YOKOZAWA TAKAFUMI NO BAAI VOLUMEN 4
Capítulo 7 Parte 3
Tipo de texto: Retraducción de novela
Yokozawa podía entender más o menos cómo debió de sentirse el muchacho: que sus padres apoyaran sus esfuerzos completamente y con entusiasmo solo sería algo vergonzoso; pero también sería insoportable que lo molestaran por ello. Y así, él probablemente prefirió depositar su confianza en un tío que de alguna manera se encontraba al margen de la situación.
—Originalmente, él planeaba ir solo, pero se acobardó a último momento, así que yo terminé acompañándolo.
—Ya veo... Así que fue así. —Saltaba obviamente a la vista lo nervioso que se encontraba el muchacho; aunque Hiyori no pareció estar al tanto de su flechazo en lo más mínimo. En ocasiones, la niña podría comportarse de una manera increíblemente madura, pero cuando de asuntos del corazón se trataba, ella seguía siendo nada más una niña. Claro que Yokozawa no estaba seguro de que pudiera manejar un crecimiento demasiado acelerado en ella, así pues, desafortunadamente para Iokawa-kun, él esperaba que ella se quedara justo como estaba.
—A propósito, Yokozawa-san, por esas casualidades, ¿no trabaja usted para Marukawa Shoten...?
—Así es, ¿pero cómo lo...?
—Oh, no. Es solo que..., escuché de mi sobrino que Kirishima-san es el editor en jefe de Japun. Y usted se presentó como su subordinado cuando nos conocimos el otro día. ¿Así que me preguntaba si tal vez usted no era un editor...?
Yokozawa podía advertir la lógica en el razonamiento de Iokawa. Kirishima no era el tipo de persona que iba anunciando su línea de trabajo, pero no resultaba precisamente extraño que padres o tutores tuvieran cierto grado de conocimiento de la vida personal de los demás.
—Bueno, no. En realidad, yo no soy su subordinado en sí. Yo trabajo en ventas. —rectificó. Aunque este tipo de información podría invitar a la curiosidad en cuanto a por qué dos personas tan alejadas en edad fueran tan cercanas como él y Kirishima parecían serlo en su tiempo libre, Yokozawa no pudo continuar con la mentira.
—Oh, ¿en serio? ¡En realidad, yo mismo soy vendedor de una casa editorial! Aunque, claro, nosotros no les llegamos ni a los talones en tamaño a Marukawa.
—¿Ah sí? ¿Entonces, podría preguntarle para que casa trabaja? —Raramente Yokozawa encontraba oportunidad de conversar con alguien que también estuviera en su línea de trabajo y la mera curiosidad llevó a la pregunta.
—Libros Fujino.
—Ya veo. ¿Entonces usted trabaja en ventas para Libros Fujino? Yo mismo soy un fanático del misterio, así que he leído bastantes obras de Fujino.
Libros Fujino era una casa editorial veterana de mediana categoría que publicaba no solo ciencia ficción, misterios y literatura extranjera sino también un vasto repertorio de libros de cuentos y literatura infantil. La misma biblioteca de Hiyori estaba repleta con más de unos cuantos títulos de Fujino.
—¡Guau, qué emoción! ¡Ah, pero por supuesto que yo también leo obras publicadas por Marukawa! El último lanzamiento de Usami-sensei realmente fue una idea innovadora; ¡lo disfruté mucho!
—Entonces, muchas gracias por su preferencia; aunque me temo que yo no estoy a cargo del departamento de literatura.
—¿Entonces con qué genero trabaja usted? Ah, en vista de su cercanía con Kirishima-san, supongo que será... ¿manga?
—En efecto. Yo trabajo con todo tipo de historietas.
—Me temo que yo no leo mucho manga, pero tengo todos los volúmenes de Za Kan. Nunca puedo imaginarme hacia dónde irá la historia, así que caigo de espaldas todas las veces. ¡Incluso estallé en llanto con uno de los últimos capítulos! —Puede que Iokawa pareciera tranquilo a primera vista, pero parecía tener un lado bastante elocuente también. Por como lucían las cosas, el sujeto probablemente se caería de espaldas si se enterara de que Kirishima-san era el editor a cargo de Ijuuin Kyou.
—Oh, me doy cuenta de que es un tanto tarde para esta clase de cosas pero, ¿podría darle mi tarjeta?
—Seguro. Gracias. Yo también le daré la mía, ¿si le parece bien? —Yokozawa nunca hubiera pensado que se encontraría en una situación en la que intercambiaría tarjetas de presentación en la calle en medio de la noche.
—Estoy encantado de haber tenido la oportunidad de conocer a alguien como usted, Yokozawa-san. ¿Espero que podamos tomar una copa juntos en alguna ocasión...? Siempre quise charlar con vendedores de otras firmas. —Sus palabras probablemente eran solo mera cortesía, pero recibir estos cumplidos definitivamente no dejaba a Yokozawa con una mala sensación. La mayoría de las personas tendían a evitarlo de cuajo y usualmente se creía erróneamente que se encontraba de mal humor si no hacía nada para aclarar el malentendido. El hecho de que Iokawa lo estuviera tratando con tanta amabilidad en tan solo la segunda ocasión en que se encontraran probablemente se debía en parte al alcohol, pero también por su relación con Kirishima. Ese tipo de conexiones solía hacer que la gente fuera más abierta.
—Sí, de acuerdo. —Y de la mano de la sonrisa de Iokawa, el semblante de Yokozawa se relajó.
Continuará...
Clasificación: +18
Título: Yokozawa Takafumi no baai Volumen 4
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor: Fujisaki Miyako
Ilustraciones: Nakamura Shungiku
Fuente: September Scanlations
Retraducción: DrL
Continuación del Capítulo 7
Yokozawa inclinó la cabeza en reverencia mientras veía partir al taxi que llevaba a su cliente. Luego de asegurarse de que el automóvil hubiera girado en la esquina y estuviera bien lejos de la vista, ambos, él y Henmi, finalmente dejaron escapar un suspiro de alivio.
—Buen trabajo.
—¡Fiu! Hoy fue un día agotador. ¡Nunca esperé que él bebiera tanto...!
—Y aquí estaba yo, rogando que no perdieras la cabeza con el alcohol.
El cliente de la reunión de negocios de ese día era un gran conocedor de bebidas alcohólicas. Además de bajarse con facilidad varias botellas de vino sin que se le moviera un pelo, el hombre se había deshecho alentando a Yokozawa y a Henmi para que tomaran parte también, obligando a ambos a beber un poco más de lo que podían manejar con soltura.
—¡No podía permitirme que me entonara esta noche! Pero, a decir verdad, no podía distinguir lo negro de lo blanco en el sabor de la comida en sí...
Su cliente de esa noche era el encargado de la casa central de una gran cadena de librerías con la cual Marukawa estaría haciendo negocios por primera vez. Dado que el hombre les brindaría su completa cooperación y predisposición para la próxima feria de manga de Japun, Yokozawa lo había invitado a cenar para expresarle su gratitud como así también para afinar los detalles.
Su cliente de esa noche era el encargado de la casa central de una gran cadena de librerías con la cual Marukawa estaría haciendo negocios por primera vez. Dado que el hombre les brindaría su completa cooperación y predisposición para la próxima feria de manga de Japun, Yokozawa lo había invitado a cenar para expresarle su gratitud como así también para afinar los detalles.
—¿Qué planeas hacer ahora? ¿Te gustaría otra copa?
—Ah. No, no, no. Ahora me iré a casa. Si hoy bebo una gota más, las cosas podrían ponerse feas.
—Eso es raro viniendo de ti. ¿Ya estás sintiendo la fatiga del verano? —Usualmente, Henmi era el primero en unirse a la fiesta con un entusiasta "¡Absolutamente!", así que realmente debió de estar exhausto ese día. Con todas las salidas de copas de la última semana y al haber tenido que ir a la oficina para eventos de firma de autógrafos en feriados, su fatiga debió de estar acumulándose por bastante tiempo.
—¡Tal vez, o quizás me esté volviendo viejo!
—Sí, claro. Todavía eres joven, pero no puedo dejar que te hagas daño, así que disfruta de tu descanso —con esto, el par siguió cada cual su camino. Ciertamente no resultaba gracioso considerar que podría suceder si Henmi quedara fuera durante una época tan ajetreada.
El mismo Yokozawa estaba exhausto, pero no tenía ganas de regresar a casa aún.
—Supongo que una copa más no hará daño... —murmuró para sí recordando que se encontraba cerca de un bar que frecuentara bastante a menudo en el pasado y se dirigió al establecimiento en cuestión.
—¡Bienvenido!
—Una cerveza, por favor.
Tal vez se sentía renuente a regresar a su departamento simplemente porque odiaba el hecho de que no hubiera nadie allí esperando por él. Tal vez le hubiera resultado mejor no ser tan condenadamente testarudo y aceptar ir a la casa de los Kirishima. Pero entonces, dado que el mismo Kirishima regresaría tarde a casa, cabía la posibilidad de que su madre pasara la noche allí cuidando a Hiyori y a pesar de encontrarse en buenos términos con la mujer, luego de que se encontraran en varias oportunidades, no podía entrar de lo más pancho en el departamento cuando su dueño no estaba en casa siquiera.
Se ubicó en la barra, sosteniendo la bebida que había ordenado y revisando su teléfono celular por si acaso hubiera llegado algún mensaje recientemente... cuando alcanzó a escuchar el ruido de dos personas discutiendo justo detrás de él.
—¡A ti no te importo en absoluto, ¿no?!
—Cálmate; éste no es un lugar en el que puedas hacer una escena.
—Tú siempre estás tan preocupado por lo que la gente piense de ti; ¡odio eso! ¿Acaso me estás diciendo que te importa más lo que un montón de extraños piense que lo que yo pienso?
—No es eso; para nada. Solo estoy diciendo que pienses un poco sobre el lugar donde nos encontramos ahora...
Yokozawa miró con indiferencia por sobre su hombro a lo que pensó que se trataba de una riña entre amantes, cuando la mujer lo bañó con el contenido de un vaso de agua que había tirado. Probablemente ella le había apuntado al hombre sentado al otro lado de su mesa, justo detrás de Yokozawa, pero él se llevó la peor parte del ataque y ahora la chaqueta que había colgado del respaldo de su banqueta estaba empapada.
—¡Deberías casarte con tu trabajo si es que tanto lo amas! —escupió la mujer como punto final abriendo la puerta de un tirón mientras salía hecha una furia dejando todo el bar con el humor por el piso.
—La-lamento mucho las molestias... —se disculpó incómodo el hombre sacando rápidamente un pañuelo que usó para comenzar a secar la chaqueta empapada de Yokozawa.
—Oh, no. No es nada. Esto se secará en lo que canta un gallo; estoy seguro. Por favor no se preocupe por esto. —Cuando echó una mirada hacia arriba, percibió un aire familiar en el hombre, como si lo hubiera visto antes en algún lugar. Luego de recorrer sus recuerdos tratando de ubicar el rostro, finalmente cayó en cuenta: —¡Ah! —Se trataba de Iokawa, el tío del compañero de clases de Hiyori quien le había llevado un regalo de cumpleaños recientemente.
El semblante de Iokawa se tornó confuso ante la exclamación de Yokozawa, pero luego de observar el rostro de Yokozawa por un momento, reaccionó más o menos de la misma manera: —¿Usted es... el hombre que conocí en la casa de Kirishima-san, correcto? Si mal no recuerdo, su nombre era...
—Yokozawa —completó Yokozawa antes de que el hombre pudiera hacer el esfuerzo de recordarlo.
—Cierto, cierto... ¡Yokozawa-san! Mis disculpas; me mortifica que tuviera que presenciar eso... —El hombre parecía aún más avergonzado por lo que había sucedido ahora que estaba de cara a alguien que lo conocía. Seguramente cualquiera estaría en un estado similar si un conocido fuera testigo de una escena como esa.
Su interacción con Iokawa se encontraba lejos de la severidad de su pelea, haciéndolo sentir mucho más cómodo, pero ninguno de ellos podía sacudirse las pesadas miradas de aquellos a su alrededor.
—Ah..., ¿le gustaría ir a otro lugar? De todos modos, su vaso parece estar vacío ya. —Fue una sugerencia hecha en un apuro, pero por suerte, el vaso de Yokozawa ya casi estaba vacío y a ellos probablemente les resultaría difícil disfrutar del rélax de una copa en este establecimiento ahora.
—¡Ah, s-sí, tiene razón! —Iokawa parecía haber notado los ojos de los demás clientes sobre él ante la sugerencia de Yokozawa y con una reverencia de disculpas dirigida hacia los observadores sacó su billetera con apremio. Tal vez tratando de compensar a Yokozawa, Iokawa intentó pagar por los tragos, pero Yokozawa rehusó la oferta pagando su cuenta antes de que los dos salieran del bar.
—Realmente lamento haberlo involucrado en mis asuntos, Yokozawa-san —se disculpó nuevamente, inclinando su cabeza y dejando a Yokozawa con una sensación de incomodidad al recibir tantas disculpas por un asunto tan insignificante.
—No le dé importancia. Ya había considerado marcharme pronto, así que no es la gran cosa. —Yokozawa solo pretendía tomar un trago, así que ésta resultaba ser una buena excusa para regresar a casa.
—¿Le importaría... si lo acompaño hasta la estación del tren?
—Desde luego —Yokozawa no tenía razón alguna para rehusarse, después de todo, y hubiera resultado extraño que se separaran a propósito cuando ambos se dirigían en la misma dirección. Sin embargo, permanecía latente el hecho de que Yokozawa lo había pescado en una escena privada bastante embarazosa, por lo que no estaba seguro de que dirección debía darle a la conversación.
—Y bien..., ¿va seguido a ese bar, Yokozawa-san?
—¿Eh? Ah..., bueno, solía hacerlo. Sin embargo, no he pasado por allí últimamente. De hecho, esta noche fue la primera vez en un tiempo.
—Ya veo... Entonces, razón demás para disculparme por arruinar un momento que usted seguramente debió de estar disfrutando.
—No, no, no. En serio, por favor, no se preocupe.
—Si hubiera sabido que las cosas estallarían de ese modo... hubiera elegido otro lugar... —se permitió decir con una amarga sonrisa, murmurando para sí mismo que nunca podría mostrar su cara nuevamente en ese bar. A Yokozawa no se le ocurría nada que pudiera decirle para consolarlo y así pues, se quedó en silencio—. ... Siento decir estas cosas tan extrañas. Creo que es posible que esté un poco ebrio. Estoy seguro de que usted ha de sentirse incómodo escuchándome hablar así.
—Oh, no. Eso no... Quiero decir, ¿puedo escucharlo si lo necesita? —A veces ayuda hablar con alguien que se encuentra completamente fuera de la situación, y aunque Yokozawa se hubiera acobardado si honestamente le rogaran que ofreciera un consejo, siempre resulta mejor expresar esos sentimientos en lugar de encerrarlos en el corazón de uno.
—Pensé... Bueno, pensé que ella reaccionaría de un modo más calmado si nos encontrábamos en un lugar público. Supongo que me salió el tiro por la culata, ¿ah? Estuvimos saliendo desde nuestros días de escuela, pero como que nos fuimos distanciando después de la graduación. Luego, cuando me vi muy ocupado con el trabajo y sin encontrar tiempo para ella... Ella me engañó.
—¿Qué...? —Si ese era era el caso, entonces debió ser ella la atacada esa noche. Yokozawa no podía entender la lógica que la impulsaba a comerse vivo a Iokawa en lugar de lo opuesto.
—Ella dijo que era mi culpa por dedicarme de lleno al trabajo haciendo que se sintiera sola; lo cual, bueno..., no hemos podido vernos para nada en los últimos meses, así que...
—Pero aun así..., ¿no es un poco ridículo? Aun si usted hubiera actuado mal al hacerla sentir sola, esa no es excusa para engañarlo. —Yokozawa conocía muy bien la soledad que acompaña a la imposibilidad de encontrar tiempo para estar con el amante de uno; sin embargo, el vacío en el corazón no es algo que pueda llenarse pasando tiempo con otra persona. Si ella fue capaz de satisfacer sus necesidades por medio del adulterio, entonces debía de haber algún problema con sus sentimientos para con su novio para empezar.
—... Usted es realmente una buena persona, Yokozawa-san.
—¿Ah?
—Bueno, ésta es solo la segunda vez que hablamos y, aun así, es muy paciente al escuchar mis problemas. Solo la gente verdaderamente amable puede hacer algo así. La mayoría huiría lo antes posible en lugar de prestarle oídos a un tipo que acaban de patear.
—Supongo... que sí. —Yokozawa no pudo evitar estar de acuerdo, como si se encontraran hablando sobre otra persona. De seguro formaba parte de la naturaleza humana el querer evitar verse arrastrado a situaciones complicadas pero realmente no había tenido esto muy en cuenta hasta que Iokawa se lo señaló.
—Ja, ja, ja... Veo que ni siquiera se dio cuenta. Aun así, muchas gracias. Gracias a usted, creo que podré ponerme de pie nuevamente después de ésto.
—Oh, no. Para nada. Yo dije que solo escucharía sus preocupaciones y luego, abrí mi gran boca.
—No, le estoy verdaderamente agradecido. Ahora estoy seguro de que podré dedicarme a mi trabajo con todas mis fuerzas mañana. Me temo que mi trabajo tendrá que ser mi amante en el futuro próximo —anunció Iokawa con indiferencia, y aunque probablemente no se había recuperado completamente de esa noche, resultaba positivo que no pareciera estar muy alterado. Podría ser que la sonrisa que luciera fuera forzada, pero aun así, el tiempo curaría todas las heridas.
Inseguro acerca de continuar una discusión sobre amores perdidos, Yokozawa buscó algún otro tema de conversación que pudieran compartir, recordando entonces el día en que se conocieran: —Eso me recuerda..., ¿por qué fue usted quien pasó por el departamento el otro día, Iokawa-san?
—¿El otro día? Ah, ¿quiere decir en el cumpleaños de Hiyori-chan? Sí..., supongo que pareció un poco extraño que un tío acompañe a su sobrino en lugar de sus padres.
—Yo no necesariamente diría "extraño", pero sí me lo estaba preguntando.
—Bueno, por un lado, yo vivo en el mismo complejo de departamentos; pero creo que él se sentía más que nada cohibido de hablarle a sus padres sobre la chica que le gusta, después de todo, pronto entrará en la pubertad, así que yo me ofrecí a escucharlo. Él es hijo único también, así que yo soy algo así como un hermano mayor para él.Yokozawa podía entender más o menos cómo debió de sentirse el muchacho: que sus padres apoyaran sus esfuerzos completamente y con entusiasmo solo sería algo vergonzoso; pero también sería insoportable que lo molestaran por ello. Y así, él probablemente prefirió depositar su confianza en un tío que de alguna manera se encontraba al margen de la situación.
—Originalmente, él planeaba ir solo, pero se acobardó a último momento, así que yo terminé acompañándolo.
—Ya veo... Así que fue así. —Saltaba obviamente a la vista lo nervioso que se encontraba el muchacho; aunque Hiyori no pareció estar al tanto de su flechazo en lo más mínimo. En ocasiones, la niña podría comportarse de una manera increíblemente madura, pero cuando de asuntos del corazón se trataba, ella seguía siendo nada más una niña. Claro que Yokozawa no estaba seguro de que pudiera manejar un crecimiento demasiado acelerado en ella, así pues, desafortunadamente para Iokawa-kun, él esperaba que ella se quedara justo como estaba.
—A propósito, Yokozawa-san, por esas casualidades, ¿no trabaja usted para Marukawa Shoten...?
—Así es, ¿pero cómo lo...?
—Oh, no. Es solo que..., escuché de mi sobrino que Kirishima-san es el editor en jefe de Japun. Y usted se presentó como su subordinado cuando nos conocimos el otro día. ¿Así que me preguntaba si tal vez usted no era un editor...?
Yokozawa podía advertir la lógica en el razonamiento de Iokawa. Kirishima no era el tipo de persona que iba anunciando su línea de trabajo, pero no resultaba precisamente extraño que padres o tutores tuvieran cierto grado de conocimiento de la vida personal de los demás.
—Bueno, no. En realidad, yo no soy su subordinado en sí. Yo trabajo en ventas. —rectificó. Aunque este tipo de información podría invitar a la curiosidad en cuanto a por qué dos personas tan alejadas en edad fueran tan cercanas como él y Kirishima parecían serlo en su tiempo libre, Yokozawa no pudo continuar con la mentira.
—Oh, ¿en serio? ¡En realidad, yo mismo soy vendedor de una casa editorial! Aunque, claro, nosotros no les llegamos ni a los talones en tamaño a Marukawa.
—¿Ah sí? ¿Entonces, podría preguntarle para que casa trabaja? —Raramente Yokozawa encontraba oportunidad de conversar con alguien que también estuviera en su línea de trabajo y la mera curiosidad llevó a la pregunta.
—Libros Fujino.
—Ya veo. ¿Entonces usted trabaja en ventas para Libros Fujino? Yo mismo soy un fanático del misterio, así que he leído bastantes obras de Fujino.
Libros Fujino era una casa editorial veterana de mediana categoría que publicaba no solo ciencia ficción, misterios y literatura extranjera sino también un vasto repertorio de libros de cuentos y literatura infantil. La misma biblioteca de Hiyori estaba repleta con más de unos cuantos títulos de Fujino.
—¡Guau, qué emoción! ¡Ah, pero por supuesto que yo también leo obras publicadas por Marukawa! El último lanzamiento de Usami-sensei realmente fue una idea innovadora; ¡lo disfruté mucho!
—Entonces, muchas gracias por su preferencia; aunque me temo que yo no estoy a cargo del departamento de literatura.
—¿Entonces con qué genero trabaja usted? Ah, en vista de su cercanía con Kirishima-san, supongo que será... ¿manga?
—En efecto. Yo trabajo con todo tipo de historietas.
—Me temo que yo no leo mucho manga, pero tengo todos los volúmenes de Za Kan. Nunca puedo imaginarme hacia dónde irá la historia, así que caigo de espaldas todas las veces. ¡Incluso estallé en llanto con uno de los últimos capítulos! —Puede que Iokawa pareciera tranquilo a primera vista, pero parecía tener un lado bastante elocuente también. Por como lucían las cosas, el sujeto probablemente se caería de espaldas si se enterara de que Kirishima-san era el editor a cargo de Ijuuin Kyou.
—Oh, me doy cuenta de que es un tanto tarde para esta clase de cosas pero, ¿podría darle mi tarjeta?
—Seguro. Gracias. Yo también le daré la mía, ¿si le parece bien? —Yokozawa nunca hubiera pensado que se encontraría en una situación en la que intercambiaría tarjetas de presentación en la calle en medio de la noche.
—Estoy encantado de haber tenido la oportunidad de conocer a alguien como usted, Yokozawa-san. ¿Espero que podamos tomar una copa juntos en alguna ocasión...? Siempre quise charlar con vendedores de otras firmas. —Sus palabras probablemente eran solo mera cortesía, pero recibir estos cumplidos definitivamente no dejaba a Yokozawa con una mala sensación. La mayoría de las personas tendían a evitarlo de cuajo y usualmente se creía erróneamente que se encontraba de mal humor si no hacía nada para aclarar el malentendido. El hecho de que Iokawa lo estuviera tratando con tanta amabilidad en tan solo la segunda ocasión en que se encontraran probablemente se debía en parte al alcohol, pero también por su relación con Kirishima. Ese tipo de conexiones solía hacer que la gente fuera más abierta.
—Sí, de acuerdo. —Y de la mano de la sonrisa de Iokawa, el semblante de Yokozawa se relajó.
Continuará...
No se puede leer bien, por fa, ¡arréglenlo! :(
ResponderEliminarQue pasa con los demás capítulos? No puedo abrir los links desde el cap 8! Ayuda!! :3
ResponderEliminarsera este un posible rival en el amor jujuju me encantaría que fuera asi
ResponderEliminarDe hecho, en la nueva obra de Nakamura, Iokawa tendra como Pareja a alguien llamado Azawa en la Novela Animate que estara para primeros de Mayo de 2017
Eliminarusami-san de junjo romántica!!!!! awwwwwwwwwww me encanta cuando todo encaja :') siempre.tienen algo en común estas historias
ResponderEliminar