera venido antes!
     -Oh no, por favor, no se preocupe por mí. Estaba a punto de salir pero justo se largó la lluvia y estaba tratando de pensar como lidiar con ella. 
     -¿Usted... no tiene un paraguas?
     -Parece que subestimé el tiempo. ¡Sin embargo, supongo que no tiene remedio!
     No obstante, ante la explicación de Yokozawa sobre la situación, Tezuka extendió el paraguas plegable que acababa de cerrar: -Entonces, por favor, tome este. Sin embargo, yo acabo de usarlo, así que me disculpo de que ya esté mojado. 
     -Gracias, pero estoy seguro de que estaré bien incluso sin un paraguas. La estación no está tan lejos.
     -¿Qué está diciendo? ¡No puedo permitir que pesque un resfriado, Yokozawa-san! Además, está empeorando allá afuera.
     En efecto, aunque antes solo había estado lloviznando, la lluvia ahora se había convertido en un chaparrón con todas las de la ley. Aunque no era precisamente una tormenta, el tiempo recordaba la temporada de lluvias de verano.
     -Pero, si yo me llevo su paraguas, no tendrá uno para usted. ¿Qué hará cuando se marche?
     -Estoy seguro de que la lluvia habrá parado para cuando yo esté listo para regresar a casa, así que estaré bien. Y aún si no ha parado, yo simplemente tomaré prestado el de Saegusa.
      Ante la declaración de Tezuka, Saeguza replicó en pánico: -¡¿Ah?! Pero entonces, ¿qué se supone que haga yo?
     -Tú puedes hacer que tu novia venga y te pase a buscar.
     -Espere, hey, ¡no sugiera cosas como esas, por favor!
     -¡Así que ahí lo tiene! Siéntase libre de usar mi paraguas entonces.
     -Bueno... entonces supongo que aceptaré su oferta. Me aseguraré de devolverla la próxima vez que venga aquí. 
     Luego de un poco de vacilación, Yokozawa decidió aceptar el paraguas con agradecimiento. Después de todo, la lluvia no parecía amainar y ser demasiado testarudo al rehusarse a aceptar la oferta sería, en sí mismo, de mala educación.
     Agradeciéndoles por su amabilidad, prometió una vez más devolver el paraguas más adelante y dejó la nueva sucursal de Animate en Ikebukuro, dirigiéndose a un restaurante de comida rápida cercano a la salida oeste de la estación de Ikebukuro.
     Esa noche, se suponía que se encontraría con Kirishima e irían a por unos tragos juntos, aparentemente a un bar que se especializaba en servir cerveza alemana, donde al parecer Kirishima fue confundido en alguna ocasión con un conocido del trabajo y se dio con una cuenta deliciosa.
     En principio, Kirishima había ofrecido ir a su encuentro en Animate, pero Yokozawa rechazó la oferta de cuajo; hubiera sido una pesadilla que se burlaran de él frente a socios de trabajo. Ya era suficientemente malo ser objeto del ridículo entre los compañeros de trabajo en la oficina, pero en la mente de Yokozawa no cabía duda que cualquiera que no conociera de antemano su relación de trabajo encontraría su comportamiento altamente sospechoso.
     Siguiendo a la multitud, se abrió camino en la estación y echó un vistazo al restaurante de comida rápida en el cual se suponía que se encontrarían, encontrando a Kirishima ya sentado en la barra al lado de la ventana tomando un café. Las transeúntes femeninas periódicamente lanzaban miradas curiosas en su dirección, pero el hombre no parecía notarlo en lo más mínimo.
     -¿Estuviste esperando por mucho tiempo?
     -No realmente. Terminaré esto, espérame un minuto.
     -No te apresures; te estaré esperando aquí afuera. 
     Dudando en sacar una silla sin comprar nada, Yokozawa salió afuera otra vez. Como se esperaba, la lluvia no mostraba signos de detenerse, así que había sido una buena idea aceptar el paraguas.
     Yokozawa había investigado un poco sobre el bar al que irían antes de dejar el trabajo, solo para enterarse de que estaba a una caminata bastante larga desde la estación más cercana. Si el cielo hubiera estado despejado, esto no hubiera sido tanto trastorno, pero con esta lluvia en su apogeo, de seguro se sentiría como toda una excursión.
     -Lamento la espe... ah, maldición. ¿Trajiste un paraguas? -en el mismo momento en que salió del restaurante, Kirishima puso cara larga; o para ser más precisos, en el momento en que Yokozawa estaba abriendo su paraguas.
     -Oh, ¿esto? Tezuka-san de Animate me lo prestó.
     Ante la respuesta de Yokozawa, Kirishima comenzó a lloriquear: -¿Por qué tuviste que ir a tomar uno prestado? Rayos, a veces tú puedes ser tan denso.
     -¿..? No entiendo una palabra de lo que dices.
     Resultaba desconcertante que Kirishima lo atacara por algo como tomar prestado un paraguas.
     Ante la confusión de Yokozawa, Kirishima aclaró de mala gana: -¡Yo me tomé el trabajo de comprar este enorme paraguas solo para que podamos acurrucarnos juntos!
     -¿Tú qué?
     -Tienes que aprovechar estas oportunidades como los errores del pronóstico del tiempo siempre que puedas, ¿cierto? De esta manera, todos los que estén a nuestro alrededor solo asumirán que nos pescó la lluvia repentina y solo teníamos un paraguas para los dos.
     Yokozawa se quedó boquiabierto, perplejo ante el intento de Kirishima de explicar su lógica. El sujeto era libre de justificar las cosas como mejor le pareciera, pero Yokozawa realmente hubiera apreciado que dejara de tratar estas nociones disparatadas como suposiciones perfectamente razonables. Luego de un largo suspiro, decidió dejar en claro sus propios sentimientos, solo por si acaso: -Solo como aviso: no tengo la más mínima intención de compartir un paraguas contigo.
     Ya era bastante vergonzoso simplemente decir las palabras "compartir un paraguas", así que no había ninguna condenada forma de que él fuera de hecho a hacer eso. Por mucho que entendiera la intención de Kirishima, aceptar seguir adelante con ello era otro asunto completamente diferente.
     -Vamos, ¿qué daño hará? ¿Solo un ratito?
     -Claro. Que. No. 
     -No eres nada divertido.
     -Pues yo sí que me estoy divirtiendo un montón diciéndote que no.
     -No es nada para avergonzarse, ¡vamos!
     -... A veces me pregunto que tienes dentro de esa cabeza tuya. 
     Era lisa y llanamente frustrante como a veces parecía que ellos no entendían que estaba diciendo el otro. A veces él asumía que Kirishima estaba bromeando cuando en realidad él estaba hablando en serio, y en otras ocasiones, Yokozawa se enfurecía con él por decir algo que eventualmente resultaría que solo lo había dicho en broma. Aun al día de hoy, resultaba difícil diferenciar ambas.
     -Nada mas que pensamientos sobre ti, por supuesto.
     -Vale, vale, suficiente con el coqueteo; pongámonos en marcha. No hiciste reservaciones, ¿cierto?
     Esquivando la indirecta con tacto, Yokozawa salió solo al encuentro de la lluvia nuevamente. Afortunadamente, el chaparrón había amainado un poco desde hacía un rato.
     -Oye, espérame, ¡maldición! ¿Estás tratando de dejarme atrás? ¡Yokozawa!
     Yokozawa hizo una pausa para darse vuelta y lanzar una fría mirada por sobre su hombro antes de volver a mirar hacia adelante: -Si no quieres que te dejen atrás, entonces más vale que te apresures y vengas conmigo.
     Pero parecía que su cara de poker no iba a durar mucho más que eso, y rogando que sus ardientes mejillas se enfriaran antes de que Kirishima lo alcanzara, Yokozawa apuró el paso para ganar tanto tiempo como le fuera posible.

Fin
      

2 comentarios:

  1. me gusta lo cariñoso que es kirishima con yokozawa
    es super way
    kirishima es super mono

    ResponderEliminar
  2. Kirishima es un sueño, y yokozawa un ¡ ya me desperté ! Aún así me encantan. Gracias.

    ResponderEliminar

 

AmaiChudoku Novelas Copyright © 2011 Design by Ipietoon Blogger Template | web hosting