lunes, 14 de abril de 2014

Yokozawa Takafumi no baai Vol. 4 Capítulo 7 parte 5

Publicado por KanaAmai en 13:46

Tipo de texto: Retraducción de novela
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 4
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Retraducción: Haruna









Continuación del Capítulo 7






Yokozawa no podía evitar ser incapaz de relajarse mientras caminaba por la conocida calle (una por la que usualmente solía pasar llevando regalos para Hiyori) con las manos vacías. Así llegó a su destino sin apenas darse cuenta. Había enviado un mensaje preguntándole a Kirishima si necesitaba que llevara algo, pero todo lo que había recibido como respuesta había sido un breve “No, solo date prisa y trae tu trasero a casa de una vez”.

Habiendo tecleado el código de acceso que tenía, abrió el bloqueo automático en la entrada y se dirigió a los ascensores. “Me pregunto qué intentará hacer para cenar entonces…”, pensaba para sí, dándose cuenta en ese momento de que realmente estaba hambriento. Había estado tan preocupado por el hecho de estar a solas con él esa noche que la simple idea de comer no se le había pasado por la cabeza. Dado que le había dicho que no tenía por qué llevar nada… ¿sería posible  que Kirishima ya tuviera algo planeado?

Pulsó el botón del intercomunicador, porque aún no se atrevía a usar la llave que le habían confiado, y fue inmediatamente recibido por el sonido del pestillo siendo desbloqueado a la vez que la puerta se abría desde el interior.
-Bienvenido a casa.
-…Ya he vuelto.- Todavía encontraba algo vergonzoso decir ese tipo de cosas después de tanto tiempo. ¿Por qué no tenía problema si era Hiyori quien le saludaba y sin embargo, no podía evitar sentirse incómodo cuando se trataba Kirishima?
-Así que qué quieres: ¿cenar?, ¿un baño?, o quizá… ¿a mí?
Todas las preocupaciones o nervios que habían estado acosando a Yokozawa sobre esa noche… de repente se desvanecieron completamente por ese cursi comentario hecho a propósito.
-… ¿Qué? Por Dios, di algo, ¿qué prefieres?
-… Bueno, estoy algo hambriento, así que supongo que la cena.- Después de todo, si hubiera reaccionado escandalizándose solo habría conseguido alentar aún más a Kirishima en esa actitud. Siempre había sabido que él salía con ese tipo de comentarios en un esfuerzo por sacarlo de quicio, o quizá simplemente solo tenía una increíble habilidad para hacer chistes sin gracia.
-Seh, está bien, tú obviamente querías decir que me querías a mí, ¿cierto?
-¿Eh?- Ante esto, Kirishima simplemente cerró la puerta de la entrada detrás de Yokozawa para luego darle un ligero empujón en la espalda antes si quiera de que pudiera descalzarse.
-Venga, entra de una vez.
-¡Oye! ¿Qué estás haciendo? – Intentó quitarse los zapatos sabiendo que no debía llevarlos dentro de la casa, pero su bolsa y su chaqueta ya habían desaparecido  mientras que él mismo era empujado hacia la habitación de Kirishima.- ¡Qué tipo de estúpida broma es …!-
-¿Quién está de broma?
-¡Uwah--!- Tras esa respuesta indiferente, una mano se acercó y le dio un ligero empujón a Yokozawa en su pecho, haciéndole perder el equilibrio y caer de espaldas sobre la cama. Antes de que pudiera darse cuenta, Kirishima se deslizó por el colchón sobre el cuerpo de Yokozawa quedando a horcajadas sobre él, ganándolo finalmente. –Es-espera. Solo espera un momento.-
Sabía que el tipo había estado teniendo pensamientos extraños desde el día anterior, pero no había esperado seriamente conseguir que Yokozawa estuviera de espaladas en su cama a los dos minutos de haber entrado a su casa.
-Solo ríndete. ¿Podrías? No me vas a decir que no lo veías venir ¿cierto?- Rápidamente procedió a aflojar el nudo de su corbata y a desabrochar los botones de su camisa. A Yokozawa le desconcertaba el hecho de que el tipo fuera incapaz de pelar una manzana y que después demostrada una increíble habilidad en cosas como aquella.
-¡Te dije que tenía hambre!
-Sí, y yo estoy hambriento de ti. Así que sin más preámbulos…
-Oww, ¡no me muerdas!, ¡joder!- Espetó mientras que Kirishima rozaba con sus dientes su cuello desnudo haciéndolo tensarse, pero Kirishima se rio alegremente en respuesta.
-Dices que esto no te gusta, lo cual ambos sabemos que es una mentira de mierda. Además, un poco de dolor puede hacer que uno se encienda, ¿no crees?
-Creo que ya es suficiente de decir ese tipo de cosas.- Estaría mucho mejor si Kirishima dejara de hacerlo ver como alguna clase de pervertido enfermo.
-Oye, no me mires a mí. No me importa admitir que me gusta cuando tú me lo haces.
-¡¿Cuando mierdas te he mordido yo a ti!?
-Nunca me has mordido, pero he podido sentir tus uñas. No te puedes creer el trabajo que me supone ocultar a Hiyo las marcas que me dejas.
-Eso… yo nunca pretendí…- No era como si hubiera estado intentando arañar a Kirishima deliberadamente. Solo era que, ante una sensación tan abrumadora, no había podido evitar clavar sus uñas en la espalda de Kirishima. Esos arañazos eran el producto de tan increíble placer.
-Entonces no me importa hacerlo también. Es solo que cuando te tengo aquí, en mis brazos, no puedo contenerme.
-¡Nn…hng…!- El consiguiente beso se convirtió en un agresivo mordisco, con su lengua colándose entre sus dientes y barriendo toda su boca. El ceño de Yokozawa se frunció al sentir sus lenguas deslizarse juntas. La parálisis que congeló su mente se extendió por su columna vertebral mientras que los dedos de Kirishima seguían con su camino descendiente por su cuerpo.
Acariciando la cadera de Yokozawa, sus dedos se deslizaron por sus piernas hasta colarse en el medio, tocando la cara interna de sus muslos y sacándole un leve espasmo a su cuerpo. –Al menos… déjame cambiarme…- A ese paso sus pantalones iban a arrugarse, y además tampoco quería dejarse llevar de esa manera tan fácilmente. No ponía objeciones al acto en sí, pero lo que no soportaba era que se burlara tanto de él.
Pero Kirishima no iba a complacerlo.-De ninguna manera. Quitarte ese traje es parte de la diversión.
-¿Qué…?…- Antes de que se hubiera dado cuenta, todos los botones de su camina habían sido desabotonados y Kirishima estaba desabrochándole el cinturón, yendo directamente a la cremallera. Con una mano intentando valientemente evitar que su ropa interior desapareciera junto a sus pantalones, Yokozawa fijó su mirada en Kirishima. -¿Por qué mierda soy el único que está siendo desnudado aquí?
-¿Tantas ganas tienes de verme desnudo? Pervertido~
-Solo cállate y quítate la ropa.- Ruborizándose o poniéndose nervioso solo haría que Kirishima se riera aún más de él, así que Yokozawa hizo un gran esfuerzo para mantener la calma.
-Así está bien, ¿te parece?- Kirishima se quitó la camiseta que había tenido puesta todo el tiempo y la arrojó sin ningún cuidado para después tirar de los pantalones y de la ropa interior de Yokozawa con su mano libre en un solo movimiento. Al verse de repente desnudo y al descubierto sin previo aviso, Yokozawa dejó escapar un gruñido.
- Vamos, eres un hombre joven, intenta mostrar un poco más de entusiasmo.
-¡¿Dónde estás tocando así de repente?!- Kirishima había envuelto sus dedos alrededor del aún flácido miembro de Yokozawa, y él tragó saliva. No dándole tiempo si quiera a que considerara protestar, Kirishima rápidamente empezó a masturbarlo, enviando olas de calor al centro de Yokozawa.
-Ahí lo tienes, ése es el espíritu.
-Nngh…hn…- La habilidad manual de Kirishima no tuvo problema en excitar a Yokozawa. Hubiera querido, al menos en cierto grado, decirle al tipo que parara, pero sabía que si en algún momento abría la boca, en lugar de decirle aquello soltaría algún sonido embarazoso. Así que solo apretó los dientes y se centró en aguantar las sensaciones que brotaban entre sus caderas, cuando Kirshima, sin avisar, bajó y-
-¡!
Las caderas de Yokozawa saltaron cuando la lengua de Kirishima tocó su punta, su mano aún le masturbaba febrilmente la base mientras que lo lamía de arriba abajo.
-No tienes… que hacer… es…ngh…
-Pero quiero hacerlo. ¿Cuántas veces tengo que recordártelo?
-¡Det…e…hnn!- Kirishima rodó impaciente su lengua por la parte que le cabía en la boca, tocando las bolas de Yokozawa con su mano libre y rozando con su lengua su hendidura de vez en cuando, haciendo que las caderas de Yokozawa temblaran y dieran algún pequeño salto cada vez que lo hacía.
-El calor y la acogedora humedad envuelta a su alrededor le hacían sentir que sus caderas podrían derretirse en cualquier momento, y fue introducido casi dolorosamente en el abrazo de la boca de Kirishima- Par…déjalo… Voy a…
Su cabeza era un absoluto desorden de vergüenza y placer. Enredó sus dedos en el pelo de Kirishima para intentar alejarlo de él, pero no pudo reunir fuerzas para hacerlo, y las caricias que Kirishima le dedicaba hacían que su pasión solo creciera aún más. Reacio a soltar cualquier tipo de sonido vergonzoso, apretó los dientes con todas sus fuerzas, pero sin embargo, sonidos que no podía creer que existieran en él, salieron por su garganta.
-¡Hnn…ahn…!
 -Vamos, solo vente ya.- Tras decir esto, tomó a Yokozawa aún más profundo en su boca e inhaló fuertemente.
-¡……….Ahn…ngh!- La visión de Yokozawa se volvió borrosa, e incapaz de reprimirse, llegó al clímax mientras su cuerpo entero se estremecía. Era reacio a la felación en gran parte porque Kirishima se bebía su liberación con una expresión totalmente relajada, y a pesar de que Yokozawa le había pedido que no hiciera aquello, él nunca le había hecho el mínimo caso.
Levantando la mirada, pasó un dedo por sus finos labios para quitar una mancha, dejando un gesto tan obsceno que hizo que Yokozawa tuviera que apartar la mirada.
-¿Cuándo conseguiré que te acostumbres a esto, uh?- Lo molestó Kirishima con una risita.
-Cállate.- Respondió. Aunque no había recibido demasiados mordiscos, su cuerpo estaba débil por el reciente orgasmo, lo que le robaba las fuerzas tanto como el resplandor de Kirishima. Se permitió a sí mismo un momento para recuperar el aliento tendiéndose sobre su espalda. Claro error.
Sin avisar una vez más, Kirishima le quitó finalmente los pantalones y la ropa interior que se encontraban enredados aún en sus tobillos, e incluso le sacó los calcetines en el proceso con movimientos rápidos y precisos. De forma que Yokozawa apenas tuvo un par de segundos para darse cuenta de lo que pasaba. – Oye, ¡espera un momento!
            -¿Acaso solo sabes decir eso? ¿Por qué no cambias un poco tu repertorio?
            -Esp- Pero sus palabras fueron cortadas en cuanto sintió sus dedos embadurnados de lubricante abrirse paso entre sus piernas. Solo pudo dejarse llevar totalmente por aquella sensación. Mientras intentaba prepararse mentalmente para lo que venía a continuación, los dedos seguían empujando dentro de él.
            -Eso h-ngh…
            -No duele, no con esa cantidad de lubricante. ¿O acaso esa es tu forma de rogarme que sea más gentil contigo?
            -Joder, no.- Lanzó una mirada a Kirishima, quien le sonrió hacia abajo con el bote de lubricante en la mano, pero no duró demasiado ese gesto. Tal y como Kirishima había dicho, no dolía, pero nunca dejaría de sentirse extraño. Hacía muecas por el movimiento de tijeras que realizaban los dedos dentro de él, sintiéndose como si estuviera en la silla del dentista esperando. –Hngh…
            Los dedos se frotaban contra él desde el interior mientras que Kirishima seguía abriéndolo, preparando un lugar que no estaba hecho para aceptar aquel tipo de intrusión. Luchó contra los suspiros que intentaban salir por esos dedos que entraban y salían, y cuando inconscientemente apretó sus dientes, se contrajo alrededor de ellos.
            Kirishima llevó su rostro cerca del de Yokozawa para susurrarle suavemente unas palabras con su débil respiración. – Todo está bien, solo relájate.
            -Nn…- Hizo un gran esfuerzo por distraerse de esos dedos que le penetraban, pero simplemente era imposible. –Mm… estoy bien, solo…sigue…- Actuar así era solo una forma de cubrir su malestar. Prefería mil veces que le tomara con rudeza antes que ser consentido de esa manera. Al menos de esa forma podría perder la razón y dejar de ser consciente de todo aquello.
            Kirishima deslizó sus dedos libres y apretó las abiertas piernas de Yokozawa, movió sus caderas empujándolo por la parte de atrás de sus rodillas, presionando hacia adelante y hacia abajo, de forma que lo dejó doblado casi por la mitad. –Ow, Joder, ¡no se van a abrir más!
            -Sabes,  lo he pensado antes, pero, tú eres realmente poco flexible.
-Cállate... No es momento de sacar eso ahora.
-Siempre puedes simplemente decir “te quiero ahora” cuando intentes halagarme.
-¿Qué…? ¿Quién mierda iría a….- Pero no tuvo la oportunidad de terminar su refutación. Se quedó sin aire en los pulmones cuando Kirishima presionó la punta de su miembro, cubierto por un fino preservativo, dentro de él, hundiéndose más y más en su interior.
-¡Nnaag…ngh!- Kirishima apoyó sus manos en las caderas de Yokozawa, elevándolas todo lo que podía.
No importaba cuantas veces hubiera pasado por aquello, la sensación de algo firme presionando su entrada en su cuerpo nunca dejaría de sentirse extraña, y sabiendo que aquello después daría lugar al placer, hacía que el cuerpo humano le pareciera algo fascinante.
No le disgustaba compartir esa experiencia con Kirishima en lo más mínimo, pero no podía evitar ese resquicio de resistencia que brotaba en él cada vez que se veía presionado hacia abajo, con las piernas abiertas. Quizá simplemente encontraba la situación incómoda debido a esa posición de indefensión completamente humillante. Solo lo permitía porque se trataba de Kirishima. No estaba abajo porque quisiera. No, él no quería ser sometido de esa manera, simplemente era que no podía encontrar ninguna razón para negarse a Kirishima cuando este lo buscaba con tantas ansias.
O a lo mejor pensar en ese tipo de excusas en medio de tal acto era la única forma que encontraba para evitar enfrentar la realidad. Luchaba para no perderse en la tentación de dejarse morir de vergüenza cuando fue asaltado por el placer. ¿Cuánto tiempo le tomaría antes de ser capaz de aceptar aquello como algo normal?
-Hngh…
-Abre tus ojos. Mírame.
-No… me digas lo que… tengo que hacer.
-Mírame, Takafumi.
-Cá…llate…- Se esforzó por levantar sus párpados. Tomando una bocanada de aire pudo centrar su vista en Kirishima, y este le devolvió la mirada. En ese instante no habría podido apartar su sus ojos de él aún si hubiera querido.









-Ahí estás…
-No tienes porqué… sonar tan jodidamente…creído ¡ahngh!- Su columna vertebral se torció de una forma realmente increíble en lo que sus dedos agarraban con fuerza las sábanas de la cama. Los golpes se volvieron más y más frenéticos ahora, callando toda protesta y dejando a Yokozawa la sensación de que acababa de ser arrastrado por una tormenta.
Las embestidas empezaron a empujarlo más hacia la cama, pero las manos sujetas en sus caderas le atraían hacia Kirishima buscando una penetración cada vez más profunda, y con cada nueva estocada, se encontraba a sí mismo estrechándose más contra él.
-Aah, ¡ah!- Su voz se quebró al tiempo que su respiración se hacía entrecortada. No había pasado mucho tiempo cuando, volviendo en sí, quiso poder olvidarse de algunas cosas que había hecho nublado por el placer. Por desgracia, la realidad era que podía recordar perfectamente todos y cada uno de esos momentos tan vívidamente como si se tratara de revivir un sueño.
-Sigo… diciéndotelo… déjame escuchar tu voz más a menudo.
-Haa… ¡ah! ¡Nggah!- Fue sacudido, y en medio de una embestida, se vio a sí mismo por fin deslizando sus brazos por la espalda de Kirishima, agarrando sus hombros mientras que él lo atraía en su abrazo. Los labios que le besaban en su sien y en su cuello parecían quemarle allí donde tocaban.
Kirishima suavemente susurró su nombre en su oído, y el impacto lo envió al éxtasis. Los impulsos que había estado intentando contener se desbordaron y dieron lugar a una brillante explosión.
- ¡¡….!!
Kirishima encontró su propia liberación casi en el mismo instante. Llegó al final y después se desplomó encima de Yokozawa de forma poco elegante al tiempo que soltaba todo el aire que había estado conteniendo, dejando como fondo la respiración agitada de ambos.
A medida que el calor iba abandonando su cuerpo, los pensamientos que había tenido antes empezaron a regresar, haciendo que Yokozawa pudiera morir de vergüenza.
-…Quítate de encima de mí, pesas.
-Venga, no es para tanto.
- Siento como si fuera a romperme, has engordado un poco ¿no es así?
-Oye, ¿qué parte de mí ha engordado? Si vamos a señalar los defectos de cada uno, yo podría mencionar que tú sí que has ganado algo de peso justo por aquí…-
-¡No me toques!- Le espetó para luego golpear lejos de él la mano que se había atrevido a pellizcarle su cintura. Estaba seguro de que no había ganado nada de peso, pero sí que podía ser que hubiera perdido algo de definición.
-Sé que lo ha causado; no haces suficiente ejercicio.
-…Solo querías decir eso. Ahora déjame.
-¿Eh? Debes estar bromeando. No pensarás en serio que hemos acabado, ¿verdad?
-¡Qu-, pero, los dos trabajamos mañana!- Definitivamente Kirishima era el que estaba de broma por sugerir algo así con un semblante tan serio… Ellos estaban en medio de la semana. Así que de verdad necesitaba que Kirishima tuviera un poco de consideración.
-Eres joven, ten pelotas. Es demasiado pronto para que te dejes ganar por mí.
-No intentes sugerir que esto es un asunto de ganar o perder.
-Entonces discutamos el asunto con tranquilidad. Pero después. Tenemos una noche larga por delante.
-¡No hay nada que discutir!
-Mira el lado positivo. Tendrás la oportunidad perfecta de hacer todo ese ejercicio que te falta.
-¡…!- Pero naturalmente, Kirishima hizo oídos sordos a las protestas de Yokozawa, y la noche siguió…





*.*.*.*.*.*.*.*.*





-Ugh, estoy hambriento…
-Ya, me pregunto de quien será la culpa.- El estado de agotamiento en el que se encontraba Yokozawa podía atribuirse enteramente a que había sido arrastrado directamente a la habitación nada más llegar a casa del trabajo, sin siquiera haber podido tener la oportunidad de cenar antes. Difícilmente podía ser culpado por el hecho de que su irritación estallara cuando escuchó a Kirishima quejarse por tener el estómago vacío.
El hombre tenía bastante energía para su edad; de hecho incluso había estado atrapado en la oficina hasta bien entrada la noche el día anterior debido al fin del ciclo. ¿Por qué Yokozawa no había sido capaz de detenerlo? Sabía que ya era quizá, demasiado tarde para pensar en ello, pero no podía evitar seguir dándole vueltas.
Se prometió a sí mismo usar esto como una oportunidad de aprender para el futuro, pero no podía evitar sospechar que se vería a sí mismo siendo arrastrado como esta vez nuevamente.
-…Esto me recuerda, ¿qué conseguiste para la cena?
-Cerdo y repollo.
-¿Eh?- Esos eran ingredientes, no un plato de verdad. ¿Sería que Yokozawa estaba simplemente imaginando cosas o definitivamente aquello no era una buena señal…?
-Bueno, quería cerdo con jengibre frito.
-¿Me estás diciendo que no lo preparaste?- Aventuró, y la expresión que obtuvo como respuesta fue chocante.
-Rayos no. Me cortaría los dedos si intentara picar un repollo, lo sabes. Oh, pero me asegure de lavar el arroz y ponerlo al vapor. Y ya aprendí la lección la última vez, así que conseguí carne de cerdo cortada ya en finas tiras. Por lo que debería estar bien.
-Lo dices como si fuera algo de lo que estar orgulloso…- Las excusas de Kirishima lo agotaban y le minaban su voluntad de salir de la cama. Cuando le había pedido a Kirishima que comprara algunas cosas unos días atrás, el hombre había vuelto con un bloque de carne. Le explicó que él solo había asumido que la carne era carne y que esa era tan buena como cualquiera. Aunque sí que se había sentido un poco dolido cuando Hiyori había mostrado su incredulidad hacia su compra.
-El arroz probablemente ya esté listo, así que vamos. Hagamos la cena. Me aseguraré también de buscar ese delantal para ti.
-……….
No había forma de que Yokozawa tuviera ni remotamente la fuerza necesaria como para preparar la comida, lo que significaba que su única opción restante era quedarse en la cama de mal humor. Así que sin decir una palabra se acomodó en el colchón y dio la espalda a Kirishima.
-Oi, ¿Yokozawa? Espera, ¿estás cansado? ¿Holaaaaaa?
Quizá pensó que si simplemente seguía llamándolo, Yokozawa le acabaría respondiendo, pero en vez de eso, Yokozawa tan solo cerró los ojos con todas sus fuerzas.






Continuará…

            

5 comentarios:

  1. Gracias por continuar con la novela comenzaba a pensar que jamas la terminaria de leer ahora Soy muy feliz

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  2. Estoy anemica ,....
    Muchas gracias por facilitar la novela. Gracias!!!!

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  3. Ay ya me dió hambre!!
    Tanto sexo suculento abre mi apetito!!

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  4. Dios.., Yokosawa me haces pecar ahre.

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